Presidentes que apuestan por el Armagedón nuclear

COP DIVERGENTE: MANIFIESTO A COLOMBIA Y AL MUNDO /

La COP DiverGente -Cumbre Ambientalista, Ciudadana y Autónoma- reunida en Cali entre el 26 y 27 de octubre de 2024, registra las palabras del secretario general de Naciones Unidas, señor Antonio Guterrez, en ocasión de la COP16: “Los países en desarrollo están siendo expoliados. El ADN digitalizado de la biodiversidad sustenta los descubrimientos científicos y el crecimiento económico. Pero los países en desarrollo no se benefician equitativamente de estos avances, a pesar de albergar una riqueza extraordinaria”.

La COP 16 está muy lejos de resolver estos desequilibrios. A pesar de los discursos encendidos con el lema “Paz con la naturaleza”, la COP 16 corrobora que es una fase más de la mercantilización de la naturaleza y de nuestra diversidad cultural y biológica, contra los derechos de exclusiva soberanía de nuestros pueblos.

Las declaraciones de la Ministra de Ambiente de Colombia, son reveladoras: “Lo que proponemos de fondo, -dice ella-, es un nuevo pacto financiero, por eso invitamos al sector privado a construir de la mano un modelo sostenible que ponga en el centro el cuidado de la naturaleza y potencie las oportunidades que surgen de ella; esperamos que este portafolio sea un incentivo de capital y de avance para todos los sectores; sobre todo, para movilizar desarrollo regional y liderazgo global”. Y agrega: “Este portafolio debemos traducirlo en tres monedas: biodiversidad, carbono y divisas fuertes”, definiendo la COP16 como una “Feria de economías” (El Tiempo, Bogotá, 28 septiembre 2024).

Reiteramos que la COP16 es la mercantilización de la diversidad biológica y cultural de nuestros Pueblos, discrepamos de esta Conferencia y declaramos que estamos en contra de la biopiratería, como apropiación por parte de las corporaciones transnacionales de los beneficios financieros del uso de la información de secuencias digitales sobre recursos genéticos; insumo de la biotecnología farmacéutica, del mercado agroquímico, así como de armas biológicas y patógenos contra las luchas de los pueblos, por parte de las grandes potencias del norte global. Colombia -segundo país más biodiverso de la Tierra- es víctima, como nuestros países del “segundo orden”, del saqueo de la información de sus recursos genéticos, sin ningún beneficio para nuestros Pueblos, pues las grandes corporaciones ya se han apropiado de estos recursos y creado los Bancos de información del ADN con manejo de agendas secretas.

Antecedentes

La acción de nuestra COP DiverGente no empieza ni termina hoy. Tiene como antecedentes, entre otros, la más poderosa movilización ambientalista ciudadana existente en Colombia, que es la defensa del agua y del Páramo de Santurbán, que se aúna a la lucha por una política autónoma el agua donde se respete el manejo de las fuentes abastecedoras por las comunidades; la lucha contra la mafia azucarera del valle geográfico del Cauca; la defensa del Macizo Colombiano y de ríos de Colombia como el Magdalena, el Cauca y el Atrato; y de las selvas, como la Amazónica y el Chocó Biogeográfico, en unión indisoluble con sus pobladores, sometidos al etnocidio y al ecocidio.

Dentro de los antecedentes más inmediatos de este proceso, sin duda, ocupa un lugar central la defensa de la Isla Gorgona, para impedir la construcción de obras militares de una Estación Guardacostas, que transgreden la mega biodiversidad de este frágil ecosistema, incluido en la Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; obras que lesionan el derecho de exclusiva soberanía de los pueblos ancestrales (sin consulta previa e informada), que podrían conducir a un ecocidio. Logramos el pasado 9 de abril ante el Tribunal de Bogotá, la defensa de estos derechos colectivos, mediante orden judicial de suspensión de la cuestionada licencia ambiental. Exigimos que el Gobierno, sin más trámites, proceda a su revocatoria.

Los derechos animan nuestra acción alternativa

Desde nuestra perspectiva, coincidimos con otros pensamientos en que existe una unión indisoluble poder, pero sólo 9 minutos cuando lo dejó. Bush redujo el reloj a sólo 5 minutos, Obama a 3 minutos y Trump a sólo 100 segundos. Ahora Biden ha reducido el reloj a 90 segundos.

Biden ha llevado a Estados Unidos a tres crisis fulminantes, cualquiera de las cuales podría acabar en Armagedón. Al insistir en la ampliación de la OTAN a Ucrania, en contra de la brillante línea roja de Rusia, Biden ha impulsado repetidamente la humillante retirada de Rusia. Al ponerse del lado de un Israel genocida, ha avivado una nueva carrera armamentística en Oriente Próximo y un conflicto en Oriente Próximo en peligrosa expansión. Al burlarse de China por Taiwán, que Estados Unidos reconoce ostensiblemente como parte de una sola China, está invitando a una guerra con China. Trump también ha agitado la olla nuclear en varios frentes, de forma flagrante con China e Irán.

Washington parece tener una sola mente en estos días: más financiación para las guerras en Ucrania y Gaza, más armamento para Taiwán. Nos acercamos cada vez más al Armagedón. Las encuestas muestran que el pueblo estadounidense desaprueba abrumadoramente la política exterior de Estados Unidos, pero su opinión cuenta muy poco. Tenemos que gritar por la paz desde todas las colinas. La supervivencia de nuestros hijos y nietos depende de ello.

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