Evocando a Unamuno a propósito de las excentricidades del mandatario argentino

El pintoresco y neofascista mandatario argentino Javier Milei.

POR ERIC CALCAGNO /

El intelectual español Miguel de Unamuno (1864-1936) vuelve por estos días a tener su vigencia a partir de la presencia del Presidente argentino en España.

«¡Viva la muerte!», «¡Abajo la inteligencia!», «¡Mueran los intelectuales!». Es el 12 de octubre de 1936 y estamos en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, fundada entre 1218 y 1252. Miguel de Unamuno escucha esos gritos. Sí, es en ese mismo Paraninfo que lo vio pronunciar las primeras palabras como rector, allá por 1900, antes de ser destituido sin causa por primera vez en 1914 por un gobierno conservador que también reprimía anarquistas en Cataluña. Opositor a la dictadura de Primo de Rivera, Unamuno partió al exilio francés en 1924. Vuelve en 1930, y desde el balcón del ayuntamiento de Salamanca, entonces concejal republicano-socialista, proclama la República Española el 14 de abril de 1931. Es electo diputado en las Cortes, nombrado Rector vitalicio y recibe tantos honores como al mismo tiempo crecen en él los cuestionamientos hacia lo que percibe como desordenes del nuevo sistema. Incluso simpatiza con los que llama fajistas, que complotan el levantamiento militar contra la República. Esto le vale a ser despojado de funciones y honores por el gobierno legal al estallar la guerra civil en julio de 1936, en los que es repuesto de inmediato por los golpistas. La nueva decepción no tardará mucho, al ver como amigos y discípulos van presos o son asesinados por lo que será el franquismo.

Miguel de Unamuno (1864-1936).

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, no estudió en Salamanca. Fue a la Complutense de Madrid y a la Universidad Libre de Bruselas, ambas públicas. Por cierto, Sánchez debe ser el único líder europeo actual que leyó El príncipe de Maquiavelo. Sin brillar, anticipa elecciones que va a perder, y las gana. Frente a la acusación contra Begoña Gómez, la esposa, decide tomar cinco días de reflexión, con lo que desplaza el eje de la calumnia a la propia continuidad en el cargo, que conserva. En la confusión de la guerra europea Sánchez apoya a Ucrania, a quien provee de armamento, al mismo tiempo que reconoce al Estado Palestino en el plano de la guerra mundial, lo que enoja a Israel. En la política interna, instrumenta la estrategia de dividir a la derecha del Partido Popular (PP) de la extrema derecha de VOX. No es una novedad, es lo que hizo François Mitterrand –otro lector de Maquiavelo– con las derechas francesas en los 80 y 90. Allí donde la reciente prestación de Milei es funcional a Sánchez. Por cierto, Milei egresó de la muy privada Universidad de Belgrano. La identificación de Abascal (líder de VOX) con el libertario permite que Sánchez transmita al electorado español la equivalencia de un candidato local con una persona que representa hasta lo grotesco todo aquello que es repelente para la vida civilizada. ¿Funcionará? La escalada sobre el tema del nacionalismo español le permite acumular más recursos simbólicos, habida cuenta de las agresiones mileístas que ignoran la norma en las relaciones internacionales acerca del mutuo respeto. Y también reales. El gobierno de Sánchez bien puede pedir al Club de Paris algunas pequeñas acciones que provocarán grandes daños para el régimen mileísta. Por ejemplo si cae el swap con China, Milei deberá pagarle también al Club de París. ¡Ay de las cláusulas!  Eso es el default tan temido.

La mesa que preside Unamuno en este octubre de 1936 no es menor: está Carmen Polo de Franco –la esposa del Generalísimo–, el obispo Plá y Deniel así como el general Millán-Astray, fundador de la Legión española, que dejó en guerras un brazo y un ojo. La asistencia está en uniforme hasta mental. Hay varios oradores, que exaltan las cruzadas, la hispanidad excluyente, el imperio, la raza. Lo que vocifera VOX en nuestros días. Como algunos hablaron de la «anti-España», Unamuno toma la palabra. «Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. (… ) Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión». El tumulto es generalizado, el general Millán Astray pide contestar, varios desenfundan armas.

Portada de la revista española ‘Mongolia’ con ocasión de la visita de Javier Milei a Madrid.

Son los amigos de Mongolia, una publicación española, que retrató a Milei como un Millán Astray de cabotaje. Bien podrían haber titulado «viva el ridículo», que también es un forma de muerte, pues de eso tampoco hay regreso. Para la «política exterior» del régimen los costos no son percibidos. Basta el ruido y el furor provocado por el nuevo Moisés. Hay un auto convencimiento que pasadas las elecciones europeas cesará el enojo español, algo que tiene más que ver con el tarot que con el poder. Tal parece que las inversiones extranjeras no le interesan tanto a Milei como conseguir compradores de empresas nacionales, futuros propietarios de recursos naturales, socios en trapisondas financieras, sin otro objetivo aparente que conseguir las comisiones correspondientes. No parece haber más plan que negocios disfrazados de ideología sobre la base de vender vida y cobrar muerte.

«Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de ’¡viva la muerte!», continúa Unamuno. «Esto me suena lo mismo que, ¡muera la vida!’ (…)  El general Millán Astray es un inválido (…).También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. (…) Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, (…) suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él». Es de mayo de 2024 y estamos en Argentina. Nada más, qué decir.

@EricCalcagno

Tiempo Argentino