POR REINALDO GIRALDO DÍAZ Y FERNANDO PANESSO JIMÉNEZ /
El presente ensayo compara dos enfoques sobre el cuerpo: el transhumanismo y la agroecología. El transhumanismo, promovido por el Occidente hegemónico, busca mejorar el cuerpo humano a través de la tecnología, con el objetivo de adaptarlo a las nuevas condiciones laborales y alcanzar una síntesis entre lo orgánico y lo mecánico. Esta ideología, promovida por la clase dominante, promete la inmortalidad y la superación de las limitaciones humanas, pero también podría llevar a la desaparición del ser humano tradicional.
En contraste, la agroecología, defendida por sociedades rurales, se basa en saberes ancestrales que procuran armonía con las vibraciones, ecos y resonancias del cosmos viviente. Este enfoque se opone a la explotación capitalista y al debilitamiento del cuerpo por parte del aparato militar-industrial occidental.
La agroecología fomenta la biodiversidad, la soberanía de las semillas y la conservación de prácticas agrícolas tradicionales, permitiendo a las comunidades mantener su autonomía y conexiones cósmicas. Mientras el transhumanismo busca trascender la condición humana mediante la tecnología, la agroecología se presenta como una alternativa contrahegemónica que fortalece las conexiones naturales del cuerpo y protege la vida en todas sus formas.
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