POR JORGE ESPINOSA
Fue el periodista del diario israelí Haaretz, Gur Meggido, el primero en hablar de la compra del software de espionaje Pegasus por parte del Gobierno colombiano. El artículo se tituló “13 millones de dólares en efectivo: cómo Colombia pagó por un software de espionaje israelí”. Meggido contaba que en 2020 NSO Technologies, una empresa de tecnología israelí, había negociado con el Gobierno colombiano la venta del polémico software espía Pegasus. “Las ventas de NSO fueron aprobadas por el Ministerio de Defensa de Israel, que también apoyó activamente a la empresa en algunos casos”, decía, para explicar luego que se pagaron 13 millones de dólares en efectivo en un avión privado que, se supone, llegó a Israel en 2021.
Una parte llamativa del artículo de Meggido, que no tiene soporte documental pero sí varias fuentes anónimas (para el lector, no para el reportero), señala que un depósito en efectivo de más de 10.000 dólares podría disparar las alarmas de lavado de dinero, pero que 13 millones de dólares enviados desde “la capital mundial del narcotráfico sería la madre de todas las alarmas”. En definitiva, que se necesitaría que el Ministerio de Defensa de Israel entregara un sello de aprobación para que un banco local aceptara la transacción. Cuatro meses después del texto de Meggido, los colegas de la Revista Raya revelaron que el banco que lo aceptó fue el “más grande de Israel, el Banco Hapoalim, que recibió el visto bueno del general Yair Kulas, quien era el jefe de Exportaciones del Ministerio de Defensa de Israel. No solo eso, añaden un dato clave: los 13 millones de dólares salieron de plata incautada a narcotraficantes”.
El texto de Raya, un complemento a lo que había publicado Meggido en Haaretz en marzo, tampoco tiene pruebas documentales, pero sí fuentes que en el momento de la negociación de Pegasus estaban en el Ministerio de Defensa colombiano. Los periodistas de Raya, en su artículo, relacionan un viaje del presidente Iván Duque a Israel a finales de octubre de 2021 con el comienzo de las negociaciones. Mencionan, además de el viceministro de Planeación y Estrategia de Defensa, Jairo García, a tres militares de Fuerzas Militares: el general Carlos Moreno, el general Wilson Cháwez y el general Juan Diego Sepúlveda, ya todos retirados.
Sin embargo, la denuncia del presidente Petro dice algo distinto: que la inteligencia financiera israelí señalaba que a mediados de 2021 la Dirección de Inteligencia de la Policía (DIPOL), habría pagado en efectivo 11 millones de dólares por el programa informático israelí. Finalmente, ¿quién hizo la compra clandestina?, ¿el Ejército y su Comando Cibernético, o la Dirección de Inteligencia de la Policía? Sabemos, hace rato, que este tipo de compras, sobre todo si se hacen por debajo de la mesa, no se hacen conjuntamente. Podría ser, entonces, que el viaje de Duque reportado por la Revista Raya en 2021 no tuviera relación alguna con la compra del Pegasus, sino con lo que sí compraron legalmente: el sistema de monitoreo y vigilancia para el nororiente de la frontera con Venezuela: Ebit System Land and C4i Tadirán.
El exdirector del Dapre del Gobierno Duque, Víctor Muñoz, dijo el viernes 6 de septiembre en Caracol Radio que todo era falso, que era imposible hacer esa compra en efectivo y sin pasar por los sistemas financieros y de control colombianos, y que la narrativa que estaban intentando crear (¿quiénes?) era una mentira (por cierto, el presidente Petro, respondiendo a la entrevista en su cuenta de X, escribió un críptico “Ay, Víctor”). El argumento de Muñoz es simple, pero flojo: no existe contrato alguno entre el Estado colombiano y el Gobierno de Israel o la empresa NSO para la adquisición del Pegasus. Por supuesto que no, porque justamente la idea de comprarlo en efectivo era esa, mantenerlo oculto, en la clandestinidad, sin control judicial alguno. Negar la presunta compra del Pegasus solo con ese argumento, sería equivalente a decir que las chuzadas a magistrados, opositores y periodistas nunca existieron porque de ello no quedó registro judicial alguno.
El presidente Petro, por su parte, reconoce que no sabe a ciencia cierta contra quién se usó el Pegasus, pero sospecha que pudo usarse contra magistrados, candidatos opositores antes de la elección de 2022 y otros malquerientes del Gobierno Duque. También pudo usarse contra las organizaciones criminales que crecen como hierba mala en estas tierras. En cualquier caso, dentro de la comunidad de inteligencia la opinión general es que el Pegasus sí cabalga y vuela en Colombia, y que la denuncia del periodista Meggido, que no tiene relación alguna con nuestras miserias políticas locales, genera una sospecha enorme sobre las acciones de funcionarios del Gobierno Duque.
Revista Cambio, Bogotá.