LA ROSA ROJA /
Una nueva etapa en la relación bilateral colombo-venezolana ha comenzado gracias a la visión geopolítica del presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, quien desde que asumió el pasado 7 de agosto decidió generar las condiciones para restablecer la cooperación diplomática con el gobierno del presidente Nicolás Maduro, tras la visión miope de gobiernos conservadores y maniqueos como los de Juan Manuel Santos e Iván Duque.
Durante estos gobiernos neoliberales, Colombia sirvió de plataforma de Washington para tratar de desestabilizar la gestión del presidente Maduro, buscando generar las condiciones desde Bogotá para dar un golpe de Estado en Venezuela, intentos que fracasaron.
De ahí la importancia del cambio de postura del gobierno de Petro que decidió pasar de la confrontación y declaratoria de guerra de Bogotá contra Caracas y restablecer completamente las relaciones diplomáticas con Venezuela lo que traerá como consecuencia la reactivación socioeconómica de la zona de frontera colombo-venezolana.
Para consolidar la nueva etapa de entendimiento, el presidente Petro viajó el pasado martes 1 de noviembre a Caracas para visitar en el Palacio de Miraflores a su homólogo Nicolás Maduro. Tras una prolongada reunión en la que revisaron una serie de temas de interés común, los dos gobernantes suscribieron una declaración conjunta, en que se anuncia una nueva época de cooperación y entendimiento entre ambos pueblos hermanos.
Encuentro entre dos naciones unidas por el hilo conductor de la historia
Con ánimo de fraternidad y complementariedad los dos mandatarios manifestaron su alta complacencia por la misión histórica y la feliz responsabilidad para la reanudación de las relaciones binacionales integrales entre Venezuela y Colombia. Valoraron las acciones que muestran la voluntad política emprendida por ambos gobiernos para avanzar con firmeza y decisión hacia la unión y la paz de los dos países.
En la declaración suscrita tras la prolongada reunión presidencial, Petro y Maduro aseguraron la cooperación operacional a lo largo de la frontera común, para el trabajo coordinando, en la lucha contra el delito transnacional que, como es obvio, pone en riesgo la seguridad de ambas naciones.
En materia de transporte, concretaron el reimpulso y resolución de los nudos críticos referente a transporte terrestre, aéreo, fluvial y marítimo.
En cuanto al tema de energía y minas, se acordó establecer mesas de trabajo entre ambas partes para explorar y establecer nuevos esquemas de complementariedad.
También convinieron en crear y activar, mecanismos conjuntos de seguridad fronteriza para la protección de la zona fronteriza y las personas que circulan por ella.
Anunciaron, igualmente, que trabajarán por lograr un activo intercambio en los sectores agroindustrial, agropecuario, agrícola y petroquímico.
En ese orden de ideas, se acordó reactivar los espacios de concertación y diálogo político binacional, además del establecimiento de un nuevo mapa de cooperación, basado en los principios de hermandad, solidaridad y complementariedad, que haga más efectivo el relacionamiento de Colombia y Venezuela.
Para ello se convino designar los funcionarios consulares de sus respectivos países, con el fin de garantizar los derechos civiles de los connacionales de ambas naciones.
En materia política, el presidente Petro auguró el mayor de los éxitos en la reanudación de las mesas de diálogo entre el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la oposición venezolana, “para lo cual estamos a su disposición”, dijo.
Entre tanto, el presidente hizo votos para que se logre el objetivo central de la paz total en Colombia.
Separar a los pueblos es una aventura suicida: Petro
Durante su intervención en el Palacio de Miraflores, el presidente Gustavo Petro dijo de manera categórica que “es antinatural y anti histórico, el que Colombia y Venezuela se separen”.
Alguna vez ocurrió, en un mal momento, y no debe ocurrir, porque somos el mismo pueblo, lazos de sangre nos juntan. Es difícil diferenciar en las herencias de los colombianos, sobre todo en la frontera, genes de uno y otro pueblo. Somos lo mismo, estamos mezclados por la historia, por una raíz común, estamos mezclados por la sangre”, precisó.
“Por tanto, separar las naciones se convierte realmente en una aventura suicida. No utilizaría peyorativos que bien merecerían, porque cualquiera que sea las formas políticas que se adopten en una u otra nación, la amistad de los dos pueblos debe mantenerse”, agregó. Y a renglón seguido dijo: “Eso no los enseñaron los europeos que se mataron por decenas de millones, 17 millones en la Primera Guerra Mundial, 50 en la Segunda (Guerra Mundial) y hoy han entendido que su camino es el buen vecino en primer lugar, los comercios que se fortalecen entre el vecindario, a eso le llaman globalización, paradójicamente, y la articulación en una política común, incluso, en una integración que va mucho más allá en Europa que la que hemos logrado en Latinoamérica. A pesar de nuestro discurso, los europeos han hecho más”.
“Por tanto, aquí después de varios años, seis, dice la prensa, vuelve un Presidente colombiano y un Presidente venezolano, a juntarse y a hablar… Aquí estamos para recomenzar un camino que es difícil pero que hay que andar”, añadió Petro.
Anunció que esta nueva etapa de restablecimiento de la relación bilateral “comienza por reconstruir la frontera. La frontera está en manos de las mafias, de lo que llamamos las organizaciones multicrimen, organizaciones cuya cabeza, cuya jefatura, ya es multinacional”.
Explicó que la expansión de estas organizaciones criminales “es la expresión de un fracaso de algo que se llama la guerra contra las drogas, que comenzó hace 50 años y lo que nos ha dejado hoy es desestabilización democrática, un millón de muertos en América Latina y territorios que realmente se han perdido, tanto para las sociedades como para los Estados, hundiendo, incluso, a países enteros en crisis a lo largo y ancho de esas rutas de tráfico”.
Por ello anunció que en esta etapa de reanudación de las relaciones diplomáticas se reconstruirá la colaboración de ambos países en cuanto a la inteligencia “para poder golpear, ya no tanto al obrero del narcotráfico, que por ahí anda, sino a los dueños del capital que son los que casi nunca se han golpeado, que son peligrosos para la estabilización política, que además demanda, ojalá, una gran conferencia latinoamericana de presidentes para reexaminar el fracaso que en las últimas cinco décadas hemos cometido”.
Esta cruda realidad, agregó Petro, “nos ha dejado muertos, sangre, cárcel. Muertos aquí y muertos en los Estados Unidos, ya alcanzan una cifra de casi 110 mil muertos por año por una sustancia que ni siquiera se produce en América que es el fentanilo”.
Comentó que con el presidente Maduro hablaron de la imperiosa necesidad de que la frontera colombo-venezolana recobre cuanto antes su vigor comercial, para lo cual planteó realizar una reunión de empresarios de los dos países en Cartagena de Indias, en fecha que se acordará próximamente.
Esta reunión de empresarios, dijo el mandatario colombiano es “para que ellos mismos construyan los lazos de manera libre, que se fortalezcan las bases de un comercio, ojalá poderoso, ojalá plural, donde el pequeño campesino pueda llegar a aquí, donde el pequeño campesino de aquí pueda llegar a allá”.
También reveló que planteó a su homólogo venezolano la necesidad de llevar a la COP (27) –Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático– una política común para la defensa de la selva amazónica.
“La selva –dijo Petro- es un pilar fundamental del equilibrio climático del planeta, hoy en peligro… Si se pierde ese equilibrio desaparece la humanidad del planeta y toda la vida, en un proceso que tenemos que detener y que tiene que ver con un sistema económico que usa intensivamente –y de eso hemos vivido tanto Venezuela como Colombia– del petróleo y del carbón, de los combustibles fósiles. Un esfuerzo común de los países que tenemos responsabilidad sobre la selva amazónica en la COP27, que se reúne la otra semana en Egipto, es uno de nuestros acuerdos, que Venezuela nos ayude, nos ayudemos mutuamente. Ojalá, Brasil se integre, porque es fundamental y determinante una lucha que tiene que ser de la humanidad”.
Asimismo refirió el presidente Petro que durante la reunión con su homólogo en el Palacio de Miraflores se tocó el tema del fortalecimiento de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). “Algún día Venezuela fue parte fundadora, incluso, con Colombia. La Comunidad Andina fue la plataforma que permitió, de alguna manera, la industrialización leve de nuestros países, el balbuceo industrializador. Al debilitarse, se debilitaron los procesos de industrialización y terminamos en una situación negativa para todos los países que hicimos parte de esta Comunidad”.
“Ahora queremos invitar a Chile, Ecuador, a Bolivia, Perú a que acepten el reintegro de Venezuela en la Comunidad Andina como miembro con todos los poderes, con todos sus derechos y deberes. Igualmente hemos solicitado que Venezuela pueda integrarse al Sistema Interamericano de Derechos Humanos”, dijo.
Explicó que “una vez se aprobó la Convención Americana –la cual se firmó en 1972–, lo que vino en América Latina fue una conexión con los fundamentos de la democracia liberal y, al año siguiente, se dio el golpe de Estado contra Salvador Allende. O sea, la destrucción total de la democracia, incluso en los preceptos más liberales y fundamentales, la dictadura de (Augusto) Pinochet. A partir de ahí, durante tres décadas, las dictaduras y las guerras revolucionarias que dejaron millones de latinoamericanos en el exilio y que solo tiempo después Uruguay y Venezuela pudieron cerrar para abrir una nueva fase que era la del ascenso político, pacífico, al poder. Fases con sus más, fases con sus menos, que aún hoy vivimos. Yo soy, incluso, una demostración física de este nuevo periodo”.
“Pero hoy, ante la barbarie que se desata en el mundo, ante el avance de los fascismos, del autoritarismo, de los éxodos que son respondidos con balas en las fronteras, tanto en Europa, donde nació la palabra democracia y cerca de donde nació la ciudad de Atenas. El mar Mediterráneo se ha convertido en una fosa común. También, aquí en nuestra América, cuando se cruza por El Darién, cuando se cruza por México, cuando se llega al río Bravo, que va mostrando la plena vigencia para el progresismo del mundo y, sobre todo, de América Latina, de defender los viejos preceptos. Ahora nosotros tenemos que defenderlo de la Convención Americana del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Y por eso le hemos pedido a la República Bolivariana de Venezuela fortalecer ese sistema. Incluso, bajo los nuevos signos de los tiempos”.
Petro hizo énfasis en “la nueva fase que vamos a vivir, que tiene esta vez que generar una verdadera integración latinoamericana en la práctica, en los hechos, en los proyectos. No solamente en los discursos. El mundo hoy nos mira, a América Latina, precisamente por la barbarie que crece, por los tiempos políticos y las tensiones que genera la crisis climática y la incapacidad, hasta ahora, del mundo que provoca la crisis climática, de resolverla, no encuentra más que la guerra, guerra y guerra, no encuentra más que la xenofobia, no encuentra más que retornar a (Benito) Mussolini y a sus ideas. Esa América Latina que es hoy un faro de la democracia mundial. Antaño, Bolívar, quizás, un ejemplo de eso. Seguimos ideas, tradujimos a la luz de la vela más palabras del francés con un diccionario para encontrar lo que eran las nuevas teorías democráticas y nos levantamos en armas en ese entonces y ganamos. Pero no aplicamos las teorías. Hoy no seguimos. Hoy en cierta forma vamos solitarios, pero podemos ser una antorcha, un faro, si queremos. Y creo que nos corresponde el turno de ser faro. Y en esa medida integrarnos, ubicar los cauces de la democracia, vincularnos al pueblo, sin el cual nada es posible, y poder alumbrar, otra vez, un siglo de las luces que se necesita. Porque si no aparece un siglo de las luces en este siglo XXI, lo que viene es la extinción. Y entonces tenemos un papel que cumplir, un esfuerzo. Por eso, nuestras solicitudes a nuestra hermana República y vecina, a nuestro pueblo común, de juntarnos en este esfuerzo que comienza, que debe hacer y debe construir historia mundial, para lo cual tenemos que ser audaces, dialogantes, seductores, abiertos, amplios, porque no tenemos ninguna receta sobre la cual guiarnos. La única, el instinto. La única, nuestro propio pensamiento. La única, nuestra propia historia. La única, la experiencia mundial”.
Declaración conjunta de los presidentes Petro y Maduro
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