
LA JORNADA /
Tras sostener el pasado jueves 6 de marzo una llamada telefónica con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum Pardo, su homólogo estadounidense Donald Trump anunció que los aranceles a las mercancías mexicanas se levantarán de inmediato y se aplazarán al próximo 2 de abril, cuando su Gobierno anunciará los denominados aranceles recíprocos a todos los países con los que sostiene intercambios comerciales. Al explicar el significado de esta nueva postergación, la mandataria resaltó que implica el final de la amenaza arancelaria: en el marco del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), sus miembros no se cobran ninguna tarifa aduanera, por lo que no hay medidas de reciprocidad que imponer.
La Presidenta hizo notar que el cambio de parecer de Trump fue posible gracias a la convergencia de múltiples factores: la presión de los fabricantes de automóviles, el rechazo de empresarios estadunidenses, la caída de las bolsas de valores cuando anunció las tarifas, la relación de respeto y colaboración entre ambos, así como la buena relación construida con el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Todo lo anterior es cierto, e incluso cabe sumar consideraciones geopolíticas como la inconveniencia de atacar a su principal socio comercial cuando el magnate, actual inquilino de la Casa Blanca, pretende escalar su confrontación con China, la segunda mayor economía del planeta.
Evolución del debate
Según Heinrich no hubo debate sobre la teoría del valor y del dinero dentro de las corrientes marxistas antes de la primera guerra mundial. Los trabajos se enfocaron en nuevos desarrollos como los monopolios, el imperialismo, el papel económico del Estado y las crisis. No hubo discusión sobre los puntos oscuros de la teoría de Marx. Sin embargo, después de la primera guerra mundial aparecieron algunos libros que pusieron en cuestión algunas certezas.
Se produjo un debate filosófico basado en los trabajos de Lukács (1923) y Korsch (1923), debate que recibió impulso por la publicación de las primeras obras completas de Marx y Engels (MEGA) en la Unión Soviética por parte de Riazanov. Además hubo algunos debates sobre la teoría del valor y la estructura de la teoría económica de Marx por parte de Grossmann en Alemania y de Rubin en la Unión Soviética.
Durante los años 60 y 70 se retomó la discusión, en varios países, sobre los elementos fundamentales de la teoría del valor. Se formalizó la teoría del valor, reconectándola con el modelo ricardiano desarrollado por Sraffa; se sometió a crítica esta formalización, e incluso algunos economistas marxistas concluyeron que para salvar algo de la teoría de Marx era necesario abandonar la teoría del valor.
Durante los años 60 se produjo una recepción más amplia de las ideas de Marx y se dieron debates desde la perspectiva filosófica y metodológica, dentro de lo cual tuvo especial importancia Althusser con su texto Para leer el Capital. En Alemania jugó un papel relevante la escuela de Frankfurt y su teoría crítica de la sociedad, con mucho énfasis en los primeros escritos de Marx. Adicionalmente los trabajos de Witali Wygodski sobre la génesis de El Capital y de Rosdolsky sobre los Grundrisse tuvieron gran influencia en los estudios críticos. En Alemania Reichelt y Backhaus promovieron una nueva recepción de Marx poniendo el énfasis en los aspectos cualitativos y en el contenido socio teórico de la teoría marxista del valor y del capital.
A juicio de Heinrich los resultados del debate no han sido satisfactorios. Por una parte, la defensa de la teoría marxista del valor como teoría de la sociedad se realizó al costo de cierta renuncia al análisis económico en sentido estricto; se insistió en el carácter monetario de la teoría del valor pero no se profundizó en el estudio de la teoría del dinero y del crédito, ni siquiera por parte de los autores marxistas. De otra parte, un hecho como la desmonetización del oro y el funcionamiento del sistema monetario sin una mercancía dinero no recibió la atención debida.
Finalmente muy pocos autores han trabajado en desarrollar la teoría del crédito de Marx, en estado rudimentario, a pesar de que es necesaria para entender las relaciones con la crisis y para comprender los desarrollos actuales del capitalismo, en particular, la creación de un mercado monetario mundial y la importancia de la deuda internacional. Adicionalmente, algunos autores marxistas, como Benetti y Cartelier comenzaron a dudar del rigor de la teoría marxista del valor y la mayoría de los autores de la teoría de la regulación en Francia dejaron de lado la teoría del valor.
Desafíos de la teoría marxista del valor
En opinión de Heinrich la teoría marxista del valor y del dinero y, por tanto, el edificio entero de la crítica de la economía política enfrenta dos grandes desafíos: a) sus fundamentos teóricos y su coherencia han sido puestos en duda por diversas corrientes; b) sus conceptos teóricos parecen no tener esperanza de explicar los fenómenos monetarios y crediticios reales. Es por tanto, necesario, clarificar los problemas fundamentales de la teoría del valor y del dinero.
La revolución científica de Marx
Plantea Heinrich que en El Capital y los materiales preparatorios se mezclan dos discursos distintos. Marx realiza una ruptura con la economía política clásica. No es simplemente el creador de una nueva teoría sino también el protagonista de una revolución científica que abre un campo teórico radicalmente nuevo. Pero el discurso de los clásicos continua presente en partes centrales de su obra. Recuerda Heinrich que Althusser afirmó que Marx no llegó a pensar efectivamente el concepto de la diferencia que lo distingue de la economía clásica. En otros términos, Marx cruza el umbral de un nuevo terreno científico, pero el discurso de los clásicos se encuentra al interior de su propio discurso. Por tanto, su desarrollo categorial es ambivalente en algunos temas decisivos. No se trata de remanentes anacrónicos del discurso clásico, que podrían ser removidos sin esfuerzo, sino de elementos integrados en el nuevo terreno, que en ciertos casos invalidan categorías de fondo y generan problemas específicos.
Existe un círculo vicioso puesto que para reconocer las distorsiones al interior del nuevo discurso se supondría que éste ya debería estar listo como criterio predefinido, pero no es el caso; por tanto, es necesario tomar como referencia el campo teórico de la economía clásica con el cual Marx rompe.
En la perspectiva de ex” />
A lo anterior debe añadirse el trabajo de la mandataria y su gabinete para demostrarle a Trump que los argumentos esgrimidos en su chantaje arancelario carecen de cualquier sustento.
Es llamativo, por ejemplo, que el mandatario republicano desconociera las cifras de decomisos de fentanilo recopiladas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), una dependencia de su propio Gobierno. De acuerdo con esa instancia, entre octubre de 2024 y febrero de 2025 las incautaciones realizadas por autoridades estadounidenses en la franja fronteriza cayeron 70 por ciento; 41 por ciento sólo entre el primer y segundo mes de este año. Con tales números, es imposible acusar a México de no hacer lo suficiente en materia de combate al narcotráfico, con lo que no sólo la derecha estadounidense pierde sus alegatos más virulentos, sino que las autoridades mexicanas refuerzan su postura en torno a la inviabilidad de clasificar como organizaciones terroristas a los grupos del crimen organizado.
Tampoco puede subestimarse la importancia de la unidad nacional en el éxito obtenido por el Gobierno de la presidenta Sheinbaum Pardo en las negociaciones. En este triunfo frente al trumpismo, la habilidad, diplomacia y firmeza de la figura presidencial y el profesionalismo de sus colaboradoras y colaboradores avanzaron de la mano con la tranquilidad que brinda a todo dirigente contar con el respaldo del 85 por ciento de la ciudadanía, un dato que contrasta con la aprobación de Trump en su país –47 por ciento a mediados de febrero–, tanto por la abismal distancia como porque las cifras de la presidenta Sheinbaum han subido desde su llegada a Palacio Nacional, mientras las del magnate cayeron en su primer mes completo en la Casa Blanca.
Por otra parte, es de justicia reconocer el compromiso de la clase empresarial mexicana, cuyas figuras más prominentes han cerrado filas con el Gobierno federal para hacer frente a los amagos trumpistas. Tal actitud supone un cambio histórico ante el pasado de titubeos, dobles juegos e incluso sabotajes de la iniciativa privada a los actores gubernamentales que no respondían de manera directa a sus intereses. Esta nueva relación, que comenzó a forjarse en el sexenio anterior de López Obrador, indica que es posible la cooperación sin caer en la confusión de roles que marcó al periodo neoliberal.
Cabe reconocer, en suma, el notable trabajo de la mandataria y de su equipo para desactivar la amenaza y por el gran momento de consenso que vive la sociedad mexicana.
La Jornada, México.