POR FELIPE ARTURO ÁVILA ESPINOSA*
“El camino de la lucha armada no es el camino que hayan escogido los revolucionarios, sino es el camino que los opresores le han impuesto a los pueblos; y los pueblos entonces tienen dos alternativas: doblegarse o luchar”.
– Fidel Castro Ruz
La isla caribeña de Cuba fue uno de los primeros territorios que ocuparon los conquistadores y colonizadores españoles. Cristóbal Colón llegó a esa isla el 28 de octubre de 1492 y, desde entonces, fue incorporada al dominio español. Por su posición estratégica, fue, con Puerto Rico, una de las últimas posesiones que conservó España mientras la mayoría de las colonias americanas se independizaron al comenzar el siglo XIX. Un primer intento independentista, iniciado por Manuel de Céspedes en 1868, fue derrotado. En 1895, un nuevo movimiento libertario fue encabezado por José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. El movimiento de liberación fue interrumpido por la intervención de Estados Unidos, que tenía fuertes intereses económicos en la isla. Estados Unidos derrotó a España en 1898, lo que propició la independencia de Cuba, que, sin embargo, tuvo que aceptar un gobierno militar impuesto por los estadunidenses. La República de Cuba se instituyó el 20 de mayo de 1902, pero en su Constitución aceptó la intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de la isla, la instauración de un protectorado y el establecimiento de dos bases militares estadunidenses en su territorio.
La injerencia estadunidense continuó en las décadas siguientes. A mediados del siglo pasado Cuba era un país predominantemente rural, cuya principal actividad económica era la producción de azúcar, de la que era el primer productor mundial. Era un país con un gran rezago económico y desigualdad, cuya economía dependía en su mayoría de su intercambio con Estados Unidos. En 1952, el militar Fulgencio Batista dio un golpe de Estado e instauró una dictadura que suspendió las garantías constitucionales. Muy pronto surgió una oposición democrática al gobierno de Batista, sobre todo de las clases medias urbanas y de una juventud muy politizada. Un sector opositor optó por derrocar por medio de las armas al dictador. Un primer levantamiento, el ataque al cuartel Columbia, fue sofocado, al igual que el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio 1953, encabezado por el joven Fidel Castro, quien fue encarcelado y exiliado poco después a México, donde continuó sus actividades revolucionarias. Después de ese fallido asalto se constituyó el Movimiento 26 de julio, dirigido por Fidel Castro, que fue la principal organización que preparó el derrocamiento de la dictadura de Batista. En México, Fidel, junto con su hermano Raúl y con el argentino Ernesto Guevara y otros revolucionarios, prepararon la insurrección en Cuba. La expedición revolucionaria, con 82 combatientes, desembarcó en Cuba el 2 de diciembre de 1956, estableciendo sus bases de operación en la Sierra Maestra.
Consolidación de la Revolución cubana
Los rebeldes cubanos comenzaron una guerra de guerrillas en la Sierra Maestra y consiguieron el apoyo de la población rural. La táctica contrainsurgente del gobierno de Batista fue incapaz de derrotar la rebelión. La resistencia guerrillera provocó que se le sumara una rebelión urbana de sectores democráticos y progresistas que no aceptaban la dictadura de Batista, que mostró que carecía de legitimidad y apoyo popular. La rebelión creció. Estados Unidos suspendió el envío de armas al régimen cubano y los rebeldes entraron triunfalmente a La Habana el 1º de enero de 1959.
Se estableció un gobierno revolucionario parlamentario. Fidel Castro, el líder de la insurrección, ocupó el cargo de primer ministro y, junto con otros de sus compañeros que ocuparon cargos en el gobierno, inició un amplio programa de nacionalizaciones de importantes sectores de la economía. En esa primera etapa, los líderes rebeldes negaron que fuera un proyecto socialista, reivindicando un carácter nacionalista y popular. Sin embargo, el proceso muy pronto se radicalizó. Los intentos de Estados Unidos de acabar con la revolución, su apoyo a la invasión a la isla y los comienzos del bloqueo económico contra Cuba, se sumaron al acercamiento de los líderes revolucionarios cubanos con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), lo que agudizó las tensiones de la guerra fría entre Estados Unidos y la URSS.
La instalación de misiles soviéticos en Cuba casi provocó una guerra nuclear entre Estados Unidos y la URSS. La revolución cubana se radicalizó aún más y estableció una alianza estratégica con los soviéticos. Los líderes cubanos definieron que la revolución tenía un carácter socialista y nacionalizaron y estatizaron prácticamente toda la economía de la isla. Paralelamente, decidieron apoyar a movimientos guerrilleros en varios países de Centro y Sudamérica al igual que a movimientos de liberación popular en países africanos. Cuba se convirtió en el principal portavoz de los países del Tercer Mundo en su condena al imperialismo y al colonialismo. Fidel Castro fue desde entonces uno de los más importantes líderes del mundo.
La transformación económica, política, social y cultural de Cuba fue profunda, tomando como modelo a la URSS. Se estableció un régimen de partido único, el Comunista, se promovió la organización popular y se tuvieron importantes avances en educación, salud y derechos sociales. Desde entonces, el pueblo cubano ha resistido heroicamente el bloqueo económico de Estados Unidos, ha sobrevivido a la caída de la URSS y del bloque socialista y continúa siendo ejemplo de dignidad para los pueblos del mundo.
*Director general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
La Jornada, México.
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