La realidad: un dolor, una oportunidad

Alejandro Quintero

POR ALEJANDRO QUINTERO GALEANO

“La manera como se presentan las cosas no es la manera como son;

y si las cosas fueran como se presentan

la ciencia entera sobraría”.

Karl Marx

Cuantas veces nos ha pasado en diferentes circunstancias que al conocer la realidad de un hecho nos sentimos sorprendidos y muchas veces consternados, con dolor. Esa situación como tantas otras se repite desde lo micro hasta lo macro. La semana anterior dos noticias resonaron en el ámbito informativo internacional: se trataba de la orden de detención contra Vladimir Putin emitida por la Corte Penal Internacional (CPI), de la cual se lanzaba con bombos y platillos, incluso con pronunciamientos a favor desde Amnistía Internacional [1], por el supuesto delito de traslado forzoso de niñas y niños. Sin el ánimo de valorar legalmente la decisión, esta deja un inmenso sabor amargo al tener en cuenta el contexto internacional de la disputa en Ucrania. Preguntas como: ¿si Estados Unidos, Rusia y China –para resaltar los tres protagonistas del conflicto- no se acogieron al Estatuto de Roma que dio origen a la CPI en 1998- por qué surge esta decisión? ¿Qué motivación tiene en el contexto de la confrontación por un orden multipolar donde se encuentra en vilo el dominio del imperio occidental? ¿Por qué los múltiples crímenes de lesa humanidad cometidos por Estados Unidos, como en la invasión de Irak, Afganistán, la prisión de Guantánamo y otros tantos etc., no han merecido ninguna condena ni pronunciamiento alguno por parte de la misma CPI? [2]

La segunda noticia, es la alerta mundial lanzada desde el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) con su sexto informe. La realidad del cambio climático con el calentamiento global no da espera, desde el IPCC se hace una última advertencia, se reiteran las alarmas por los cambios en la temperatura del planeta asociado al aumento de gases con efecto invernadero (GEI), con consecuencias como: el descongelamiento de los casquetes polares –Groenlandia y la Antártida-, el aumento del nivel de los mares y océanos, los fenómenos de lluvias, sequías, incendios; los cambios al interior de los océanos –acidificación, perdida de oxígeno, calentamiento-, la pérdida del ciclo del agua, etc. Situación que desencadenó, además un pronunciamiento urgente por parte del secretario general de la ONU, António Guterres.

Una matriz en común

Desde una perspectiva analítica los dos problemas mencionados tienen una matriz en común, el poder y en la base de ella, el sistema económico.

Cuando se entiende que el mundo no se mueve por la ciencia –que va a la punta con sus descubrimientos, avances tecnológicos y técnicos- o por razones altruistas, sino por los intereses particulares de la clase dominante, de cada época histórica determinada, llegamos nuevamente a la confirmación de las tesis marxistas al interpretar la realidad.

Desde ésta corriente, resalto tres tesis que nos permiten analizar los dos problemas planteados y su base central:

I. Tesis: “El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.” [3] Actualizando esta tesis marxista a nuestra era de la globalización se traduce en la institucionalidad internacional en defensa de los negocios de la burguesía mundial.

Si entendemos el sistema económico dominante como un sistema mundial donde existe una distribución en la cadena de producción y del trabajo entre países centrales y periféricos; donde los primeros, ubicados en los centros de desarrollo del mundo, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá, Japón, son los  destinados al desarrollo de los diferentes productos elaborados, la ciencia y la tecnología de punta, y los países periféricos, en Latinoamérica, Asia y África (con excepciones), son los encargados de proveer materias primas (commodities) para los primeros –de ahí, para algunos, la diferenciación entre países del primer y tercer mundo-; entenderemos la globalización, como la consecuencia del viraje económico internacional a partir de los años 70-80s con el modelo neoliberal, la liberalización de los mercados, el derrumbe de las fronteras para la realización de negocios, la reducción del papel del Estado y su injerencia en los mismos, el despliegue del poder financiero, los Tratados de Libre Comercio (TLC) y el dominio de las grandes corporaciones económicas, con el fin de aumentar el consumo, las ganancias y concentrar más la riqueza en los verdaderos dueños del mundo. Por esa vía, entenderemos la subyugación del poder político por el poder económico, la necesidad de la potencia del norte del dominio geopolítico mundial [4], así sea con guerras inventadas (v.g. caso Irak) y el manejo de los organismos multilaterales internacionales con el fin de proteger los intereses de los países y dueños del gran capital. De ahí, que organismos como la ONU, OEA, la OTAN, una ONG como Amnistía Internacional que recibe patrocinio del especulador George Soros, operador de la CIA, y ahora la CPI, demuestren su función política a favor del poder. Esto explica la acusación contra Putin como consecuencia de ser uno de los protagonistas, conjunto a Xi Jinping, de contraponer al orden monopolar uno multipolar.

Kar Marx (1818-1883).

II. Tesis: “Si el dinero viene al mundo con manchas de sangre en una mejilla, el capital lo hace chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies” [5].

El capitalismo no surge de la nada, sus inicios están marcados por el despojo, la apropiación ilegal de tierras, la colonización y conquista de nuevos territorios, la explotación de la mano de obra –nuevos obreros- con legislaciones adversas, población en la cual se incluía mujeres y niños a los que se obligaba a jornadas prolongadas y extenuantes, sin nada de seguridad laboral, con un marcado aumento de nuevos miserables, indigentes y vagabundos alrededor de los burgos, situación que Robert Castel desarrolla magistralmente en su texto Las metamorfosis de la cuestión social y que Marx Desarrolla en su texto de El capital, en su capítulo XXIV “Sobre la acumulación originaria”.

Comprendiendo los anteriores elementos, podemos dar paso a otro crucial en el manejo de la economía mundial, el dominio de la moneda. Es a través de la imposición del dólar estadounidense, como moneda para realizar las transacciones mundiales, como Washington impone otro mecanismo más para asegurar su poder imperial en la economía mundial. Situación que se hace explícita luego de la Segunda Guerra Mundial con los acuerdos de Bretton Woods en 1944, en virtud de los cuales el dólar estadounidense se impone en el ámbito internacional y se establece su respaldo en oro (patrón oro); posteriormente, en 1971 con la crisis por la guerra de Vietnam, cambia el respaldo de su moneda al petróleo, los llamados petrodólares, en un acuerdo presionado con Arabia Saudita. Hoy, la situación de la moneda de la potencia dominante se encuentra en crisis, dado que en nuestra época de la financiarización y globalización neoliberal,  con el dominio de la banca y la especulación, con las guerras causadas, los compromisos económicos internos y externos han llevado al país del norte a los límites permitidos de su endeudamiento (31,4 billones de dólares) [6], convirtiéndose en un elemento de presión sobre la Reserva Federal Americana; situación que se añade a las causas de las crisis económicas vividas en las últimas décadas, incluyendo la inflación global y la fragilidad de la economía mundial actual.

Esta situación, nos conduce a más crisis económicas y a la necesidad por parte del imperio de apropiarse de mayor cantidad de recursos naturales, en especial de petróleo y oro, además de todos los que las nuevas tecnologías requieran para su elaboración como el litio y el coltán. Los recursos naturales se convierten en una necesidad no solo para impulsar sus mercados, sino además para dar el respaldo a su moneda. Situación que, a su vez, aumenta las guerras tanto en la periferia, por la apropiación y el despojo por los recursos en sus territorios, como en el seno del imperio mismo al convertirse en otro motor para el sostenimiento de su economía. Todos estos elementos conllevan a una mayor destrucción del medio ambiente, al aumento de los GEI; y por supuesto, al bloqueo de los países que insisten en desarrollar un sistema económico diferente (Cuba, Venezuela), así como, a la toma de acciones en contra de aquellos que establezcan alianzas para realizar las transacciones comerciales internacionales con monedas que no sean el dólar estadounidense como sucede con los países emergentes asociados en el BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica).

Por estos graves hechos, de los cuales nuestro sistema económico es protagonista, es por lo que no se toman acciones contundentes frente a la situación de crisis ambiental planetaria. En presencia de esta situación, desde la academia varios autores han llamado a esta época, más que el Antropoceno, el capitaloceno [7], al escudriñar las causas principales del calentamiento global.

Hoy la humanidad toda como especie se ve sometida a una crisis climática y económica mundial que amenaza su existencia y la de otras especies. ¿Qué estamos haciendo? ¿Cuáles son las alternativas de solución?  ¿Qué es el capitalismo verde? ¿Qué propone el ecosocialismo? ¿En qué consisten las teorías del decrecimiento? Son preguntas que, inevitablemente, debemos responder a profundidad y nos conducirán a poner en el banquillo al sistema económico actual y al manejo del poder. Bien lo expresó Marx: “El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos”.

Pero, como lo hemos dicho anteriormente, si bien la realidad produce dolor, también nos presenta una oportunidad.

III. Tesis: “Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes”.[8]

La oportunidad es la posibilidad de modificar la realidad actual. Y esa modificación solo es posible por la presión colectiva, por movimientos sociales fuertes formados por sujetos conscientes, organizados y unidos. El esquema típico que se nos ha transmitido desde la infancia del líder individual o el sobresaliente -por sobre los otros- para llegar a la cúspide de la pirámide social debe ser modificado por el sujeto colectivo, en una pirámide invertida, donde su misión sea el desarrollo individual y colectivo, para participar y aportar al bienestar de la sociedad, el cuidar de su especie y de las otras, con las que comparte el planeta, un cuidador del medio ambiente global.

Por todo lo anteriormente planteado ese gran cambio solo será posible con la superación del sistema económico dominante en la actualidad.

Notas

[1] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/rusia-la-orden-de-detencion-contra-putin-emitida-por-la-corte-penal-internacional-un-paso-hacia-la-justicia-para-las-victimas-de-crimenes-de-guerra-en-ucrania/

[2] https://www.pagina12.com.ar/533672-a-putin-lo-esperan-sentados-en-la-haya

[3] Marx K y Engels F, El Manifiesto del Partido Comunista

[4] https://larosaroja.org/el-gran-juego-de-poder-en-el-tablero-geopolitico-mundial-declive-y-redespliegue-del-imperialismo-ante-surgimiento-del-multilateralismo/

[5] Marx K. El capital. Sobre la acumulación originaria. Capítulo XXIV.

[6] https://www.nytimes.com/es/article/limite-deuda-economia-usa.html

[7] http://www.libros.unam.mx/el-capitaloceno-una-historia-radical-de-la-crisis-climatica-9786073039284-libro.html#:~:text=El%20concepto%20de%20capitaloceno%20se,%2C%20globalizaci%C3%B3n%2C%20racismo%20y%20patriarcado.

[8] Marx K y Engels F, Ob. Cit.

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