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«El imperialismo norteamericano ha refinado y complejizado hasta el infinito sus métodos de control, intervención y cambio de régimen, pero muchas veces nuestra capacidad reflexiva se orienta todavía a analizar estrategias en desuso o paradigmas ya caducos».
— Del prólogo de «El nuevo Plan Cóndor» de Lautaro Rivara y Fernando Vicente Prieto.
El Seminario Nuevas doctrinas de intervención: geopolítica e imperialismo en América Latina y el Caribe constituye una sugerente invitación a pensar la realidad regional desde diferentes contextos nacionales, pero señalando la regularidad de las políticas imperiales: analizar casos testigo que pueden ser representativos de la realidad general del continente; poner en común herramientas, dispositivos y voluntades que permitan dar la batalla de ideas en un plano —la geopolítica— que, aunque pueda parecer lejano de los azares del día a día, influye sobre la cotidianeidad de los pueblos y sus expresiones organizadas de modo determinante.
Mucha agua ha corrido bajo el puente desde los tiempos del Maine (Guerra hispano-estadounidense 1898) y desde los golpes de Estado «clásicos» que supo conocer y sufrir en América Latina y el Caribe a lo largo de los siglos XIX y XX. Sin embargo, existe una continuidad patente respecto de aquella articulación de dispositivos políticos, militares y comunicacionales puestos al servicio de la intervención y el propio presente geopolítico, aunque las formas y los pretextos de la guerra se hayan desplazado hacia competencias que en otro tiempo tenían una relación más distante con las operaciones estrictamente militares.
El paradigma anterior de intervención dominante, conocido como «guerra asimétrica», implicaba la confrontación entre fuerzas convencionales (ejércitos regulares nacionales o fuerzas regulares de ocupación) contra fuerzas insurgentes (formaciones guerrillas, organizaciones político-militares de todo tipo, etc.). De ahí la doctrina del «enemigo interno» común a las políticas de terrorismo de Estado articuladas en lo que se conoció como el Plan Cóndor —cuando el Pentágono y la CIA asesoraron y articularon a su servicio a las dictaduras militares de América del Sur, en las décadas de 1970 y 1980—, e incluso la idea del «enemigo difuso» tan utilizada para justificar las guerras en Medio Oriente a partir de la década de 1990.
En lo que va de este siglo, y más todavía tras el reto global presentado a la humanidad por la emergencia de la pandemia de Covid-19, la geopolítica parece ya parte de nuestro vocabulario cotidiano. De la geopolítica de las vacunas a la geopolítica del petróleo, de la geopolítica imperialista a la geopolítica de la integración, de la geopolítica del clima a la geopolítica militar; parece en vano intentar comprender algo sin ella. Las tentativas liberacionistas de los pueblos no pueden prescindir de la dimensión geopolítica como una herramienta epistemológica, ni tampoco como una mediación estratégica fundamental. Es notorio que el poder se concentra en el espacio de forma desigual. El espacio será, por lo tanto, un terreno privilegiado de la acción política, ya sea imperial o anti-imperial, colonial o liberadora.
A esta nueva situación global determinada por la pandemia en 2020 se suman otros «signos de los tiempos», entre ellos los indicadores cada vez más evidentes de una nueva transición hegemónica global; el desplazamiento del eje geopolítico del mundo hacia Oriente; el conflicto entre unipolarismo y pluricentrismo; la crisis de las principales instituciones del autodenominado «mundo occidental»; la militarización y paramilitarización incesante de la vida; la consolidación de «nuevas derechas» y la fascistización en proceso de diversos sectores sociales; la nueva revolución tecnológica y la irrupción de corporaciones de nuevo tipo; la desenfrenada disputa por los bienes de la naturaleza, de cara a que la rueda de la hiperproducción y el consumo continúe girando; el agravamiento del calentamiento global y de todos los indicadores de la crisis ecológica; la erosión del neoliberalismo como sistema económico —e ideológico— hegemónico; la eventualidad de una crisis económica de magnitud histórica; el declive de los Estados Unidos y el simultáneo recrudecimiento de su accionar imperialista en América Latina y el Caribe. Fenómenos que nos urgen a una reflexión estratégica y situada sobre la actualidad geopolítica de la región en el marco de un mundo convulso e incierto.
Temática
Los temas analizados en detalle durante el desarrollo del Seminario Nuevas doctrinas de intervención: geopolítica e imperialismo en América Latina y el Caribe, en los siguientes videos:
Geopolítica, colonialidad y liberación
América Latina y el Caribe en la geopolítica imperial. Seminario Internacional Geopolítica
China y la nueva transición hegemónica
Los desafíos de la Integración regional
Guerra Económica, guerra híbrida y ‘revoluciones de colores’: el caso venezolano
El ‘lawfare’ y la judicialización de la política
Neoliberalismo de guerra, para-estatalidad y disputas por la paz: el caso colombiano
Concentración mediática, colonialismo cultural y terrorismo comunicacional
La cuestión religiosa y el nuevo evangelismo neopentecostal
Internacionalismo, pensamiento estratégico y movimientos sociales