
POR ERIC CALCAGNO
La primera ministra Sheikh Hasina dejó Bangladesh el 5 de agosto. Es que hubo marchas estudiantiles en contra de una ley de cupos para el ingreso a la función pública que favorecía a las familias de los veteranos de la guerra de liberación. Recordemos que esa independencia de Pakistán en 1971 costó tres millones de muertos, medio millón de mujeres violadas y el asesinato masivo de intelectuales por parte del Ejército pakistaní y milicias colaboracionistas, especialistas en las exacciones contra la minoría india.
Frente al genocidio, Indira Gandhi ordenó al Ejército indio acudir en ayuda de los guerrilleros agrupados en la Liga del Pueblo Bengalí (Liga Awami), conducidos por Sheikh Mujibur Rahman. Como líder de la resistencia fue electo presidente, aclamado Padre de la Patria y asesinado en 1975 por golpistas que masacraron a toda la familia. Salvo a Hasina, una de las hijas que estaba en el exterior. Al menos Sheikh Mujibur Rahman tuvo tiempo de establecer un Estado laico y criminalizar a todo el que usara a la religión como política. Modernidad, que le dicen. Con 29 asonadas militares a la fecha -algunos exitosos- la democracia en Bangladesh es un devenir entre el ser y la nada, que en política significa liberación o dependencia.
¿Quiénes echaron a Hasina? El Bangladesh National Party a través de la rama universitaria Jadiotabadi Chatra Dal; al Jamaat-e-Islami (“Congreso Islámico”) con el Islami Chhatra Shibir; además del Ansarullah Bangla Team, ligado a Al-Quaeda. El confesionalismo jugó un rol decisivo, como lo demostraron los saqueos, incendios y asesinatos que sufrió la minoría india durante los disturbios, así como la vandalización de los monumentos a los caídos en la guerra de liberación.
Leamos a Shafi Md Mostofa, profesor y medalla de oro de la Universidad de Dakha. En “Islamic Militancy in Bangladesh” (2021), describe cuál es el perfil del extremista: joven, más bien educado, de clase media, cuya desafección por la política lo lleva a un islamismo radical, que justifica la violencia como solución para todos los problemas. Adopta un relato apocalíptico y cree en las movilizaciones, lo que facilita el paso de la militancia al terrorismo.
Aunque la Liga Awami obtuvo 271 bancas sobre un total de 350 diputados en las elecciones de enero pasado, Estados Unidos dijo que no fueron “ni limpias, ni justas”. ¿Demasiados años en el poder? La alemana Angela Merkel estuvo más que Hasina. ¿Menos votos? Awami ganó con un porcentaje mayor que Keir Stramer en el Reino Unido, cuyo sistema electoral es similar al de Bangladesh.
Igual, el 6 de agosto el Parlamento fue disuelto para establecer un gobierno provisional. De los 20 “asesores”, cinco están ligados a Estados Unidos, tres son banqueros, tres son militares, dos vienen de ONG y dos representan a los estudiantes rebeldes. Lo preside Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006, inventor del “banco para pobres”. Yunus también es amigo de los Clinton y donante a las campañas demócratas en al menos 300.000 dólares. “Benefactor” para unos, “chupasangre” para otros, el gobierno “técnico” de Yunus implica un giro geopolítico.
Atrás quedarán las relaciones con Rusia, pese a la central nuclear que construye; con China, pese a la central eólica de 63 MW y los submarinos que produce en la base bengalí de Cox Bay; con India, el aliado político. “Si hubiese permitido una base norteamericana en St. Martin, todavía estaría en el poder”, afirmó Hasina. Esa isla comanda la Bahía de Bengala, que conecta a Japón, China y Corea con el Medio Oriente, pues domina el estrecho de Malacca.

Huelga de telefonistas en Bogotá
La modernización industrial en las grandes ciudades trajo capitales y empresas extranjeras, y con estas los conflictos laborales derivados de la explotación y bajos salarios que era lo prevaleciente en las relaciones del trabajo en la época.
En Bogotá, en 1928, se realiza la primera huelga de telefonistas en The Bogotá Telephone Company, empresa inglesa. En esa etapa de consolidación del capitalismo nacional, igual a como había sido en las grandes metrópolis, la principal vía para ese fortalecimiento era la explotación al máximo de la mano de obra. La plusvalía que llamara Marx.

El pliego de peticiones, como siempre, trataba de condiciones de trabajo dignas, licencias pagas por enfermedad y descanso dominical. El 16 de junio se firmó el convenio que puso fin a la huelga y culminó con el cumplimiento de las peticiones de las huelguistas.
Escogedoras de café en el Viejo Caldas
El sorprendente florecimiento del cultivo del café en la década de 1930 en la región del Viejo Caldas, obligó la contratación de numerosas mujeres para el oficio de escogedoras del grano en las trilladoras, lugares que no cumplían requisitos sanitarios, donde eran encerradas y hacinadas en ambientes insalubres y horarios extenuantes.
Las protestas de estas trabajadoras, uno de los primeros movimientos sociales en esta región, tuvo la orientación de la gran María Cano y del Partido Comunista que como en todos los enclaves donde hay masas trabajadoras, tenía allí sus células.
En 1935, estalla el movimiento en Pereira, con una masiva participación de trescientas escogedoras, continúa en Santa Rosa de Cabal y luego en Montenegro en la trilladora La Libertad de La Gibson, empresa estadounidense. Y repercutió en Armenia, destacándose el liderazgo de Ana María Cardona, presidenta del Sindicato Único de Escogedoras.
La huelga de Montenegro fue brutalmente reprimida por la policía, resultando dos camaradas muertos, numerosos heridos y gran cantidad de detenidos objeto de proceso judicial.
La Flor del Trabajo
Activista política y agitadora socialista, María Cano acompañó el surgimiento de organizaciones sindicales, siendo cofundadora de la primera central única de trabajadores. Encabezó las luchas por los derechos civiles y laborales de la clase obrera, abriendo el camino de la resistencia social y política.
Fue pregonera de las ideas socialistas y antiimperialistas. Participó en la fundación del Partido Socialista Revolucionario y fundó el Socorro Rojo entre los campesinos de Viotá, a quienes orientó y apoyó en su lucha por la tierra.
María fue promotora de la participación política y sindical de las mujeres. La simpatía que despertó en la clase trabajadora llevó a que el Primero de Mayo de 1925 la bautizaran con el honroso título de La Flor del Trabajo.
Juana Julia Guzmán
Esta desconocida y portentosa mujer nacida en Corozal, Sucre, en 1892, tuvo una vida digna de ser rescatada en los estudios sociales y aún por los hacedores del arte. Recolectora de hoja de tabaco en las sabanas de Sucre, se ganó el apelativo de “la roba tierra” puesto por los hacendados, la prensa y los estamentos represivos, dado su liderazgo en las tomas de tierras, lo que le valió años de cárcel, amenazas, maltratos y desplazamientos.
Lideresa campesina y promotora de organizaciones de mujeres, se unió a diferentes luchas obreras y agrarias. Fue la primera y única presidenta de la Sociedad de Obreras Redención de la Mujer, integrada por lavanderas, cocineras, desempleadas y bailadoras de fandango como la famosa María Barilla.
Cuenta el sociólogo Orlando Fals Borda que cuando murió Juana en su humilde choza en Montería, se encontró en un baúl una carta de Lenin ─¡sí; del mismísimo Lenin!─ donde le hacía un gran reconocimiento a Julia por su inmenso trabajo y liderazgo en la lucha “por la tierra para el que la trabaja” y la difusión de las ideas socialistas en todo el Caribe colombiano.
Fue la inspiradora de lo que después sería la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) que, no casualmente en las décadas del ochenta y del noventa del siglo pasado, tuvo una intensa actividad de recuperación de tierras en los departamentos de Sucre y Córdoba, epicentro de la lucha de Juana Julia, “la roba tierra”.
Semanario Voz, Bogotá.