Gobierno colombiano no facilita ni estimula participación política mediante el voto en el exterior, denuncia movimiento Soy porque Somos

LA ROSA ROJA /

El movimiento Soy Porque Somos que lidera la aspirante a la Vicepresidencia, Francia Márquez Mina dentro de la fórmula del Pacto Histórico que encabeza el senador Gustavo Petro, en su capítulo internacional, emitió un comunicado público de creación colectiva consultando a ciudadanos colombianos residentes en diversos países, en el que se da cuenta de las numerosas irregularidades de los consulados en el exterior que obstaculizaron el  derecho al sufragio en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el pasado 29 de mayo.

La diáspora colombiana a través de este pronunciamiento quiere hacer un llamado de atención para que el Ministerio de Relaciones Exteriores corrija los errores ocurridos con ocasión de la primera vuelta electoral y no vuelvan a repetirse.

El texto del comunicado está concebido en los siguientes términos:

La Ley 403 de 1997 que establece estímulos para las personas sufragantes determina en el su primer artículo que “la participación mediante el voto en la vida política, cívica y comunitaria se considera una actitud positiva de apoyo a las instituciones democráticas, y como tal será reconocida, facilitada y estimulada por las autoridades”.

En el transcurso de las últimas elecciones legislativas y presidenciales, contrario a lo promulgado en esta ley, las personas colombianas residentes en el exterior hemos podido constatar diferentes mecanismos de limitación e injerencia en el ejercicio del derecho al voto.

En diferentes lugares en el exterior, las autoridades consulares correspondientes han limitado el derecho al voto de las siguientes formas:

1. La información sobre los lugares y las fechas para la inscripción de cédulas. Muchos consulados no se esfuerzan por hacer llegar esta información a las comunidades colombianas. Resultado muchas personas se informaron muy tarde de las fechas y no alcanzaron a gestionar un permiso laboral para ir a inscribir las cédulas. Otras personas incluso ni se enteraron de estas posibilidades.

2. La información sobre los puestos y horarios de votación no es clara. Algunos consulados no dan la información necesaria para ejercer el derecho al voto. A cambio de esto confunden al electorado y no en pocas ocasiones mandan a las personas votantes a llamar a las embajadas o a otros consulados.

3. Los horarios de apertura de los consulados son normalmente restringidos, muchas veces no responden a las llamadas telefónicas y en algunas ocasiones no están abiertos ni siquiera en los tiempos estipulados. En tiempo de elecciones estas situaciones no son mejoradas para nada, al contrario, no en pocas ocasiones es todavía peor.

4. En algunos países, las distancias a recorrer para llegar a los puntos de votación son inmensas y aunque se ha solicitado la instalación de mesas de votación móviles las autoridades consulares hacen caso omiso de estas solicitudes. Las autoridades consulares no han hecho nada para superar las dificultades de las distancias geográficas. Bien podrían apoyar financieramente a quien tenga que viajar más de 100 kilómetros, o bien podrían facilitar una mesa de votación móvil que haga posible que los y las ciudadanas en el extranjero no tengan que recorrer más de 100 kilómetros para ejercer el derecho al voto, o podrían implementar el voto electrónico previsto en la ley (Art. 258 de la Constitución).

En diferentes lugares en el exterior, las autoridades consulares correspondientes han injerido en el derecho al voto de las siguientes formas:

1. A través del nombramiento de jurados y testigos electorales. En los formularios o entrevistas con las personas que postulan para estas funciones se les pregunta sobre su filiación política. En algunos casos, dependiendo de las simpatías políticas las personas son mandadas a un puesto de votación o a otro, en donde el flujo de votación es menor o de antemano se sabe que la intención política domina en la votación de ese puesto.

2. En algunos casos se ha favorecido o dificultado la inscripción de ciudadanos-as para las funciones de jurado o testigo dependiendo de su inclinación política o filiación partidaria. En otros casos incluso la filiación política ha jugado un rol al parecer determinante en el proceso de selección de jurados.

3. El Ambiente por parte de funcionarios consulares o personas escogidas por estas para las funciones de jurados y testigos ha sido abiertamente parcializada para una candidatura y abiertamente hostil hacia otra. Junto a las mesas de votación se han escuchado comentarios agresivos sobre la escogencia del voto y en algunos casos se han visto también actitudes hostiles.

Desde el equipo internacional de Soy porque Somos nos preocupa que, a través de estos hechos, el derecho al voto y la participación política de la ciudadanía se vean afectados. Pero más preocupante nos parece, que desde algunas instancias consulares se promuevan estas actitudes de forma institucional.

La injerencia de los consulados en asuntos políticos electorales y partidistas corresponde a una práctica iniciada hace ya dos décadas en el gobierno del señor Álvaro Uribe Vélez, cuando las embajadas y consulados se convirtieron en servicios de espionaje a la ciudadanía en el exterior y en agencias de marketing del señor presidente. Entonces las únicas funciones de las embajadas y consulados parecían ser el lavado de imagen de Uribe Vélez y la vigilancia de los y las colombianas en el exterior. Posteriormente estos espacios estatales se convirtieron en moneda de cambio para el pago de favores políticos en el gobierno y como lugar de huida y refugio para personas en conflicto con la justicia, bien por sus andanzas en medio de la corrupción o en medio del narco paramilitarismo.

Estas prácticas diplomáticas han demostrado sistemáticamente un desprecio por las personas colombianas residentes en el exterior. Los consulados se han convertido en un tragadero de recursos que fomenta el clientelismo, el nepotismo y la corrupción. Frente a esto sin embargo nuestra respuesta difiere de la absurda idea de cerrar consulados o embajadas. Por el contrario, nuestra propuesta es convocar a las comunidades colombianas en el exterior a enfrentar la inoperancia, ignominia y desidia en los consulados por medio de asambleas migrantes que visibilicen las necesidades y deseos de las comunidades colombianas en el exterior y que al mismo tiempo exijan unos servicios consulares de cara a las comunidades. Nuestra idea es desatar una revolución consular que haga de esos monumentos clientelares espacios para la reconstrucción de nuestras comunidades y el reencuentro con nuestra identidad en el exterior.

#SoyPorqueSomos #DeLaResistenciaAlPoder #PactoPorLaVida #HastaQueLaDignidadSeHagaCostumbre

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