Rishi Sunak: la carta británica para la austeridad y la guerra

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El discurso del nuevo primer ministro conservador de Reino Unido, Rishi Sunak, al entrar en Downing Street dejó claro que este milmillonario de origen indio actuará según los dictados de la oligarquía financiera que él mismo personifica.

“Me presento aquí como su nuevo primer ministro”, afirmó “Ahora mismo nuestro país se enfrenta a una profunda crisis económica. Las secuelas de Covid aún persisten. La guerra de Putin en Ucrania ha desestabilizado los mercados energéticos y las cadenas de suministro de todo el mundo”, dijo  a su llegada a Downing Street, la residencia de gobierno británico, el pasado martes 25 de octubre.

La primera ministra a la que sustituyó, Liz Truss, había cometido “algunos errores… Pondré la estabilidad económica y la confianza en el centro de la agenda de este gobierno. Esto significará que habrá decisiones difíciles”, agregó.

Sunak ofreció como credenciales su experiencia como exfuncionario del gobierno del expremier Boris Johnson, en el rescate multimillonario de las empresas al inicio de la pandemia.

Las “decisiones difíciles” a las que se refiere el nuevo líder del gobierno inglés son el código para imponer la austeridad más estricta hasta ahora a la clase trabajadora, tal y como exigen los mercados que destrozaron a Truss por no estar dispuesta a imponer tal ofensiva inmediatamente.

Sunak ha llevado a cabo una importante limpieza de 11 de los ministros de Truss, pero se ha asegurado de mantener a Jeremy Hunt como canciller por presión de los oligopolios financieros.

En menos de una semana, el 31 de octubre, Hunt deberá presentar, como exige la aristocracia financiera mundial, una declaración fiscal de emergencia centrada en la escalada de la austeridad contra la clase trabajadora.

Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido.

El Primer Ministro más rico en la hisotira de Reino Unido

Administrador de empresas con estudios en filosofía, política y economía en Lincoln College, Oxford, Rishi Sunak fue ungido como líder del Partido Conservador. Con una fortuna de más de 730 millones de libras esterlinas se ha convertido además en el Primer Ministro más rico de la historia del Reino Unido.

Sunak fue nominado por algo más de 200 diputados tories y declarado vencedor el lunes 24 de octubre, después de que su única contrincante en la elección del liderazgo, Penny Mordaunt, se retirara en el último momento.

Una coronación rápida e indiscutible del sustituto de Liz Truss era lo que el mayor número de miembros del Partido Tory esperaba conseguir, para presentar a la población el tercer primer ministro en tres meses y proteger su gobierno en crisis del descontento popular. Sin embargo, la elección del liderazgo de la derecha, completamente antidemocrática, ha quedado al descubierto en los últimos días con el intento de retorno del cuestionado Boris Johnson de la tumba política, destituido por la mayor dimisión del gabinete de la historia hace sólo seis semanas en medio de un rechazo popular abrumador.

La clase dominante está ejerciendo una enorme presión sobre los tories para que superen las divisiones entre facciones que desgarran el partido. Sobre todo, tienen la tarea de no llevar al país a unas elecciones generales, que podrían convertirse en un foco de la oposición masiva de la clase trabajadora a la agenda planificada de austeridad ‘extremadamente dura’, a la continuación de la guerra con Rusia y al contagio masivo del Covid-19.

Sunak se ha ganado el apoyo del mayor parte del partido tory como el hombre mejor preparado para llevar adelante las políticas de austeridad y de guerra. Como canciller de Johnson, fue la segunda figura de mayor rango en el gobierno que desempeñó un papel de liderazgo en la campaña bélica de la OTAN sobre Ucrania. Presionó de manera insistente para que se eliminaran las restricciones a la propagación de la pandemia y así liberar el flujo de beneficios.

El sórdido relevo de otro primer ministro tory no elegido sólo fue posible gracias al papel de los laboristas y de la burocracia sindical, que han mantenido al gobierno a flote durante los últimos siete años de crisis cada vez más profunda para el capitalismo británico.

No habrá ningún aumento del gasto público, mientras que se desviarán miles de millones más para financiar la maquinaria de guerra. Sunak anunció como prioridad ‘apoyar a nuestras fuerzas armadas’ para respaldar ‘una guerra terrible que debe ser llevada con éxito hasta sus conclusiones’.

Mientras Sunak entraba en Downing Street, el Ejército británico estaba desplegando casi 3.500 soldados y hasta 800 vehículos en Europa para su mayor ejercicio de combate en el continente desde hace más de una década. Las tropas formaban parte del Ejercicio Cerberus 22, un ejercicio de puesto de mando a gran escala, que tenía lugar en Alemania.

La política británica que no logra superar su crisis de legitimidad se ha convertido en un sistema bizantino de golpes de palacio, intrigas en la corte y acuerdos en la trastienda porque la verdadera oposición, la clase trabajadora, es mantenida excluida de la vida política por los laboristas y la burocracia sindical.

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