POR TALEB ALISALEM
Los varios proyectos que impulsaba para su pueblo anunciaban el nacimiento de una nueva y gran potencia, el África unido, fuerte, independiente y próspero. Algo que Occidente nunca iba a permitir.
Lejos de un análisis con un prisma occidental sobre la persona de Muamar el Gadafi, lo que aquí expongo son sus ideas, proyectos y motivos de su asesinato en octubre de 2011 y posterior destrucción de su país por parte de la OTAN.
Lideró Libia haciendo que su deuda como Estado fuera 0, y alzó su PIB al más alto de todo África. Unificó la nación, creo instituciones y fortaleció el país. Todos los servicios eran gratuitos. Convirtió a Libia en el país con mejor calidad de vida de todo el continente.
Quiso un África independiente, sin invasores, libre, y se destacó por su lucha contra las invasiones necoloniales en el continente apoyando movimientos como el de Nelson Mandela o el Frente Polisario, al cual apoyó de forma firme contra la ocupación marroquí y reconoció a la República Saharaui como Estado.
Entendió el contexto de cada país en África y ofreció ayuda económica y política para su progreso. Estableció excelentes relaciones con la mayoría de naciones africanas y comenzó a trabajar para impulsar tres proyectos para el desarrollo y lanzamiento de África como potencia mundial.
Las tres propuestas de Gadafi fueron:
1- Banco africano que unifique a todas las naciones del continente.
2- Satélites de comunicación propios de África.
3– Moneda única para todos los estados africanos. Soportada por las reservas de oro de Libia.
En este punto hay que señalar que la mayoría de países africanos se siguen apoyando en deuda externa completamente controlados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y/o por bancos estatales de potencias europeas. “El Banco Mundial si fuera realmente mundial, seria de todos, pero no es así”, denunció Gadafi.
Muchos países africanos siguen dependiendo de sus excolonizadores como Francia o Reino Unido para sus telecomunicaciones a través de satélite, o el valor y apoyo a sus monedas nacionales. Francia tiene la última palabra sobre la moneda que usan 155 millones de personas en África. Esto le genera a estas potencias occidentales ganancias millonarias sobre la cuales basan gran parte de su poder económico, es decir, el saqueo a países africanos.
“No aceptamos que nos colonicen nos invadan nos aterroricen, nos chantajeen y se aprovechen de nosotros”, dijo Gadafi.
Los planes de Gadafi por tanto, si hubiesen llegado a realizarse, habrían desestabilizado y destruido los cimientos de grandes economías occidentales que ya operaban, a 30 años vista, a cuenta de los ingresos previstos a recibir por parte de la mayoría de naciones africanas.
Occidente debía matar a Gadafi para acabar con su megaproyecto.
Para Occidente no se contempla otro escenario en el que África no sea un continente dependiente, su independencia política, militar y sobre todo económica, supondría el fin de muchas potencias occidentales.
Se inició entonces lo que se llamó “revolución por la democracia”, un título bastante recurrente para EE.UU. y sus aliados a la hora de invadir y destruir países.
Comenzó una campaña política y mediática que preparaba el terreno para una intervención de la OTAN en Libia.
El 20 de octubre del 2011 aviones militares de la OTAN bombardearon el convoy de Gadafi, rápidamente se enviaron mercenarios para rematarlo y mostrar, en vivo y en directo, y de la forma más humillante la muerte del líder libio y el fin de su causa y proyecto.
Así captó una cámara cómo la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton celebraba la muerte de Gadafi. En Europa, todos los líderes salieron ese día a darse la enhorabuena por el “fin del dictador” mientras, Libia hoy es un estado fallido, hundido económicamente, saqueado por Occidente: liberado por la OTAN.
En definitiva y como bien afirma la periodista uruguaya Isabel Pisano, “la democracia es una mentira, vivimos esclavos, revolcados en la mentira…ya no hay niños que griten que el rey está desnudo, porque hasta los niños son adoctrinados”.
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