La bonanza minera y el agotamiento del recurso hídrico

POR ALFONSO AVELLANEDA CUSARÍA

La bonanza minera lleva ya en Colombia alrededor de 40 años, desde el inicio de las grandes explotaciones de carbón a cielo abierto en Cerrejón de La Guajira.

A partir de la reforma al Código de Minas en el año 2002, que sacralizó esta actividad y que la puso como un bien público por encima del agua, el aire, los suelos y la vida misma, se han sacrificado y/o destruido miles de microcuencas hidrográficas a lo largo y ancho del territorio nacional y se ha conducido al desplazamiento forzoso por escasez de agua a millares de personas, especialmente población campesina.

Depredación del territorio por la explotación minera.

En ese sentido, hay una gran deuda ecológica, social y económica de la minería con la sociedad colombiana.

El conflicto socioambiental vivido en las veredas de  Sativa y La Bolsa del municipio boyacense de Paipa manifestado con contundencia y resistencia por los campesinos contra la explotación minera que además destruyó hitos históricos de las comunidades y de la Nación, constituye un hecho que nos convoca a todos a defender los territorios con agua, alma y vida de cualquiera forma de bienestar.

Ahora que comienza a abrirse la campaña electoral para elegir nuevos gobiernos locales la sociedad debe reflexionar a quiénes elige, si entre destructores del agua o  protectores de este valioso recurso y el territorio.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.