POR FAUSTO FRANK /
Buscan derrotar a Donald Trump y su «agenda extrema del Proyecto 2025». ¿Se referirán a las reiteradas promesas de Trump de terminar con la guerra en Ucrania?
Tras el retiro de Joe Biden de la carrera presidencial, algunos poderes fácticos anunciaron su alinderamiento con la vicepresidenta Kamala Harris, quien ha consolidado un amplio respaldo al interior de su partido, el Demócrata, el cual deberá proclamarla oficialmente como su candidata en la convención partidaria programada para el próximo mes de agosto.
La renuncia de Biden a su candidatura ya había sido pedida públicamente desde lo más concentrado del poder económico globalista. Así lo hizo saber quince días atrás la publicación británica The Economist, propiedad de la histórica dinastía bancaria Rothschild, y The New York Times, de la influyente dinastía Sulzberberg (ambas sionistas).
Casi en simultáneo con el anuncio, el hijo del reconocido especulador y magnate de las finanzas George Soros, Alexander Soros, actualmente presidente de la Open Society Foundations, hizo público su deseo de que Harris suceda a Biden en la candidatura demócrata.
«Es hora de que todos nos unamos en torno a Kamala Harris y derrotemos a Donald Trump. Ella es la mejor y más calificada candidata que tenemos. ¡Viva el sueño [norte]americano!», sostuvo Soros, iniciando en los hechos la nueva campaña, con el hashtag #Harris2024.
«No fue de buena gana. Pero al final la presión resultó demasiado para el Presidente, que había perdido la mayoría tanto de las élites demócratas como de los votantes de base», se jactó The Economist/Rothschild tras conocerse la noticia.
Junto al poder financiero y mediático, era cada vez mayor el número de legisladores demócratas que habían comenzado a pedir que Biden, de 81 años y con serios signos de decrepitud se hiciera a un lado, frente a un Trump potenciado tras el intento de asesinato, del que muchos creen fue facilitado por el Servicio Secreto que responde al Gobierno actual, pensando que el magnate moriría. Pero si es así, les salió el tiro por la culata.
Así ordenaba The Economist el fin de la candidatura de Biden quince días atrás:
«¿Kamala Harris debería convertirse en la próxima presidenta si Biden se hace a un lado». De esta manera sugería sin tapujos el semanario de los Rothschild el pasado 28 de junio. Lo mismo volvió a sostener en otro artículo reciente.
El propio Biden rápidamente ofreció su «pleno apoyo y respaldo» para que Kamala Harris asuma como nueva candidata presidencial del Partido Demócrata, a tono con los deseos de Soros.
Desde uno de los influyentes sectores del Partido Demócrata, una de sus mandamasas, Hillary Clinton, dio a conocer en simultáneo su apoyo: «estamos honrados de unirnos al respaldo del Presidente a la vicepresidente Harris y haremos todo lo que podamos para apoyarla (…) Ahora es el momento de apoyar a Kamala Harris y pelear con todo lo que tengamos para que sea electa».
Harris, en una declaración unas dos horas después del anuncio de Biden, dijo que «Haré todo lo que esté a mi alcance para unir al Partido Demócrata -y unir a nuestra nación- para derrotar a Trump y su agenda extrema del Proyecto 2025».
¿Por «agenda extrema» Harris se referirá a las reiteradas promesas de Donald Trump de terminar con la guerra en Ucrania?
Con el apoyo de la Open Society de Soros y la globalista dinastía Rothschild, es de esperar que buena parte de los grandes medios estadounidenses e internacionales se vuelquen de lleno a apoyar la candidatura de Harris. Las guerras del complejo industrial militar y las altas finanzas, propietarias del mismo, no se tocan.
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