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Una amenaza recorre el mundo. La amenaza del fascismo, el neofascismo o expresiones similares que en varios países del orbe han devenido en agresión a las democracias, en ataque a las conquistas sociales, las reivindicaciones logradas gracias a las históricas luchas de los sectores populares, así como en violentas acciones contra la soberanía y la paz de las naciones, utilizando el terror, la guerra y las sanciones económicas. Son parte de los métodos multiformes que conjugan las viejas y criminales prácticas del fascismo del siglo XX y las destrezas neofascistas del presente siglo, que a su vez degeneran en expresiones de similar naturaleza.
En este contexto, la lucha contra las expresiones totalitarias que apuntan a aniquilar los procesos de democracia y de garantía efectiva de los derechos humanos convoca a las fuerzas progresistas y de izquierda en el mundo a generar espacios para la coordinación y organización de los pueblos, de las fuerzas políticas y sociales, así como de las naciones en su conjunto. Por esa razón, Venezuela se ha propuesto promover encuentros que posibiliten repensar el modelo civilizatorio y formular acciones y alternativas que contribuyan a solidificar un mundo multipolar en el que la solidaridad, la complementación y el respeto por los derechos humanos y el medioambiente sean sus premisas fundamentales.
En esa dirección, el Estado venezolano realizó el pasado mes de septiembre el Congreso Mundial contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares, con la participación de alrededor de 500 delegados de 60 países.
Para complementar este ejercicio de internacionalismo y reflexión, entre el lunes 4 y martes 5 de noviembre en el Centro de Convenciones del Parque Bolívar, ubicado en el sector de La Carlota, en la ciudad de Caracas, se realizó el Foro Parlamentario Mundial Antifascista con la participación de alrededor de 500 delegados de 70 países y organizaciones internacionales.
Tras dos días de extensas reuniones que abordaron diversos tópicos relacionados con el surgimiento de expresiones de agresión a los pueblos, de recolonización y ataque a los procesos democráticos, este Foro Parlamentario Mundial hizo un contundente pronunciamiento en el que expresó la decidida defensa de la causa del pueblo palestino, anunció la creación de una Red Mundial Antifascista y otra Red de la soberanía y la paz de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
Junto a ello sobresalió también la conformación de un Observatorio Parlamentario de países agredidos “por la acción de las balas homicidas, por las sanciones criminales, por los factores hegemónicos y del imperialismo norteamericano”.
Rebrote de expresiones fascistas en el siglo XXI
Históricamente, el fascismo constituye uno de los crímenes más monstruosos que ha conocido la humanidad. Ocasionó la muerte de millones de personas en la Europa del siglo XX y, a pesar de haber sido derrotado en ese momento gracias al sacrificio y heroísmo de diversas naciones, entre las que destacan los pueblos de la Unión Soviética, sus causas generadoras hoy siguen latentes como consecuencia de la pretensión hegemónica del imperialismo.
La crisis del capitalismo, el ascenso de fuerzas progresistas revolucionarias en un conjunto de naciones y el declive de la hegemonía unipolar del imperialismo ha tenido como reacción el empleo de la fuerza criminal y terrorista en contra de los pueblos. En este sentido, la lucha contra el rebrote del fascismo, del neofascismo y el conjunto de sus expresiones derivadas, se ha convertido en una necesidad histórica durante los últimos años, en correspondencia con la resistencia de los pueblos del mundo ante las pretensiones de dominación.
Esta resistencia se ha expresado a lo largo del tiempo en luchas como las de África frente al colonialismo, neocolonialismo y el apartheid (sistema de segregación racial), con marcadas expresiones de odio que evidencian rasgos fascistoides y que se manifiestan en la actualidad con la mirada cómplice ante las más de 28.000 muertes y la desaparición de personas en el mar Mediterráneo.
Asimismo, la resistencia popular contra el fascismo en América Latina y el Caribe, frente a la desaparición, tortura y asesinato de más de 40 mil personas en la dictadura de Pinochet en Chile, más de 50 mil a manos del dictador Trujillo en República Dominicana, más de 30 mil con el dictador Videla en Argentina y otros casos recientes de pseudo democracia, ha sido una importante lucha frente a las pretensiones de dominación en favor de los intereses del imperialismo.
Imperialismo, fascismo y sionismo
Durante el último siglo el hegemón norteamericano ha venido imponiendo su voluntad a través de diversas formas de dominación, hoy desafiadas por el surgimiento de nuevas propuestas emergentes, a través de bloques geopolíticos tales como el de los BRICS. Frente a la crisis de la hegemonía imperialista, la reacción de los sectores de extrema derecha ha sido estimular las practicas terroristas en agresión a los pueblos.
Desde octubre de 2023 han resultado más de 100.000 heridos y más de 42.000 personas asesinadas en la Franja de Gaza, Líbano, Yemen, Siria, Irak e Irán, de los cuales el 70 % han sido niñas, niños y mujeres, víctimas del régimen sionista israelí. Desde el año 1948 (fecha en que iniciaron las agresiones contra Palestina) el imperialismo norteamericano ha enviado más de 330.000 millones de dólares en asistencia militar para el Estado de Israel.
Por otra parte, el apoyo del imperialismo y sus aliados a los rebrotes de grupos neofascistas y neonazis también ha sido constante en otras regiones. Tal es el caso de Ucrania y varios países de Europa, para quienes en abril de este año se aprobó un paquete de ayuda de 61.000 millones de dólares por parte de EE.UU. y recientemente el Parlamento Europeo acordó un crédito de 35.000 millones de euros para Ucrania.
Además de esto, ha sido público el respaldo al fascismo en Venezuela, a través de los denominados “comanditos” creados por la organización de extrema derecha “Vente Venezuela” (la cual suscribió un acuerdo de cooperación con el Partido sionista Likud de Israel), y que tras la elección presidencial del 28 de julio asesinaron a 27 personas. Así mismo es público el envío de armas desde EE.UU. y la introducción de mercenarios, junto al ofrecimiento de recompensas por el asesinato del presidente Nicolás Maduro y otros líderes revolucionarios.
Un fenómeno además económico y psicológico
La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, durante su participación en el Foro Parlamentario Mundial Antifascista hizo énfasis en la necesidad de una respuesta internacional coordinada ante esta amenaza, señalando que el fascismo no es solo una crisis política, sino también un fenómeno económico y psicológico que emerge en momentos de desigualdad y crisis que terminan descomponiendo el sistema capitalista.
La cultura de la violencia es la base del fascismo como prolongación de la estrategia de la dominación, que en la actualidad comprende un ámbito de manipulación psicosocial en el que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación son la herramienta principal.
No es casualidad que el resurgimiento del nazi-fascismo vaya en paralelo con el fenómeno de las redes sociales y que, a su vez, estos canales de (in)comunicación permitan la acumulación de fortunas estratosféricas que posicionan a las personas “más ricas” del mundo.
Tal es el caso de Elon Musk, propietario de la red social X (anteriormente Twitter), quién incrementó su patrimonio de 12.000 millones de dólares en 2014 a 237.000 millones de dólares en 2024 y que actualmente posee 6.300 satélites en órbita, con planes de lanzar más de 30.000 para consolidar la hegemonía sobre la internet; y que además promovió las acciones fascistas contra Venezuela en los pasados meses de julio y agosto.
Así mismo, personajes como Mark Zuckerberg, propietario de plataforma Meta (que agrupa a Facebook, Instagram y WhatsApp), ha incrementado su fortuna de 4.300 millones de dólares en 2012 a 116.600 millones de dólares y además ha promovido el fascismo mediante sus redes sociales, las cuales han servido de instrumento para la extracción de datos de millones de personas en el mundo.
A través de estas redes digitales se difunden campañas para justificar todo tipo de barbaries: desde la perpetración de genocidios, el asesinato de migrantes, la aniquilación física de oponentes políticos, la ejecución de golpes de Estado, los llamados “golpes blandos” y hasta magnicidios.
En definitiva, el fascismo es la herramienta a la cual recurren aquellos que se consideran dueños del mundo, para tratar de eliminar cualquier forma de resistencia y rebeldía, inherentes a la condición humana.
En la actualidad se puede desentrañar un plan a nivel global en el que se quitan los ropajes de supuestas democracias o se despojan de los maquillajes para asumir de manera directa lo que realmente son: homicidas, genocidas, asesinos o personas capaces de acometer niveles extremos de violencia.
El ataque sistemático a Venezuela
Venezuela ha sido definida por el Pentágono estadounidense como un objetivo geoestratégico a controlar y tomar por sus reservas energéticas, denunciaron los altos funcionarios que participaron en este evento parlamentario internacional realizado en Caracas como el propio primer mandatario Nicolás Maduro; el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez; el ministro del Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello; y la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez Gómez.
Para intentar apoderarse de las riquezas energéticas de Venezuela, Washington asedia al país suramericano a través de la imposición de medidas coercitivas unilaterales o “sanciones”, con el propósito de “asfixiar la economía”.
Actualmente Venezuela enfrenta 960 sanciones entre económicas, financieras, comerciales y políticas, todas dirigidas a asfixiar la economía. En apenas cinco años Venezuela perdió 642.000 millones de dólares de su Producto Interno Bruto (PIB) y 232.000 millones de dólares de su producción petrolera. Se trata de replicar el inhumano bloqueo que por más de seis décadas EE.UU. le ha impuesto a Cuba.
Al día de hoy hay 37.433 medidas aplicadas a más de 30 países ilícitamente sancionados, todos ellos productores de energía, causando un efecto mortífero sobre poblaciones enteras, violando masivamente los derechos humanos, con una política también de exterminio. En estos países están concentradas también las reservas energéticas más grandes del planeta. De tal manera que detrás de estos bloqueos y agresiones económicas criminales contra los pueblos hay una política muy clara de apoderarse de los recursos naturales y de los productores de energía del planeta.
Rutas de trabajo
Al cierre del encuentro, la vicepresidenta del Parlamento de Cuba, Ana María Mari Machado, al elogiar los resultados alcanzados manifestó que “las posiciones declarativas van acompañas de rutas de trabajo y de acuerdos concretos”, que serán alimentadas a su vez por las delegaciones participantes.
Este Foro Parlamentario Mundial fue un proceso de trabajo no solo retórico, en el cual se conformaron siete mesas de discusión y acción para visualizar mecanismos que permitan enfrentar una seria amenaza contra la humanidad.
El ejercicio de reflexión y debate parlamentario que concitó la atención de 500 delegados de 70 naciones se realizó en Caracas mientras en EE.UU. se eligió Presidente a un representante de la más cerrera ultraderecha como Donald Trump y bajo la mirada hipócrita de quienes hacen negocios con la muerte y con los bombardeos como ocurre hoy con el pueblo de Palestina, donde más de 70 mil inermes ciudadanos han resultado asesinados.
De ahí la consigna lanzada desde la Patria de Bolívar: “¡Humanidad o Fascismo!”.
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