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Tanto analistas como medios de comunicación internacionales consideran que la destitución del congresista republicano Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el pasado martes 3 de octubre, demuestra la ruptura política en que se encuentra esta potencia global en grave proceso de declinación.
En la política interna estadounidense “existe la posibilidad de ruptura”, declaró a Sputnik el catedrático mexicano de la Universidad Autónoma Metropolitana, Mauricio Estévez.
“Esta destitución se puede leer de alguna manera como una ruptura en el interior de EE.UU. Los medios nos han dicho que EE.UU. está sólido respaldando a Ucrania, pero en realidad no”, afirmó el analista.
McCarthy, de 58 años, había sido acusado por algunos miembros de su partido, el Republicano, de haber pactado con los demócratas un acuerdo para financiar al gobierno del presidente Joe Biden.
“Mantener el gobierno abierto y pagar a nuestras tropas fue la decisión correcta”, se defendió McCarthy. “Mantengo esa decisión y, al final del día, si tengo que perder mi trabajo por eso, que así sea”, puntualizó.
Además, sus copartidarios lo acusaron de de hacer un acuerdo secreto con la Casa Blanca para continuar financiando a Ucrania en el conflicto bélico que mantiene con Rusia.
Ante la convocatoria a esta votación para lograr la revocatoria, la única forma que tenía McCarthy de mantenerse en el cargo era si lograba que algunos congresistas del Partido Demócrata votaran a su favor o, al menos, se abstuvieran de votar en su contra. Sin embargo, los demócratas también le dieron la espalda a la hora de decidir.
Los legisladores demócratas expresaron que votaron a favor de su remoción debido a que McCarthy había perdido la confianza política.
“A fin de cuentas, el país necesita un presidente (de la Cámara Baja) en quien se pueda confiar”, dijo el representante demócrata de California, Adam Schiff.“No confiamos en él. Sus miembros [republicanos] no confían en él. Y se necesita cierto grado de confianza para ser el presidente”, agregó.
Para los analistas, la destitución refleja “algunas divisiones políticas internas que pueden ser provocadas por temas de carácter económico”.
La economía de EE.UU. no está marchando bien los últimos años, no es un tema reciente, y se ha estado tratando de modificar el rumbo aprovechando el enfrentamiento ucraniano-ruso, es una de las conclusiones de este suceso político en Washington.
El proceso de desdolarización impulsado por varios países y organizaciones como la de los BRICS, el impulso dado por China y Rusia con la firma de acuerdos bilaterales y la búsqueda de espacios que garanticen la multipolaridad en el tablero geopolítico mundial, abren otras oportunidades para los vínculos entre estos países y otras regiones, afectando de manera sustantiva el protagonismo mundial de EE.UU.
Retornando a la política interna estadounidense, este antecedente de la destitución del presidente de la Cámara de Representantes indica que existe posibilidad de ruptura política que puede generar serios efectos en el corto plazo.
No hay un consenso generalizado en las élites políticas, lo que ha sido la regla general en la política estadounidense, no obstante las normales diferencias entre republicanos y demócratas, lo cual se verá reflejado en las próximas elecciones presidenciales del 2024.
La decisión de relevar de la Presidencia de la Cámara de Representantes a Kevin McCarthy se tomó después de que fracasara una moción anterior. La destitución se logró con 216 votos a favor y 210 en contra, con ocho republicanos que se unieron a los demócratas para destituirlo. Es la primera vez en 113 años que la Cámara Baja vota sobre la destitución de su Presidente.
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