“A Santrich lo matamos nosotros en Venezuela”, revelan a ‘La Nueva Prensa’ militares colombianos que participaron en la invasión a ese país

POR GONZALO GUILLÉN /

El informante que señaló el paradero del insurgente de las FARC, Jesús Santrich en Venezuela es un joven que pertenecía a su seguridad personal. Hoy está fuera de Colombia y asegura que el general Zapateiro y el coronel González Lamprea quieren matarlo porque él reclama una  recompensa.

El disidente de las FARC Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias ‘Jesús Santrich’, no fue asesinado por su propia organización, como sostiene la versión estatal en Bogotá. Lo hizo en territorio de Venezuela, en mayo de 2021, el Ejército de Colombia, durante una invasión comandada directamente por los entonces Presidente Iván Duque, el jefe de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, y el del Ejército, general Eduardo Zapateiro. Los tres, en unión con el brumoso coronel Mario González Lamprea, continúan esperando el pago de una recompensa de diez millones de dólares que habría ofrecido Estados Unidos por ese guerrillero disidente y negociador de los acuerdos de paz del estado colombiano con las FARC. La evidencia fundamental para tratar de cobrar el dinero es un dedo que le fue arrancado al cadáver.

El insurgente de las Farc, Jesús Santrich, fue asesinado el 17 de mayo de 2022 por el Ejército Colombiano, violando soberanía venezolana por instrucciones del gobierno de Iván Duque.

Tras haberse desmovilizado y ganado una curul en la Cámara de Representantes, Santrich abandonó la vida en la legalidad para ponerse a salvo de montajes de narcotráfico y entrampamientos que le hiciera el entonces fiscal general colombiano Néstor Humberto Martínez para tratar de extraditarlo a Estados Unidos, alcanzó a ponerlo preso y luego fue liberado por orden judicial. El movimiento clandestino al que ingresó el disidente se conoce como “Nueva Marquetalia”.

El informe final de la Comisión de la Verdad, publicado este año, demostró que las acusaciones contra Santrich y su detención fueron un complot de supuestos agentes de la DEA con el entonces Fiscal General Néstor Humberto Martínez. Con esto, dice el informe, se intentó dar la impresión de que los acuerdos de paz habían fracasado y se pretendió destrozar el proceso para obligar a los guerrilleros amnistiados a regresar a las armas. ​

Durante una visita conjunta a Puerto Jordán, Arauquita, en marzo de 2021, Zapateiro y Navarro fueron informados sobre el paradero de Santich en territorio venezolano. Las evidencias provinieron de un joven “marquetaliano” que hacía parte de la seguridad de Santrich y cuya identidad mantenemos en reserva.

La Nueva Prensa posee copias de los dos informes secretos de inteligencia militar basados en las evidencias del joven delator, quien hoy se encuentra fuera del país y sostiene que gente de Navarro, Zapateiro y González Lamprea lo buscan para asesinarlo porque él también quiere una parte de la recompensa. Este medio posee copias de conversaciones en Whatsapp sobre el asesinato de Santrich entre el delator y un alto oficial del Ejército colombiano.

El informante que delató a su jefe, Jesús Santrich, permanece en contacto con altos oficiales que lo mantienen a salvo de generales colombianos que, dice él, quieren asesinarlo.

El informante le entregó las pruebas originalmente al teniente coronel Nelson Hernando Flórez Jaimes (comandante del Batallón de Operaciones Terrestres Número 29). Consistían en coordenadas y fotografías tomadas por él a Jesús Santrich en el campamento donde solía permanecer en el estado venezolano de Zulia, cerca a Colombia, sobre la serranía binacional de Perijá.

El informante entregó las coordenadas precisas en suelo de Venezuela donde acampaba Santrich.

Duque, Navarro y Zapateiro prepararon y autorizaron la invasión a Venezuela. Se basaron en las pruebas certeras entregadas por el joven informante. La acción armada en el vecino país estuvo a cargo del Batallón de Comando Número Uno, bajo el mando del teniente coronel Óscar Alejandro Garzón Gómez, dijeron a este periodista militares que participaron en la operación, lo mismo que dos oficiales de alta graduación que conocieron el caso.

Tal batallón hace parte del Regimiento de Fuerzas Especiales Número Uno, cuyo comandante era el coronel Melquisedec Mateus Achuri.

“Nosotros matamos a Santrich en Venezuela”, dijo a La Nueva Prensa uno de los miembros  del Batallón de Operaciones Terrestres número Uno.

En los preparativos también estuvo el coronel Mario González Lamprea, quien a pesar de haber salido del Ejército, continúa cumpliendo una misión en Panamá que le asignó el cuestionado ministro de Defensa saliente Diego Molano.

Una de las principales fotografías del informante que demostraron la presencia de Santrich en Zulia, es esta:

Santrich aparece aquí en el campamento que improvisó en Venezuela.

Esta muestra el campamento donde acostumbraba permanecer Santrich:

Foto Aspecto del campamento de Santrich, aportado por el informante.
 

Las fuentes militares y el informante consultados para este reportaje aseguraron que intentarán reunirse con el actual Ministro de Defensa, Iván Velásquez, con el ánimo de contarle todo cuanto saben y entregarle las evidencias que poseen.

La Nueva Prensa, Bogotá.

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