LA HAINE / MARIO ESPINOZA /
“El capitalismo convierte todo en una mercancía, incluso la resistencia”.
– Frederic Jameson
El domingo 22 de septiembre falleció Fredric Jameson (1934-2024), uno de los mayores críticos culturales marxistas del siglo XX y de este maltrecho siglo XXI. Siempre fue un faro crítico y un sismógrafo de las mutaciones culturales, sociales, políticas y económicas del capitalismo neoliberal -su pluma inquieta lo registraba todo, desde la última serie hasta la última novela-. Su análisis sobre la posmodernidad y las implicaciones políticas del mismo siguen siendo vigentes a muchos niveles.
Su obra es inmensa: un diálogo constante con la tradición marxista (Marx, Sartre, Brecht, Lukács, Adorno, Althusser, etc.) y con la filosofía del siglo XX y el XIX, por no hablar de la literatura actual y el arte. Diálogo intenso que recorre sus escritos iniciales sobre Sartre y ‘Marxism and Form’ y llega hasta sus textos sobre la utopía (‘Archaeologies of the Future’), el capital (‘Representing Capital’) o sus últimas reflexiones sobre Benjamin (‘The Benjamin Files’), por citar solo algunos textos -tiene muchísimos y muchos importantes-.
‘The political unconscious’ (‘El inconsciente político’) fue un escrito clave -toda una refundación de la crítica literaria-, así como su celebrado texto sobre el ‘Posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado’.
Su legado intelectual en un importante insumo para seguir aprendiendo de su mirada dialéctica, atenta al presente como crítica de la ideología, preocupada por iluminar nuestras capacidades para interpretar y transformar el mundo. Pero siempre a la escucha de las pulsiones utópicas que anidan en la producción cultural y en las tensiones de la sociedad -un pensamiento vivo en la dialéctica que oscila entre la crítica y la utopía-. Se puede estar de acuerdo o no con algunas de sus posiciones políticas e incluso cuestionar la complejidad de su lenguaje -los disensos son sanos-, pero lo que es obvio es que deja una estela intelectual magistral.
Como dijo una vez Perry Anderson, la obra de Jameson puede entenderse «como la culminación del marxismo occidental». Pero mientras que el marxismo occidental clásico se encontraba entrampado en un melancólico pesimismo histórico, en Jameson se recupera una voluntad de cambio, incluso cierto realismo político no exento de optimismo, sobre todo por la consciencia de que la historia es impredecible y el anhelo de la utopía no puede sofocarse fácilmente («The Future is Unwritten», que diría Joe Strummer). Resta construir esas cartografías cognitivas que nos permitan dar coherencia al mundo fragmentado en que vivimos, un paso necesario para cobrar consciencia colectiva de la violencia y la desigualdad que nos sacude y reavivar las llamas del conflicto.
El posmodernismo o la cultura de la expansión mundial de la sociedad de consumo
El agudo ensayo de Jameson sobre el posmodernismo como lógica cultural del capitalismo tardío supo descifrar, de entre toda una serie de fenómenos teóricos, estéticos, sociales y económicos novedosos, una lógica cultural fundada en la expansión mundial de la sociedad de consumo. Dicha lógica pronto reveló su transversalidad, mostrándose solidaria de las nuevas prácticas sociales, económicas y gubernamentales que caracterizaron el abandono de la producción fordista, el welfare state y sus formas de vida, por el advenimiento de una era de mercantilización absoluta -el posfordismo o, según Ernest Mandel, la tercera fase del capitalismo- que, poco a poco, fue devorando ámbitos de la praxis humana (afectividad, conocimiento, creatividad) que hasta entonces habían estado vedados al capital o no habían sido explotados con tanta intensidad.
El crecimiento de la economía terciaria, la importancia de la innovación tecnológica y científica en el mercado, así como el desplazamiento del capital industrial por el capital financiero, constituyen algunos de los rasgos esenciales de la infraestructura que sustenta el universo histórico posmoderno.
Pero para comprender el alcance y la fuerza teórica de la estrategia interpretativa de Jameson, la actualidad de una apuesta dialéctica que no se reduce a un momento negativo -meramente crítico- , sino que se halla a su vez comprometida en una iniciativa positiva y utópica, se ha de recorrer, aunque sea bajo la forma de un esbozo, los presupuestos teóricos y ejes problemáticos que articulan la filosofía del autor. De este modo podremos valorar -siguiendo a Lukács- las dimensiones subjetivas y objetivas específicas que dan forma a nuestra cultura, mostrando al mismo tiempo la potencia de la obra de Jameson y las virtualidades políticas que encierra su marxismo cultural.
El sugerente ensayo de Jameson es una mirada dialéctica de la modernidad y una lectura marxista del posmodernismo. Los últimos años se han caracterizado por un milenarismo de signo inverso, en que las premoniciones catastróficas o redentoras del futuro han sido reemplazadas por la sensación del fin de esto o aquello (el fin de la ideología, del arte o las clases sociales, la crisis de la socialdemocracia o del estado de bienestar, etc.): tomados en conjunto, estos fenómenos quizá constituyan lo que cada vez más se ha dado en denominar posmodernismo.
Descargar el ensayo
Para acceder al texto de reflexión en torno del posmodernismo en arechivo PDF, ingresar al siguiente enlace:
El posmodernismo como lógica cultural del capitalismo tardío