POR CAMILO RUIZ ALONSO
En Colombia, a partir del triunfo en las elecciones presidenciales del Pacto Histórico liderado por Gustavo Petro y Francia Márquez, se abrió una etapa en la coyuntura nacional que hace ruptura con los comicios de los partidos tradicionales Liberal y Conservador en las últimas décadas. Igualmente, se logró una significativa bancada parlamentaria que acompaña al Gobierno en iniciativas legislativas para la ejecución de reformas planteadas en el programa de campaña.
Los retos para el Gobierno y la bancada parlamentaria del Pacto Histórico son mayúsculos teniendo en cuenta que hay una resistencia y oposición de las élites políticas, sociales y económicas que pueden ver afectadas sus intereses y beneficios al ser desplazadas del poder gubernamental del que se han enriquecido por muchas vías legales e ilegales. Especialmente, el uribista Centro Democrático que esta en el ojo del huracán por corrupción, paramilitarismo, narcotráfico y violaciones de los derechos humanos, comisión de crímenes de lesa humanidad, e impulso de contrarreformas que han afectado las condiciones laborales, pensionales y garantías del Estado para diversos sectores sociales, lo cual profundizó la pobreza, las violencias, la perdida de espacios democráticos. Es decir, ante las contrarreformas implementadas por el Centro Democrático en las últimas décadas, que configuró el desmonte de la Constitución del 1991 y las diversas garantías sociales, hoy desde el Gobierno del Pacto Histórico se va a dar paso a políticas sociales, culturales y económicas en beneficio de la mayoría de la población.
El Gobierno del Pacto Histórico, tiene indicadores de favorabilidad en las encuestas, que aunado a la movilización realizada en diferentes ciudades en respaldo a las decisiones del Ejecutivo y los trámites de diversos proyectos de ley en el Congreso, son un espaldarazo al Cambio por la vida que es uno de los pilares fundamentales de esta administración. Sin embargo, las movilizaciones en las principales ciudades no alcanzaron los niveles cercanos a las de los años 2019 y 20.
Este giro histórico y político de la gobernabilidad del país en las últimas décadas plantea unos retos a la unidad de acción del Pacto Histórico:
- ¿Cuáles son las estrategias para que las reformas que se estarán tramitando en el Congreso sean un paso para redefinir los beneficiarios de las mayorías sociales? Aun así, estás reformas serán limitadas en sus alcances sociales porque los partidos tradicionales o variantes de las élites, pueden hundirlas en el Congreso.
- La victoria del Pacto Histórico para llegar al Gobierno y la representación significativa en el Congreso, son un paso en redefinir el rumbo de la historia política y social de la nación en los doscientos años de la Republica, pero no cambiará el modelo socioeconómico capitalista hegemónico. Y en este sentido el presidente Gustavo Petro ha sido claro en apostar por un capitalismo democrático antineoliberal y de soberanía ante los poderes geopolíticos mundiales. Puede considerarse como una reedición del gobierno de Salvador Allende en Chile.
- El Pacto histórico ya presenta muestras de grandes debilidades para el ejercicio de la gobernabilidad porque fue constituido como Unidad de Acción en campaña, en donde cada partido político o movimiento político se mantiene con independencia organizativa. La victoria en las elecciones presidenciales y la conquista de una bancada parlamentaria significativa pone al descubierto que proponerse un cambio de modelos político y económico supera la Unidad de Acción.
A partir de las anteriores premisas de los retos y desafíospara el Pacto Histórico, en un sentido estratégico de poder alternativo, es necesario que avancemos en la unidad orgánica que supere a las diversas siglas partidarias o movimientos que dieron origen al proyecto político. Los socialistas anticapitalistas, que somos una minoría política, estamos por fuera de incidir en las decisiones de poder y de avanzar en una estrategia de revolución anticapitalista. Apostamos por la Unidad orgánica y democrática del Pacto Histórico que posibilite constituirse en un Partido político con base en derecho a tendencias, debates democráticos y elecciones nacionales y territoriales de sus direcciones, consultas previas, y confecciones de listas para cargos públicos que respeten la diversidad y especialmente la promoción de poderes sociales locales para garantizar la transformación desde la sociedad.
Las expresiones partidarias que dieron origen al Pacto Histórico ya cumplieron su papel y dejaron huellas positivas o negativas, pero en la nueva etapa de la historia nacional se necesita abrir una nueva pagina con nuevos liderazgos, dinámica organizativas y apuestas con sentido estratégico más allá de los cuatro años de la gobernabilidad en la que hoy estamos con Gustavo Petro-presidente y Francia Márquez-vicepresidenta.
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