POR JULIO CÉSAR CARRIÓN CASTRO
Es hora de que se levante ya toda esa serie de mecanismos que abogan por un reformismo “progresista y empezar a entender la validez de teorías como la del decrecimiento económico y revaluar las tesis de una Democracia Ecosocialista.
Derrida dice que aún es posible resistir inspirándonos en los fantasmas de Marx.
Debemos entender, superando la máquina de los dogmas y la doctrina del uniformismo, que las sociedades llamadas primitivas o salvajes no representan etapas “superadas” por el progreso de la civilización, que no existe un determinismo histórico que tengamos que cumplir inexorablemente y que las diversas culturas pueden -y deben- plantear soluciones distintas a problemas similares.
El Manifiesto de 1848 comenzaba diciendo: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo…”. Ahora, 175 años después, podemos afirmar que los fantasmas o espectros de Marx siguen rondando, más allá del ostensible fracaso del llamado “socialismo real” que pretendiera la gregarización estalinista, y que es posible confrontar todos esos viejos modelos “democráticos”, desarrollistas, “progresistas”… que solamente buscan revitalizar el capitalismo decadente que es barbarie.
Confrontar esos espejismos con el vigor del pensamiento y del espíritu de Marx y del marxismo, de su proyecto emancipatorio y su promesa histórica de un nuevo concepto del hombre y de la sociedad.
Los fantasmas del Marx auténtico, ahora presentados como “Ecosocialismo”, o Socialismo del siglo XXI, nos permitirán conjurar la biopolítica, el fascismo democrático y la infocracia, ya presentes, y ese eterno mito que Occidente viene sustentado desde que entrara en escena el legendario Prometeo y su mentirosa divisa del “Progreso”.