LA ROSA ROJA /
Las luchas de los de abajo, rememorando sus raíces en el arco histórico que va desde la Conquista, pasando por la época de la colonia hasta llegar a la Independencia latinoamericana, haciendo eco de la significancia de la “Revolución” (entre comillas no solo por su simbolismo sino por sus consecuencias), resume el más reciente trabajo bibliográfico del cientista social colombiano Ricardo Sánchez Ángel.
‘Hacia la Independencia. De la Colonia a la República, derechos, multitudes y revolución’, es un libro que, como lo señala el jurista y catedrático universitario vallecaucano Alberto Ramos Garbiras, en el prólogo, plantea una reflexión a fondo sobre “la dualidad que puede darse en el manejo de los conceptos de guerra de independencia y de revolución”.
En un interesante ejercicio académico que tuvo lugar el pasado jueves 19 de septiembre al finalizar la tarde en el auditorio de la Librería Ibáñez, localizada en el tradicional barrio bogotano de La Soledad, tanto Ramos Garbiras como el profesor Sánchez Ángel al presentar el libro hicieron un recorrido por los antecedentes del proceso emancipatorio latinoamericano del siglo XIX y explicaron cómo se maduró la idea independentista a partir de una concepción radical de los derechos de igualdad, libertad y solidaridad que se materializaron posteriormente en diseños constitucionales.
Antecedente de gran importancia en que recaba el libro y que hizo énfasis el autor de la obra durante su intervención, es el hito de la revolución haitiana que abolió la esclavitud al salir victoriosa en 1804 frente al que se consideraba el ejército más moderno de la época, estructurado y organizado por el bonapartismo francés.
Ramos Garbiras al hacer la distinción entre guerra de independencia y revolución, anotó que la primera se puede explicar porque se trata de buscar la ruptura con la denominación extranjera que sostiene su poder a partir de la ocupación de un territorio abusivamente incorporado. Entre tanto, la revolución es un proceso de enfrentamiento interno en un país donde se enfrentan el ejército institucional y la guerrilla que encarna la insurrección; es decir, un levantamiento en armas para desconocer el abuso y la extralimitación de la autoridad.
Señaló además que, en el caso de la emancipación latinoamericana, la guerra constituyó fuente del derecho republicano, el cual se fue diseñando y consolidando una vez lograda la independencia a través de congresos y gobiernos a lo largo del siglo XIX, no obstante, observó, que aún se conservan rasgos coloniales.
Algunos de esos rasgos hereditarios, explicó Ramos Garbiras, es el mercenarismo que vino con la Conquista, el sometimiento y el esclavismo, que se prolongó por muchos años tras haber logrado la independencia en varios países latinoamericanos.
“Perturbar la historiografía”
A su turno, el profesor Sánchez Ángel dijo que una de las motivaciones que le suscito está investigación suya sobre el proceso de la Independencia fue la de “perturbar la historiografía tanto tradicional como neorevisionista”, sentando como precedente “una historia subversiva de la historia constituida”.
De ahí, explicó, que en el libro se resalta el protagonismo de una multitud de mujeres, el importante rol jugado en el proceso de emancipación por los indígenas, los afros, los mestizos, “reivindicando lo popular y lo social”.
Definió la Independencia como un importante aporte cultural civilizatorio de relaciones humanas por el legado tanto africano como indígena. “No se puede hablar de Independencia en Latinoamérica sin hacer referencia al papel preponderante que jugó Haití, más allá de lo anecdótico. Los haitianos hicieron una guerra moderna, como bien lo muestra Lionel Robert James en su obra ‘Los jacobinos negros’”, señaló Sánchez Ángel.
Complementando los comentarios del profesor Ramos Garbiras, el autor del libro sostuvo que fuentes de Derecho también son la rebelión de los africanos y la cosmovisión indígena respecto de la naturaleza. Tanto el derecho ambiental como el derecho a la rebelión fincan sus raíces en estos legados que denotan “autenticidad y sentido de pertenencia”.
El costo del extermino y el terror
La evidencia histórica muestra que para imponer “la modernidad” o lo que denominaron “civilización” en América Latina, la Corona española envió la espada, la Biblia y la sífilis, por lo que Sánchez Ángel trajo a colación el ensayo ‘De los caníbales’ del filósofo francés del Renacimiento, Michel de Montaigne (1533-1592).
Recordó que, en ese importante texto, el humanista francés denuncia la barbarie de los conquistadores europeos, señalando que el canibalismo que practicaban las culturas precolombinas no fue comparable con el terror y el exterminio que ejerció la genocida espada del verdugo venido del otro lado del Atlántico.
El profesor Sánchez Ángel también se detuvo en resaltar la concepción de la Independencia que tuvo la figura estelar del Libertador Simón Bolívar.
Explicó que Bolívar al propiciar la unidad de los diversos para organizar la campaña libertadora, también “convocó a la emancipación intelectual y moral”. Además, dijo, la Independencia tuvo una concepción internacionalista, recordando la conjunción de voluntades del Libertador y del general argentino José de San Martín, en su legendario encuentro de Guayaquil, en julio de 1822.
Sin embargo, sus sucesores malograron ese propósito internacionalista y de integración. “Las clases dominantes no han tenido conciencia internacional”, y, por el contrario, han procurado mantener una cultura parroquial, se lamentó Sánchez Ángel.
Y ese internacionalismo, estuvo reflejado en la causa de Bolívar, coligió el profesor Sánchez Ángel, al haber utilizado como emblema la bandera de la Guerra a Muerte que evoca el modelo haitiano de revolución y que sirve además de ilustración de la portada del libro.
La bandera ondea, insinúa movimiento que indica vientos que soplan. Hoy en pleno siglo XXI el simbolismo de esa bandera hay que transpolarla a la situación de guerra a muerte y exterminio de Israel contra el pueblo de Palestina en la martirizada Franja de Gaza.
“Es una guerra totalmente desigual en Medio Oriente, pero lo importante es que hay resistencia”, concluyó el autor de ‘Hacia la Independencia’.