Es patente “el nerviosismo de expresidente Álvaro Uribe tras declaración del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve”: senador Iván Cepeda

El senador Iván Cepeda tiene contra las cuerdas al cuestionado expresidente Álvaro Uribe Vélez por las contundentes pruebas que han salido a relucir en el juicio penal que se le sigue en su contra.

LA ROSA ROJA /

El pasado lunes 24 de febrero, ante el Juzgado 44 de conocimiento de Bogotá, se reanudó el juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien es procesado por los presuntos delitos de fraude procesal, soborno a testigos y soborno en actuación penal.

El senador Iván Cepeda Castro, principal víctima en el proceso, fue el primer testigo en pasar a los estrados judiciales. Su intervención estuvo protagonizada por la demostración de una incesante campaña de desprestigio a él, su familia y sus abogados por parte del Uribe Vélez.

Sobre las últimas incidencias de esta causa penal el congresista del Pacto Histórico desde su cuenta en la redo social X, hizo las siguientes consideraciones:

El expresidente Álvaro Uribe Vélez ha decidido trasladar la controversia judicial a la opinión pública, a través de una larga alocución hecha en redes sociales. Dado que lanza afirmaciones calumniosas e injuriosas en mi contra, me veo en la necesidad de responder para controvertir algunas de sus más significativas falacias.

Lo primero es decir que a pesar de su relación vergonzosa con los clanes familiares de los Villegas Uribe y de los Gallón Henao, a Álvaro Uribe no le queda otra solución que reconocer que él y su hermano Santiago eran patriarcas en San Roque, Antioquia, cuando surgió el grupo paramilitar que terminó siendo el Bloque Metro y la Convivir El Cóndor. Tanto con los hermanos Gallón Henao como con los hermanos Villegas Uribe la relación de los Uribe Vélez es incontrovertible.

Los Gallón son un clan de narcotraficantes y paramilitares con los cuales los Uribe tuvieron relación de amistad y comercial. Los Villegas Uribe también se convirtieron en un clan en el que Luis Alberto Villegas terminó siendo líder paramilitar y narcotraficante. Álvaro Uribe ha reconocido esa relación a medias y con vergüenza.

Desde la lógica truculenta que ha animado su ejercicio público eso es lo que le va quedando. Maniobras torpes, cierto, pero comprensibles: cuando se tiene una mala defensa no queda otra salida que ensayar mentiras burdas.

Hoy la historia judicial del país registra uno de sus más significativos episodios. El trabajador de una hacienda de los hermanos Uribe Vélez, la hacienda Guacharacas, ha hecho revelaciones y reafirmado la versión de hechos que vinculan de manera incontrovertible al expresidente Uribe Vélez y a su hermano Santiago con los grupos paramilitares.

El exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, testigo clave en el proceso penal contra Álvaro Uribe Vélez.

En 2011, Juan Guillermo Monsalve quiso entregar información sobre las personas que habían sido desaparecidas en el año 2000 en un taxi en el corregimiento de Cristales, a pocos kilómetros de Providencia y de la hacienda Guacharacas. Los ocupantes del taxi estaban desaparecidos, y entonces Monsalve llamó al fiscal número 45 de la Unidad de Justicia y Paz, Albeiro Chavarro. Pero cuando él comenzó a narrar los hechos, y sobre todo a referirse al grupo paramilitar de la hacienda Guacharacas en San Roque, el falimentada por factores asociados con la captura de rentas públicas, con la idea de negocios y del poder de actividades primarias extensivas (agricultura, ganadería y minería)”. En lugar de profundizar en los límites de la desindustrialización simplemente la justifica por sus potenciales efectos benéficos.

El debate sobre la desindustrialización no es nuevo. José Antonio Ocampo ha mostrado desde hace rato el declive de la participación del PIB manufacturero en el total del PIB nacional[5]. En el período 1975-79 era 23 % en 2005-06 bajo a 19 % sobre lo cual afirmaba: “El gran perdedor fue el sector más dinámico de la fase anterior de desarrollo: la industria manufacturera. El estancamiento en la participación de la industria en el PIB en la segunda mitad de los años setenta fue sucedido en las dos siguientes y, particularmente, en los años noventa, por un abierto proceso de desindustrialización”.

Todos estos autores coinciden en que se trata de un problema y un mal proceso.

Con base en datos recientes del DANE se puede observar lo siguiente:

  1. Disminución de la participación en el PIB: en 2022 la industria manufacturera representó el 11,2 % del PIB y el 12,5 % del valor agregado. Fue el segundo sector en importancia, superado por el conjunto de administración pública y defensa, seguridad social, educación y salud.

  2. Elevada participación en el excedente bruto de explotación: no le fue tan mal a la industria manufacturera en la apropiación del excedente bruto de explotación: se quedó con el 18 % ocupando el primer lugar entre todos los sectores.

  3. Tasa de explotación bastante alta. De acuerdo con la Encuesta Anual Manufacturera del total del valor agregado de $117 billones correspondió el 20 % a sueldos y salarios y el 80 % a excedente bruto de explotación. En términos de tasa de explotación de los trabajadores esto representa casi el 400% muy superior al promedio del 100 % del conjunto de la economía.

  4. Elevada concentración del excedente bruto de explotación: 805 establecimientos que representan 11,3 % del total de 7.138 registrados por el DANE, se quedan con 68% de todo el excedente bruto de explotación. Los 106 establecimientos más grandes (1,5 % del total) se apropian del 22 % del total.

  5. Elevada participación en las ganancias: en 2022 según la Superintendencia de Sociedades las ganancias de las 1.000 empresas más grandes del país fueron $138 billones, de los cuales el sector manufacturero se quedó con $61,9 billones, el 45 %.

En conclusión, ha habido desindustrialización, pero el sector industrial es una fuente de excedentes y ganancias enormes para un puñado de empresas capitalistas y sus dueños, nacionales y extranjeros.

La participación de la industria manufacturera en el PIB y el valor agregado 2022

Esta tabla resume el producto total y su distribución por grandes ramas de producción en las cuales se elaboran los valores de uso que necesitan las personas. La agricultura representa el 8,9%% del total, la industria manufacturera el 11,2 %, la minería el 7,2 %, la construcción el 3,9 %, el comercio 10,3 % y las actividades financieras y de seguros 3,9 %.

La distribución del excedente bruto de explotación por ramas de producción.

En la siguiente tabla se presenta la distribución del excedente bruto de explotación por grandes ramas de actividad económica, organizadas de mayor a menor.

En 2022 la industria manufacturera, a pesar de aportar solamente el 12,5 % del valor agregado, obtuvo el 18% del excedente bruto de explotación, ocupando el primer lugar entre todas las ramas económicas. En segundo lugar, se encuentran la explotación de minas y canteras (16,6%), y una categoría que agrupa comercio, transporte, almacenamiento, alojamiento y servicios de comida (13,1 %) Estas tres ramas concentran casi el 48 % del total del EBE.

La explotación en la industria manufacturera

Además de las cuentas nacionales el DANE mide el excedente bruto de explotación en algunos sectores específicos, como la industria manufacturera, el comercio interno y los servicios, con base en investigaciones que se concentran en los establecimientos que superan un determinado tamaño en número de empleados, estudiando por tanto la actividad formal y con predominio de las relaciones capitalistas [6].

El conjunto de empresas investigado en la Encuesta Anual Manufacturera (EAM) concentra una gran proporción de la producción total; por ejemplo, en 2021p, 7.138 establecimientos industriales aportaron $117 billones, el 86% del valor del PIB industrial total ($136 billones), establecimientos que ocuparon un total de 681.603 personas de los 2.366.000 que trabajan en la industria manufacturera [7]. Estos datos muestran las enormes diferencias en productividad: el valor agregado por trabajador industrial en el sector capitalista fue de 171 millones anuales, mientras que en el sector no capitalista fue de apenas 11,3 millones. En la tabla siguiente se presenta la distribución de la producción y del valor agregado para el año 2021.

Considerando que la tasa de explotación P es igual a p (excedente bruto de explotación) / v (sueldos y salarios más prestaciones), con base en los datos de la tabla se encuentra la siguiente tasa de explotación de los trabajadores:

P= p/ v = 93.257 / 23.712= 393 %

Esto significa que: el trabajador asalariado en la industria manufacturera trabaja 20 % para generar el valor de su fuerza de trabajo y 80 % para generar plusvalía; si su jornada es de 8 horas, dediscal 45 se negó a tomar su declaración. Se debe recordar que la Corte Suprema de Justicia por estos hechos compulsó copia contra el fiscal Chavarro, quien quería desaparecer todo vestigio de la existencia del Bloque Metro de San Roque.

En 1994, cuando la guerrilla ataca a los Uribe y su hacienda, con los otros clanes (los Gallón y los Villegas) se decide conformar el grupo paramilitar. Inicialmente se trata de una organización perteneciente a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá.  A Guacharacas llegan 25 hombres traídos desde el Urabá. Al frente de ellos iba el jefe alias ‘Beto’. “En ocasiones nos poníamos brazaletes del grupo”, dijo Monsalve. “Me tocaba patrullar con ellos”. La orden era acabar con la guerrilla en la zona.

En agosto de 1996, se produjo la “masacre de los carniceros”; los comerciantes que habían adquirido el ganado robado de Guacharacas por el ELN. En diciembre de 2002, fue asesinado por los paramilitares el trabajador de la hacienda Darío Granda, alias ‘Darío Gigante’, quien fue acusado de ser de la guerrilla.

Álvaro Uribe con sus abogados Jaime Granados y Jaime Lombana, así como el senador Iván Cepeda durante la audiencia virtual del juicio penal contra el imputado exmandatario.

El Bloque Metro surgió en Guacharacas hacia 1997. Llegó al corregimiento alias ‘Rodrigo Doble Cero’. Al frente de la actividad narcotraficante estaba Luis Alberto Villegas Uribe, quien también era el jefe del ‘Cartel de la gasolina’ que extraía el combustible del poliducto que atravesaba la hacienda. A esa actividad se dedicaban también Santiago Uribe, el hermano del entonces gobernador Álvaro Uribe y Santiago Gallón. Una vez capturaron un cargamento de 165 kilos de cristal de cocaína del grupo en el Alto de las Águilas. Estaba en una camioneta de Villegas. El Gobernador tuvo que interceder para que lo devolviera la Policía. A Villegas lo capturaron como paramilitar.

Dice Monsalve que Uribe Vélez “coordinaba lo militar”. En una ocasión que los capturó la guerrilla ya siendo paramilitares, Luis Alberto Villegas llamó al entonces gobernador Álvaro Uribe Vélez, y él envió las tropas oficiales por medio de helicópteros. Al final de la audiencia, Uribe dijo que él sí había enviado esas tropas.

En 2003, hubo la guerra entre el Bloque Metro (BM) y el Bloque Central Bolívar (BCB). Monsalve y Luis Alberto Villegas se pasaron al bando de Rodrigo Pérez Alzate, alias ‘Julián Bolívar’, jefe del BCB. Luego ‘Julián Bolívar’ mató a Luis Alberto Villegas. Pero, Julián Bolívar nunca fue extraditado.

Monsalve afirmó que, para la campaña de elección presidencial, ellos, los paramilitares, pintaron en las paredes avisos diciendo “AUV a la Presidencia. AUC”. El hermano de Luis Alberto Villegas Uribe, Juan Guillermo, dio la orden a Monsalve de borrar esas consignas con tarros de aerosol porque le estaban haciendo daño a la imagen del candidato.

En tono quejumbroso Uribe admite que la justicia no le cree. Lo único que eso demuestra es que la investigación penal ha ido descubriendo una por una las mentiras y falsificaciones que han construido junto a sus intermediarios como Diego Cadena y Wilser Molina, verdaderos fabricantes de falsos testimonios que han sido encomendados y determinados por el expresidente.