“USAID ha sido el arma principal de la guerra híbrida de EE.UU. en América Latina”

SPUTNIK BRASIL /

Famosa por financiar la disidencia política especialmente en varios países de América Latina bajo la hipócrita apariencia de programas de defensa de los derechos humanos y la democracia, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) tiene sus horas contadas ante la determinación de cerrarla por parte de la administración de Donald Trump.

El anuncio realizado por el multimillonario Elon Musk, quien se desempeña como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), está en línea con su rol dentro de la nueva administración en la Casa Blanca: reducir costos.

En declaraciones públicas, Trump y Musk criticaron duramente el trabajo de la agencia. En una entrevista con CNN, Trump afirmó que la USAID está dirigida por «un grupo de locos radicales», mientras que Musk calificó a esa institución un «nido de gusanos» y una «organización criminal».

Creada en 1961 por el entonces presidente John F. Kennedy con el supuesto objetivo de desarrollar “programas humanitarios y democráticos”, como la lucha contra la pobreza, el hambre y los desastres naturales, el acceso a la información y la lucha contra la corrupción, USAID se convirtió en una parte fundamental de la política exterior de Estados Unidos.

Un instrumento de Washington para la injerencia extranjera

Andrew Korybko

En entrevista con Sputnik Brasil el analista político estadounidense, periodista e integrante del consejo de expertos del Instituto de Estudios y Predicciones Estratégicas de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, Andrew Korybko, radicado en Moscú, explicó que los funcionarios de USAID a menudo se convierten en asesores o figuras políticas de los gobiernos, particularmente de Latinoamérica. «Así que la agencia no sólo trabaja para destituir a los gobiernos latinoamericanos, sino que a veces también proporciona personal para asesorar a sus reemplazos que generalmente son aliados de Washington.

Sobre la permanente injerencia de este organismo en América Latina y las motivaciones del Gobierno Trump para cerrarlo, se refirió Korybko en este diálogo periodístico.

¿Cómo ha sido utilizada la USAID por el Gobierno de Estados Unidos a través de los años para inmiscuirse en otros países, principalmente Brasil y otros países de América Latina?

La USAID es tristemente célebre por financiar programas políticos bajo el pretexto de los derechos humanos y la democracia para inmiscuirse en los asuntos internos del país receptor. Esto suele adoptar la forma de financiación de movimientos, incluidos proyectos mediáticos, para denunciar la presunta corrupción en los Estados latinoamericanos. El objetivo es generar artificialmente una oleada de oposición popular a los gobiernos en el poder que se manifieste mediante protestas callejeras y/o elecciones sorpresivas para provocar un cambio político.

Algunos de los ciudadanos locales que colaboran con estos proyectos políticos financiados desde el extranjero a veces llegan a convertirse en asesores o incluso figuras de los gobiernos más proamericanos que reemplazan a los que están en la mira. Por lo tanto, la USAID no sólo trabaja para derrocar a los gobiernos latinoamericanos, sino que también a veces proporciona asesores capacitados y personal para los próximos gobiernos. Esto la convierte en una de las principales armas de la guerra híbrida estadounidense en el hemisferio.

¿El fin de la USAID significa el fin de la interferencia estadounidense en los asuntos internos de otros países? ¿Se limitarán a cambiar su método?

El nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, declaró que es el administrador interino de USAID mientras la agencia atraviesa por reformas radicales. Según la orden ejecutiva de Trump que suspende la ayuda exterior durante 90 días, con excepción de la ayuda humanitaria de emergencia, se está realizando una evaluación para determinar su eficiencia y coherencia con la política. En consecuencia, es probable que se recorten muchos programas que abordan cuestiones socioculturales como la comunidad LGBT, mientras que es probable que se mantenga la financiación de los medios de comunicación extranjeros y la formación de cuadros políticos extranjeros.

¿Cómo evalúa la decisión de Trump de acabar con USAID?

La USAID tenía sentido desde la perspectiva de los intereses estadounidenses más antiguos cuando se fundó, pero fue secuestrada por ideólogos liberales-globalistas para promover políticas socioculturales radicales que no se alinean objetivamente con los intereses nacionales de Estados Unidos. Ejemplos de los programas más ridículos se están compartiendo en todo X en este momento. Muchos estadounidenses están enfurecidos al descubrir lo que estaban financiando y sorprendidos de que gran parte del dinero también fuera a parar a “ONG” nacionales para implementar estos proyectos.

Terminar con USAID era necesario porque es la única manera de implementar las reformas radicales que prevé la administración Trump, que son, de manera más inmediata, reducir los gastos gubernamentales a través del “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE, por sus siglas en inglés) dirigido por Elon Musk y luego realinear los que quedan con las políticas. Muchos empleados también son oponentes ideológicos acérrimos de Trump y de todo lo que representa, por lo que mantenerlos en el cargo corre el riesgo de que intenten sabotear su segundo mandato como lo hicieron con el primero.

Tanto Donald Trump como Elon Musk han descalificado con duros calificativos el trabajo que desarrolla USAID.

En esencia, lo que está sucediendo es que Trump 2.0 llegó al poder con un plan detallado para purgar a los elementos hostiles del “estado profundo” de Estados Unidos, que en este contexto se refiere a sus burocracias militares, de inteligencia y diplomáticas permanentes, y que en algunos casos también incluyen las administrativas y de otro tipo. La USAID fue un componente importante de la estructura de poder de Estados Unidos durante décadas antes del segundo mandato de Trump, por lo que su desmantelamiento se considera crucial para el éxito de la política exterior de su equipo.

Algunos políticos estadounidenses han criticado las reformas de las agencias federales que ha llevado a cabo la administración Trump, temiendo que se filtre información confidencial e incluso describiendo la esencia general de lo que está sucediendo como una “seria amenaza a la seguridad nacional”. ¿Qué temen? ¿Es esto una señal de la conexión de USAID con la CIA, como mencionó Musk recientemente?

No todos los empleados y proyectos de USAID están relacionados con la CIA, pero la CIA a veces emplea lo mencionado anteriormente para lograr sus objetivos debido a la relativa facilidad con que sus coberturas sobre democracia y derechos humanos permiten a los espías estadounidenses infiltrarse y/o desestabilizar gobiernos extranjeros. Quienes critican las reformas de Trump son elementos de la estructura de poder de Estados Unidos que podrían perder con la campaña de él y Musk para exponer el gasto gubernamental irresponsable y la intromisión política en el extranjero.

Algunos de ellos tienen razón, a saber, que empleados inocentes de USAID podrían ser sospechosos de ser espías y esto podría dar lugar a amenazas creíbles contra ellos, pero la administración Trump está dispuesta a correr el riesgo de esas consecuencias en pos de su ambiciosa campaña de reformas. Purgar a USAID, al Departamento de Estado y al “estado profundo” en general es la única manera de evitar que sabotee la política exterior de Trump en el segundo intento, que prevé revolucionará las relaciones de Estados Unidos con el mundo.