POR JORGE PETINAUD MARTÍNEZ /
El semanario La Época denuncia “el padrinazgo” de funcionarios gubernamentales de Estados Unidos en un pacto secreto sellado en Miami entre partidos de la oposición para hacerse del Gobierno en Bolivia en 2025.
La publicación advierte que esa alianza fue denunciada nada menos que por Ronald McLean, excanciller (1997-2002) del Gobierno del exdictador Hugo Bánzer, exalcalde de La Paz por el partido banzerista Acción Democrática Nacionalista (1987-1991) y exasesor del ultraderechista Luis Fernando Camacho en los comicios de 2020.
“Todo indica que la reunión fue promovida por funcionarios del Gobierno de los Estados Unidos, aunque todavía no se sabe de qué nivel y de qué instancia civil o militar”, advierte el artículo titulado “El Pacto Secreto” de la oposición en Miami, publicado en este periódico de análisis político.
Precisa el escrito que su efectivización se realizó a través de la Fundación Ríos de Pie, conducida por Jhanisse Vaca Daza, activista que en 2019 fue una de las protagonistas del golpe de Estado contra el expresidente constitucional Evo Morales.
Esta fundación cuenta con financiamiento de Washington mediante una de sus instituciones que conducen directamente a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
Periodistas investigadores como el canadiense Jean Guy Allard o la estadounidense Eva Golinger estudiaron cómo funciona la Usaid en 80 países.
Ambos autores coinciden en que, en particular en América Latina, a través de “organizaciones no gubernamentales” ese instrumento de subversión opera contra naciones que defienden su independencia y soberanía y no se pliegan a los afanes hegemónicos del Gobierno de Estados Unidos.
Sobre la base de archivos desclasificados del Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la copiosa información procesada durante años por Allard y Golinger demuestra a través de lo ocurrido en Irak, Nicaragua, Venezuela y Cuba que la Usaid es una fachada de los servicios de inteligencia y desestabilización de la Casa Blanca.
La Época aclara que, si bien al conciliábulo de Miami no concurrió toda la derecha, como anticipó el representante del partido opositor Creemos, Zvonko Matkovic, este encuentro fue solo la primera de una serie de reuniones que tendrán lugar para construir un proyecto de unidad de la derecha boliviana.
Según el integrante del ala más radical de Creemos, el objetivo de esa unificación es consolidar una fuerza que haga frente al candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), tolda respaldada por los sectores populares que encabeza el Estado Plurinacional desde 2006, con el paréntesis (noviembre 2019-noviembre 2020) originado por el golpismo.
Menciona el semanario que al “pacto secreto” también concurrieron un alto representante del también opositor partido Comunidad Ciudadana, de Carlos Mesa, y el empresario y frustrado aspirante a la presidencia por Unidad Nacional, Samuel Doria Medina.
Advierte La Época que lo que develó por ahora este “pacto secreto” de Miami es la intensa actividad de Estados Unidos para organizar una alternativa frente al MAS desde la derecha de cara a los comicios generales de 2025, amenazados por el propósito de acortar el mandato del presidente Luis Arce.
“Habrá que indagar el papel cumplido en este nuevo capítulo opositor por parte de la encargada de negocios de Estados Unidos en Bolivia, Debra Hevia”, concluye el semanario.
Por su parte, la publicación digital El Radar caracteriza a Hevia como “una tecnócrata que ya inició (…) programas de formación de liderazgos, y se reunió con políticos de distintos partidos y organizaciones a lo largo del país”.
La Embajada de Estados Unidos en Bolivia, en tanto, negó las acusaciones de La Época y El Radar contra la jefa de esa misión diplomática, y aseguró que reconoce la legitimidad de Luis Arce como presidente y que respeta la determinación que vaya a asumir la ciudadanía en los futuros comicios, según el medio digital sin fines de lucro Bolivia Verifica.
Sin embargo, en la opinión pública boliviana subyacen antecedentes como el puesto que ocupó Hevia en el Centro de Operaciones del Departamento de Estado, caracterizado por ser un espacio de diseño de estrategias de desestabilización.
Los estudiosos del tema afirman que esta área, en realidad, es un grupo de trabajo dedicado a las tareas de inteligencia y de operaciones especiales.
Desde allí, Philip Goldberg siguió operando después de ser expulsado de Bolivia en 2008 por respaldar las acciones de violencia de la oposición antidemocrática sobre la base de informes de inteligencia política proporcionados por la Agencia Antinarcóticos norteamericana (DEA por sus siglas en inglés), también expulsada ese mismo año, concluyen los denunciantes.
Prensa Latina.