Ecuador: tras contundente derrota político-electoral del deslegitimado banquero Lasso, surge interrogante si logrará terminar su periodo presidencial

CRONICÓN.NET /

El triunfo electoral de la Revolución Ciudadana, partido que lidera el expresidente Rafael Correa Delgado, en los comicios seccionales del pasado domingo 5 de febrero, constituye un golpe histórico contra la hegemonía del corrupto bloque neoliberal-empresarial y oligárquico que ha manipulado a su conveniencia y antojo las arcas del Estado ecuatoriano en los últimos seis años. La nueva realidad político-electoral en Ecuador cambia el panorama en la correlación de fuerzas y deja en la lona al gobierno del cuestionado y deslegitimado banquero Guillermo Lasso Mendoza, quien aún no ha logrado sobreponerse ante la aplastante derrota de su mañosa consulta popular que había convocado para ver si lograba algún respiro político ante su inmensa impopularidad que se sitúa en alrededor de 82 %. Hoy es un gobierno totalmente adversado política y socialmente; salpicado por graves escándalos de corrupción que involucra a su círculo de allegados; que no sabe para dónde ir en términos de institucionalidad.

Tanto en el ámbito interno como en los sectores del capital especulativo, eufemísticamente conocidos en el argot neoliberal como “los mercados”, ha surgido la pregunta luego de la debacle electoral del banquero-mandatario, cuyo partido político, Creo, está desaparecido del escenario electoral, hasta qué punto su debilidad política y su falta de gobernabilidad le permitirán terminar su mandato en mayo de 2025.

El triunfo contundente del correísmo descabeza además a las élites derechistas locales, totalmente deslegitimadas por su modelo neoliberal tanto de Quito como de Guayaquil. En esta ciudad, puerto principal del Ecuador, la Revolución Ciudadana pone término a 31 años de hegemonía del ultraderechista Partido Social Cristiano (PSC) liderado primero por un líder palurdo como lo fue el represor expresidente y exburgomaestre León Febres Cordero, cuyo heredero político el también exalcalde Jaime Nebot Saadi, se caracteriza al igual que su antecesor por su autoritarismo y por su modelo de privilegiar lo privado frente a lo público, aspecto nodal de la criminal doctrina neoliberal.

No se trata solamente de la derrota aplastante de Lasso. Estas elecciones regionales constituyen también la primera derrota de todo el bloque de poder de la mafiosa derecha ecuatoriana. Correa y su partido, la Revolución Ciudadana, vuelven a dar una impresionante lección de política y de reivindicación de las conquistas logradas durante la década exitosa de su gobierno, comprendida entre 2007 a 2017.

Estos comicios locales y el referendo convocado por el Gobierno reflejaron la falta de apoyo al mandatario, su incapacidad de gestión pública y su total carencia de liderazgo, así como el crecimiento del correísmo, la primera fuerza político-electoral de esta pequeña nación suramericana, no obstante la terrible persecución (lawfare) desatada por la derecha contra sus líderes, varios de los cuales, comenzando por el propio Correa, debieron acudir al exilio.

En el contexto regional hay que señalar que el triunfo de la Revolución Ciudadana en Ecuador es la continuidad de esa ola en la que América Latina demanda que los gobiernos progresistas puedan asumir y enfrentar la crisis originada por la implementación del modelo neoliberal.

Seis de cada 10 votantes dijeron NO a las reformas propuestas por Lasso

Las ocho preguntas planteadas en el referendo convocado por Lasso fueron negadas de manera contundente. Seis de cada diez votantes ecuatorianos dijeron NO a las reformas constitucionales propuestas por el gobierno de derecha, las cuales tenían que ver con la extradición, autonomía de la Fiscalía, reducción de asambleístas, el registro de partidos, autoridades de control, reestructura del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), el subsistema de protección hídrica y compensaciones por apoyo a generación de servicios ambientales.

El gobierno de Lasso a través de una millonaria campaña publicitaria y con el apoyo fletado de las cloacas mediáticas, cuyo monopolio como en el resto de Latinoamérica está bajo el dominio de la ultraderecha, buscó engañar a la ciudadanía imponiendo el relato según el cual con la extradición de nacionales se podía enfrentar con éxito el flagelo del narcotráfico.

Cabe anotar que la gestión de Lasso Mendoza ha sido totalmente incapaz de enfrentar el tema del narcotráfico en Ecuador, cuyas repercusiones negativas van en aumento: 200 toneladas de droga incautadas en 2022, al tiempo que aumenta la violencia. Las cárceles son escenario recurrente de masacres entre presos rivales, y la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes casi se duplicó entre 2021 y 2022, pasando de 14 a 25.

Ecuador, actualmente, es un país sumido en la violencia que saltó de las calles a las cárceles, con enfrentamientos frecuentes entre presos vinculados al narco que dejan más de 400 muertos desde 2021. Las masacres de reclusos han pasado a ser de las peores de Latinoamérica.

Convocatoria de consulta popular con desaprobación de más del 80 %

Sobre la pesada herencia del gobierno neoliberal del pérfido e impresentable Lenín Moreno Garcés, se levantó el triunfo presidencial de Guillermo Lasso en 2021 y su  gobierno oligárquico-empresarial sustentado en un inédito bloque de poder con hegemonía de los grandes grupos económicos, mediáticos y el dominio de fuerzas de la derecha política en menos de dos años de gestión mostró su total incapacidad para enfrentar los retos, problemas y expectativas del pueblo ecuatoriano.

Lasso incumplió todas sus promesas de campaña, así como faltó a su palabra hasta el punto que al comenzar su gobierno rompió con su principal aliado el ultraderechista Partido Social Cristiano (PSC) quedando sin posibilidad de manejo de la Asamblea Nacional (órgano legislativo), obligándolo a pactar con un sector de Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

En medio de su desprestigio, Lasso cometió un gran error de táctica política al convocar una consulta popular enfrentando más del 80 % de desaprobación respecto de su tarea de gobierno.

Es evidente que tras el resultado electoral del pasado domingo 5 de febrero, el margen de maniobra política y gobernabilidad de Lasso es nulo: se vació por completo su escaso capital político y la poca legitimidad social que le quedaba.

El PSC, su antiguo aliado, emitió un breve pronunciamiento rechazando de plano la invitación a un acuerdo nacional que planteó Lasso, durante una cadena nacional de radio y televisión, el pasado 6 de febrero, en la que reconoció, mediante un discurso hueco sin ningún contenido de fondo, su aplastante derrota.

Los socialcristianos dijeron no confiar en la palabra del mandatario, la cual está totalmente desvalorizada y recordaron que su estilo consiste en salirle al paso a las diferentes circunstancias recurriendo a cualquier recurso demagógico.

Arrasa el correísmo

Los correístas Paola Pabón y Pabel Muñoz celebran su triunfo al alcanzar la Prefectura de Pichincha y la Alcaldía de Quito, respectivamente.

En contraste, el correísmo se consolida como la primera fuerza política en el país. No solo ganó las alcaldías de Quito, con Pabel Muñoz, y la de Guayaquil con Aquiles Álvarez, sino las respectivas prefecturas (gobernaciones) de las provincias de Pichincha con Paola Pabón y Guayas con Marcela Aguiñaga.

Adicionalmente, la Revolución Ciudadana obtuvo otras siete prefecturas y una cantidad importante de alcaldías que posiciona a este sector de la izquierda ecuatoriana en primer lugar para disputas las elecciones presidenciales en 2025.

Marcela Aguiñaga, prefecta electa de Guayas y Aquiles Álovarez, alcalde electo de Guayaquil por la Revolución Ciudadana.

Pachakutik, se posiciona como la segunda fuerza

El partido político de la Conaie, Pachakutik, que maneja un discurso reivindicativo de derechos étnicos y es una colectividad fragmentada ideológicamente entre sectores de izquierda y derecha, tuvo también un papel destacado en estas elecciones locales. Ganó seis prefecturas, varias alcaldías, entre ellas, la de Ambato, importante ciudad, capital de la provincia de Tungurahua.

Un sector de dirigentes de derecha de Pachakutik han venido apoyando la cuestionada gestión del banquero Lasso y en 2021 su postura de promover lo que denominaron “el voto no ideológico” fue determinante para la victoria de Lasso Mendoza. Es decir, la mayoría del voto indígena ecuatoriano respaldó al entonces candidato neoliberal y hoy inquilino del Palacio de Carondelet.

Reacción de los especuladores financieros

La crispante situación política ecuatoriana ha llamado la atención de los especuladores financieros por cuanto aumenta la incertidumbre sobre la capacidad del Gobierno de Lasso de terminar su mandato y su preocupación se refleja porque el precio de los bonos de deuda ecuatorianos cae.

En un reporte elaborado este 6 de febrero por la firma de mercaderes  de banca J.P Morgan, se asegura que «El sólido desempeño del correísmo en las elecciones regionales junto con lo que parece ser una derrota del gobierno en el referendo, de confirmarse, deja un escenario político muy desafiante para la administración de Lasso”.

Los especuladores financieros de capital internacional advierten además que los resultados adversos en la consulta popular debiliten aún más el erosionado capital político de Lasso, y se apunta a que nuevas protestas de sectores sociales y del movimiento indígena puedan ser más desestabilizadoras y dañinas en el actual escenario para sus codiciados intereses.

Desde otras instituciones como Santander Investment Securities, se recalca que, tanto el triunfo del No en el referendo como la hegemonía del correísmo en las grandes ciudades como Quito y Guayaquil, configuran «el peor escenario posible» para un gobierno ya débil y con bajos índices de apoyo.

En este contexto, el precio de los bonos ecuatorianos ha sufrido una caída de entre el 10 % y 14 %, lo que describe claramente que el país se ve ahora con más alto riesgo no solo a corto, sino también a mediano y largo plazo para los tenedores de la deuda ecuatoriana.

Las alarmas están encendidas en los sectores neoliberales, de los especuladores y mercaderes de capital ante la debilidad política de Lasso y todos los interrogantes giran sobre si se podrá mantenerse en el poder con tan altos índices de impopularidad e ingobernabilidad. El tiempo lo dirá.

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