THE GUARDIAN / PÁGINA /12 /
Un retrato pormenorizado de la Red Atlas, el tejido ultraderechista que se expande por todo el mundo y que tiene gran influencia en varios países de Latinoamérica.
Cómo es el sombrío el tanque de pensamiento (think tank) que une las políticas neoliberales del argentino Javier Milei, el estadounidense Donald Trump y el inglés Rishi Sunak.
Recientemente el diario británico The Guardian publicó una columna de George Monbiot en la que se explica por qué el programa de gobierno de Milei en Argentina tendrá consecuencias negativas -e irreversibles- contra la clase media y baja nacional. Pero lejos de detenerse en el país suramericano, dicho artículo periodístico explica que esa plataforma tiene «similitudes sorprendentes» con el plan que llevó adelante Liz Truss en Inglaterra y ahora lo continua el primer ministro inglés Sunak. ¿El denominador común? La influencia de la organización Atlas Network.
Durante la última campaña presidencial, la derecha argentina agitó la bandera de «volver al mundo», como eje de su plataforma electoral. Lo que evitaron decir fue que, ya casi con un mes de gestión, lo que destacarían la mayoría de medios internacionales sobre la administración de Milei es el devastador ajuste planteado sobre las clases sociales con menos recursos y el «rayo privatizador» de todo lo que huela a Estado.
The Guardian, fue un paso más allá al detallar los puntos en común de la ultraderecha argentina con las políticas que promocionan tanto Donald Trump como los británicos Liz Truss y Rishi Sunak y da cuenta que el común denominador de esos cuatro planes se sostiene el programa mundial que proporciona y promociona un «oscuro» think tank mundial denominado Red Atlas o Atlas Network.
El citado diario inglés caracteriza al gobierno de Milei como una gestión que adquiere “elementos del fascismo, elementos tomados prestados del Estado chino y elementos que reflejan la historia de dictadura de Argentina”. También destaca los recortes de presupuesto, “la demolición” de los servicios públicos, el despido de empleados, la privatización de las empresas del Estado y la criminalización de la protesta social.
Pero lejos de ser algo inédito, Monibot aclara que ese programa tiene «sorprendentes similitudes» con el que implementó Liz Truss, la exprimer ministra inglesa que duró en su cargo apenas 45 días.
Un organismo coordinador global
Lo que aclara el artículo periodístico es que tanto el programa de Milei, como el proyecto de Truss que continúa Sunak están influenciados por Red Atlas, «un organismo coordinador global que promueve en términos generales el mismo paquete político y económico en todos los lugares donde opera. Podríamos describir ciertas políticas como las de Milei, Bolsonaro, Truss, Johnson o Sunak, pero todas son variaciones de los mismos temas, ideadas y perfeccionadas por chatarra que pertenecen a la misma red. Esos presidentes y primeros ministros son sólo las caras que presenta el programa».
«Los think tank de dinero oscuro y la Red Atlas son medios muy eficaces para disfrazar y acumular poder. Son el canal a través del cual los multimillonarios y las corporaciones influyen en la política sin mostrar sus manos, aprenden las políticas y tácticas más efectivas para superar la resistencia a su agenda y luego difunden estas políticas y tácticas por todo el mundo. Así es como las democracias nominales se convierten en nuevas aristocracias», completa el columnista de The Guardian.
Un claro ejemplo de estas políticas influenciadas por la misma red -fundada en 1981 por Antony Fisher- radica en la insistencia a criminalizar las protestas. Ese efecto se debe -explica la nota del diario inglés- a su capacidad para moldear la opinión pública. «Los chatarreros neoliberales no sólo han presionado para que se adopten medidas extremas contra las protestas, sino que también han demonizado con éxito a los manifestantes ambientalistas llamándolos ‘extremistas’ y ‘terroristas’. Esto podría ayudar a explicar por qué los defensores pacíficos del medio ambiente que bloquean una carretera son rutinariamente golpeados, pateados y escupidos por otros ciudadanos, y en algunos lugares atropellados o amenazados con armas de fuego (…). También podría explicar por qué apenas hay un murmullo de cobertura mediática o preocupación pública cuando se imponen penas extremas: como la sentencia de seis meses de prisión impuesta en diciembre al activista climático Stephen Gingell por marchar lentamente por una calle de Londres».
En cuanto a los sucesivos gobiernos neoliberales de Inglaterra, el periodista aclara que detrás de los programas de Truss y Sunak es sencillo observar la mano «invisible» de Red Atlas. Basta sólo, dice, con detallar quiénes forman parte del gabinete. Y allí da cuenta que un gran porcentaje trabajó o fue financiado tanto por Atlas Network como también por el Instituto de Asuntos Económicos (IEA), otro think tank creado por Fisher.
Influencia en América Latina
Si bien Atlas Network ya tenía presencia en Latinoamérica de tiempo atrás, fue a finales de 2018 que se consolidó con la creación del Centro para América Latina, bajo la dirección de Roberto Salinas León, consejero del mexicano Grupo Salinas, dueño de TV Azteca, actualmente cuestionado por cuanto su máximo representante, Ricardo Salinas Pliego, se niega a pagar una abultada deuda tributaria al fisco de México.
Dicho centro latinoamericano de la Red Atlas, según reseña en su sitio web, se encarga de tejer una red de colaboración con cerca de 100 organizaciones “independientes” de la sociedad civil latinoamericana, así como de otras redes de orientación similar como la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por el escritor e ideólogo del neoliberalismo criollo, Mario Vargas Llosa y de la que hacen parte los expresidentes de España, José María Aznar; de Argentina, Mauricio Macri; de México, Ernesto Zedillo y Vicente Fox; de Colombia, Álvaro Uribe, Guillermo Lasso de Ecuador, entre otros: todos ellos cuestionados ‘prohombres’ de la derecha hispanoamericana.
Aún antes de la creación del Centro, la Red Atlas ya había logrado constituir un entramado de colaboraciones con los “tanques de pensamiento” de derecha a lo largo de la región: desde México hasta Chile y Argentina, pasando por Ecuador. En este país, además de la mencionada fundación de Lasso, también se encuentran: el Instituto Ecuatoriano de Economía Política con sede en Guayaquil, cuya presidenta vitalicia es la economista Dora de Ampuero; así como la Fundación Economía y Desarrollo, y Estudiantes por la Libertad, de Quito.
Una muestra de que América Latina ha sido una región prioritaria para la Red Atlas es el hecho de que el CEO de esa organización entre 1991 y 2018 fue el economista argentino Alejandro Chafuen, quien también es miembro de la selecta organización Mont Pelerin, fundada en 1947 por los mismísmos Friedrich Hayek y Milton Friedman, los principales referentes del pensamiento neoliberal, cuyos discípulos fueron protagonistas de la contrarrevolución neoliberal bajo la dictadura de Pinochet en Chile.
«Lo peor está por venir»
«En Argentina, donde Milei ha llenado el vacío dejado por el flagrante desgobierno de sus predecesores y es capaz de imponer, al estilo de una auténtica doctrina de shock , políticas que de otro modo encontrarían una feroz resistencia, las clases media y pobre están a punto de pagar un precio terrible. ¿Cómo sabemos? Porque se han aplicado programas muy similares a otros países, empezando por el vecino de Argentina, Chile, después del golpe de Augusto Pinochet en 1973», expone Monbiot sobre el proyecto La Libertad Avanza, el movimiento político del actual inquilino de la Casa Rosada.
Y, para concluir, el articulista inglés advierte que «lo peor está aún por llegar». Es que la columna periodística pone el ojo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en la que Trump está decido a tener su segundo tiempo al frente de la Casa Blanca. Sobre el programa de gobierno, explica que «Trump nunca ha desarrollado una plataforma propia coherente. No tiene por qué hacerlo. Sus políticas han sido escritas para él, en un Mandato de Liderazgo de 900 páginas elaborado por un grupo de think tanks liderados por la Heritage Foundation». ¿De qué red es miembro central la ultraconservadora Heritage Foundation? La respuesta es una sola: de la Red Atlas.