María Cano, una vida de lucha, rebeldía y resistencia que sigue inspirando la causa feminista y de reivindicación social

María Cano (1887-1967).

TODOS SOMOS COLOMBIA /

En este mes de marzo consagrado a reivindicar los derechos de la Mujer, es pertinente rendir homenaje a una lideresa que, en la década de 1920, marcó un hito fundamental en la lucha sindical de Colombia: María Cano. Su historia constituye ejemplo de resistencia y visión política que sigue inspirando al movimiento feminista contemporáneo.

Líder obrera que sembró la rebeldía

En los tiempos en que Colombia estaba ideológicamente dominada por fuerzas reaccionarias, cuando la hegemonía conservadora corroía los precarios aparatajes institucionales; cuando ese aparato ideológico que es la Iglesia católica guiaba al pueblo hacia el oscurantismo; cuando la precariedad de los medios de comunicación sumía al país en el aislamiento, levantar la mirada para vislumbrar futuros diferentes era un acto de audaz rebeldía. En medio de esta atmósfera opresiva, emergió su liderazgo.

Menudita y ágil, de manos y pies pequeñitos, blanca aperlada y adornada de unos grandes ojos castaño oscuro; poseedora de una voz vibrante y de una amplia cultura que enriquecía sus discursos, esta mujer desafió las normas establecidas para agitar el panorama político y social de Colombia.

María de los Ángeles Cano Márquez nació el 12 de agosto de 1887, en Medellín. Fue la menor de siete hijos dentro del hogar de Rodolfo Cano Isaza y Amelia Márquez Cano.

Gracias a su trabajo en la promoción de la educación entre los obreros y a su activismo en las causas sociales en favor de los pobres en la ciudad de Medellín, el 21 de noviembre de 1926, María Cano fue designada para hacer parte de la mesa directiva del Tercer Congreso Obrero, en cuyo desarrollo se creó el Partido Socialista Revolucionario (PSR). Aunque dicho partido se adhirió a la III Internacional, programáticamente no adoptó el marxismo y, por tanto, no hubo una ruptura significativa con el liberalismo radical, aunque ello no implicó que existieran intelectuales que asumían las posiciones proletarias y los métodos de organización proletaria.

En ese Congreso Obrero, María Cano fue proclamada como la «Flor del Trabajo», caracterizándose por su irreverencia, rebeldía y progresismo, pues emprendió acciones populares que daban al traste con los esquemas sociales establecidos y dominantes acerca del papel marginal de la mujer; por el contrario, estímulo la participación cultural, social, organizativa y política de las mujeres colombianas.

Además, realizó siete giras políticas por diferentes pueblos y ciudades, desde Buenaventura, en el mar del Pacífico, hasta Santa Marta en el mar del Atlántico. Tuvo contacto directo con la vida difícil de los trabajadores y su voz de mujer combativa encendió llamas de inquietud revolucionaria hablando del problema de las tierras, de los salarios, del derecho a una vida realmente humana, de la existencia del gran movimiento de masas de Colombia, del ejemplo de liberación del pueblo ruso; de la necesidad de levantarse para exigir los tres ochos: 8 horas de trabajo, 8 horas de estudio y 8 horas de descanso, al igual que luchó contra la pena de muerte que quería reimplementar el retardatario Partido Conservador, así como contra el papel pasivo que le era otorgado a la mujer, al tiempo que  fustigaba la ignorancia en que la oligarquías sumía al pueblo a través de la bebida y la desinformación.

Para 1927, María Cano ayudó a preparar la segunda huelga de los obreros de la Tropical Oil Company (Troco); además, junto a sus camaradas socialistas crearon la Cooperativa Obrera Tipográfica en Medellín, con la que lograron adquirir una antigua imprenta para publicar ‘La Justicia’, un periódico dirigido por ella y con el que se difundieron las ideas del socialismo revolucionario en Antioquia.

María Cano, abandonando el papel de simple ama de casa, de madre inagotable, irrumpió en los espacios que le eran vedados a la mujer para integrarse a la lucha obrera y popular; abrió la brecha y marchó hombro con hombro junto a sus camaradas que reconocieron en ella el poder, la fuerza y la capacidad de las mujeres revolucionarias que asumen el compromiso con la tarea socialista.

Esta combativa lideresa trabajo denodadamente para que el proletariado y el campesinado colombiano contara con una organización dirigente de la revolución y por ello contribuyó a su promoción y organización.

Sus ideales de justicia social la llevaron a participar en el Comité Central Pro-Presos Sociales y Políticos, y en los Comités de Lucha por las Libertades Públicas y los Derechos Humanos, y contra la pena de muerte. Por su dedicación obtuvo el reconocimiento de obreros, artesanos y maestros de obra, quienes, el Primero de Mayo de 1925, en Medellín, la proclamaron la “Flor del trabajo”.

El papel de María Cano y sus compañeros fue decisivo para la Colombia de comienzos del siglo XX, pues gracias a su oratoria en las plazas les hizo saber a los trabajadores lo que ocurría en el resto del país y el mundo. Su lucha y liderazgo contribuyo de manera decisiva al nacimiento de la clase trabajadora colombiana.

Testimonio sobre su lucha en favor de la clase proletaria

 

Para ahonda sobre la vida y lucha social de esta destacada lideresa social y política se puede descargar en PDF un sugerente trabajo bibliográfico de autoría de Iván Marín Taborda, ingresando al siguiente enlace:

María Cano en el amanecer de la clase obrera