La falacia y matriz mediática que buscan imponer Washington y su alfil María Corina Machado para tratar de deslegitimar el proceso electoral de Venezuela

María Corina Machado Parisca, caracterizada agente de Washington para desestabilizar el régimen político de Venezuela.

CRONICÓN.NET /

Washington ha lanzado una agresiva operación de propaganda internacional para imponer una narrativa de guerra con el propósito expreso de deslegitimar las elecciones presidenciales de Venezuela previstas para el próximo 28 de julio, ante la imposibilidad legal de postularse como candidata su pupila, la neofascista María Corina Machado Parisca, quien tampoco logró inscribir una sustituta, en este caso la pedagoga Corina Yoris, por no cumplir los requisitos de ley.

Lo grave de esta operación mediática que pretende instalar la matriz según la cual al grupo político Vente Venezuela de Machado Parisca, que no está inscrito ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), se le ha dejado por fuera de la participación en las elecciones de julio porque así lo ha determinado el régimen del presidente Nicolás Maduro, es que de manera equivocada reaccionaron los gobiernos de Brasil y de Colombia que presiden Lula da Silva y Gustavo Petro, así como el aspirante presidencial más opcionado del Uruguay, Yamandú Orsi del progresista Frente Amplio, quienes terminaron aceptando el falso relato propalado con perversas intenciones por Washington.

Inscripción de candidaturas presidenciales en Venezuela

Una síntesis del proceso de inscripción de los trece (13) candidatos respaldados por treinta y siete (37) organizaciones políticas ante el CNE que cumplieron con todos los requisitos legales para optar a la Presidencia de la República en elecciones generales el 28 de julio es la siguiente:

  • De los trece (13) candidatos doce (12), (el 92 %) pertenecen a organizaciones políticas de oposición al Gobierno Bolivariano, así como veintiséis (26) de las treinta y siete (37) organizaciones políticas, es decir el 70 %.
  • El Presidente y candidato a la reelección Nicolás Maduro Moros fue postulado como candidato por once (11) organizaciones políticas integrantes del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar.
  • Solamente el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) avaló la postulación de su candidato Presidente con las firmas de más de cuatro millones y medio (4.500.000) de simpatizantes, militantes y dirigentes de base, que realizaron asambleas consecutivas en 269.000 calles, 50.000 comunidades y 14.000 centros electorales, donde esta colectividad política cuenta con estructuras organizativas que cubren todo el territorio nacional.
  • Todos los candidatos y organizaciones políticas se presentaron ante el CNE, bajo las mismas condiciones, requisitos y lapsos, (sin ningún impedimento impuesto en particular) para concretar su participación en el proceso electoral del 28 de julio de 2024.
  • Por la oposición participan 26 organizaciones políticas de diverso origen y trayectoria: desde partidos como Acción Democrática (AD) y Copei, emblemas del antiguo régimen bipartidista, hasta nuevas alianzas como Fuerza Vecinal, surgida recientemente de la disidencia opositora frente a la extrema derecha nacional.

Las falsedades de Corina Machado

La Ley Orgánica de Derechos Electorales (art. 47) establece que únicamente tendrán derecho a postular candidatas y candidatos para los procesos electorales:

  1. Organizaciones con fines políticos.

  2. Los grupos de electores o electoras.

  3. Los ciudadanos o ciudadanas por iniciativa propia.

  4. Las comunidades u organizaciones indígenas.

Solo una opción que aspiraba a participar en las elecciones presidenciales de julio no cumplió con los requisitos legales: la agrupación Vente Venezuela de la agente de Estados Unidos, María Corina Machado Parisca. Esta agrupación política financiada por Washington no es un partido nacional acreditado ante el CNE. De hecho, no ha participado en ninguna elección arbitrada en Venezuela. Se dio a conocer internacionalmente a través de unas muy cuestionadas primarias de la oposición en 2023, con un enorme despliegue de propaganda internacional, pero realizadas sin registro de votantes y con el único arbitraje de la organización Súmate, de la cual la propia Machado es una de sus fundadoras.

Como Vente Venezuela no es un partido habilitado ante el CNE, su líder estaba obligada a establecer consensos con organizaciones debidamente habilitadas para esta elección presidencial de 2024. Supuestamente había logrado acuerdo previo con la coalición Mesa de Unidad Democrática (MUD) y Un Nuevo Tiempo (UNT).

María Corina Machado portando la bandera de Estados Unidos, el país para el cual trabaja.

Machado Parisca sabía desde el comienzo que no podía participar en los comicios habida cuenta que sobre ella recae una inhabilitación que data del año 2015, cuando ejercía como diputada a la Asamblea Nacional y aceptó ocupar un lugar como embajadora alterna del gobierno de Panamá en una sesión plenaria de la OEA, para solicitar -como agente de un gobierno extranjero- que se sancionará a Venezuela mediante la aplicación indebida de la Carta Democrática Interamericana. Violó el juramento que hizo a la Constitución e incumplió la norma legislativa.

Cuando ya se vencía el plazo de inscripción, Machado “madrugó” a sus supuestos aliados y designó “a dedo” una candidata hasta ahora desconocida por todos, llamada Corina Yoris -¿porque le coincide en el nombre de pila bautismal?-. Los partidos cuyas tarjetas sí estaban habilitadas para inscribir candidatos, decidieron entonces retirarle el apoyo.

Cada partido tiene un representante legal con potestad y clave exclusiva para incorporar datos al sistema electoral. Como es apenas obvio no puede cualquier persona entrar “de paso” e inscribirse como candidata. Por esta razón y por ninguna otra, Corina Yoris no pudo entrar en el sistema, lo cual le sirvió de excusa perfecta para instalar la narrativa de la “prohibición orquestada por el chavismo”.

Lo que sí ocurrió y es un hecho jurídico es que los partidos de oposición que retiraron el apoyo a Corina Yoris inscribieron sendos candidatos que sí participarán en las elecciones del 28 de julio: Manuel Rosales por Un Nuevo Tiempo y Edmundo González por la Mesa de Unidad Democrática (MUD).

María Corina Machado con su pupila Corina Yoris, quien se prestó para montar la falacia según la cual el régimen chavista no la deja participar en las elecciones presidenciales de julio próximo.

La aspirante de Machado hubiese podido tomar la tercera opción establecida en la Ley Orgánica de Derechos Electorales: la denominada Iniciativa Propia. En este caso, según lo previsto en el artículo 52 de esta ley, debió inscribirse ante el CNE con firmas de respaldo correspondientes al 05 por ciento del último padrón electoral para avalar la candidatura.

La pregunta que se hacen los analistas políticos de Venezuela es ¿por qué no lo hicieron, si tienen -como dicen Machado Parisca y sus seguidores- el apoyo de más de 2 millones de votantes en las primarias de la llamada Plataforma Unitaria 2023?

La respuesta es sencilla: porque en ese caso, como en todas las demás opciones, el CNE debía nombrar una Comisión Verificadora que revise la legalidad y legitimidad de las firmas y las avale, tal como lo establece la misma Ley Orgánica.

Sin embargo, Vente Venezuela no iba a cumplir con el mandato de la ley sino propalar el libreto elaborado en Washington, más aún cuando Machado Prisca desde hace rato no tiene apoyo nacional y está perdiendo el respaldo internacional. Además, su agenda nunca fue electoral, por eso desde el principio saboteó toda posibilidad de lograr una candidatura de consenso de la oposición.

El verdadero plan de Machado Prisca y su agrupación Vente Venezuela que como quedó dicho sigue al pie de la letra las instrucciones que recibe de EE.UU., es la violencia y su modus operandi hacer propaganda con una supuesta intención legítima de participar en elecciones, pero pone todas las trampas y trabas posibles para que se haga inviable la vía democrática y poder acusar al Gobierno de impedir su participación.

De esta manera, Machado y sus seguidores logran sostener el manido relato de “la tiranía” para lograr concretar su reiterada solicitud a Washington de ejecutar una invasión militar extranjera que logre sacar al chavismo del poder por la vía violenta, porque sabe que no lo conseguirá por la vía electoral.

No obstante que las Cancillerías de gobiernos vecinos como Colombia y Brasil protagonizaron un vergonzoso ridículo internacional y debieron ser desmentidas incluso por aliados políticos, la trampa discursiva de Machado Prisca se cae a pedazos ante las evidencias y sobre todo porque los partidos de oposición que suscribieron el Acuerdo de Barbados para garantizar la transparencia del proceso electoral, desecharon el ardid y las falacias de esta agente de Washington, caracterizada de tiempo atrás por sus maniobras desestabilizadoras

Vocación golpista

La noefascista María Corina Machado con el entonces impresentable presidente estaounidense George W. Bush, solicitándole invadir militarmente a su patria, Venezuela e imponer sanciones económicas a su pueblo.

Es evidente que María Corina Machado nunca ha tenido voluntad de inscribir a su agrupación política Vente Venezuela como partido ante el CNE, por cuanto ella siempre ha actuado como alfil de Washington, recibe financiamiento directo a través de la National Endowment for Democracy (NED).

Su trayectoria política se ha caracterizado por promover acciones golpistas y desestabilizadoras contra el Gobierno Bolivariano de Venezuela. Hay que recordar que ella fue una de las primeras en firmar el decreto que disolvió los poderes públicos, durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 que por 48 horas derrocó al presidente Hugo Chávez. Posteriormente se destacó por generar una narrativa de descrédito contra el ente electoral venezolano ante las consecutivas victorias del chavismo en las urnas, por lo que según sus tácticas antidemocráticas, había que buscar la manera de destruir la institucionalidad electoral través de factores internos.

Así fue como, con apoyo financiero de la NED, Machado formó la organización Súmate, desde la cual solidificó un falaz discurso en virtud del cual buscaba convencer a la gente en el sentido de que su voto era fácilmente “conocido” por las autoridades, a través del uso de las captahuellas que al momento de sufragar, se usan para garantizar el principio de “un elector, un voto”.

Tras su reunión en la Casa Blanca con George Bush hijo, Machado profundizó su sistemático ataque contra el sistema electoral con fines crematísticos y políticos. Promovió la abstención en numerosos procesos electorales, causándole grave daño a la propia oposición.

Pero en 2010, se demostró que sus premisas eran falsas porque ella misma resultó electa como diputada por el municipio más pudiente de Venezuela, con el mismo sistema electoral que tanto criticó.

María Corina Machado, toda una traidora a su patria.

Después, en 2019, empezó a hacer llamados muy graves para la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), promoviendo una invasión militar estadounidense contra su propio país, que allanara el camino para una salida violenta de Maduro del Palacio de Miraflores.

Ya en 2023 y en época preelectoral, su propia Súmate “organizó” unas primarias opositoras en las que toda la ventaja era para ella y no hubo garantías para el resto de postulantes.

La estrategia de esa farsa electoral la armó Washington que dio la orden al resto de precandidatos de guardar hermético silencio. Llegado el tiempo de inscribirse ante el CNE, por su soberbia e incapacidad de llegar a acuerdos con sus pares políticos, los partidos de oposición no le hicieron caso y consideraron improcedente el intento de imponer a su candidata sustituta -escogida sólo porque se llama igual a ella-, pues a todas luces era ilegal. Los líderes de esos partidos prefirieron, en cambio, postularse ellos mismos y por eso la propia Machado habla de “traición”.