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Con el propósito de verificar el estado de la implementación del Acuerdo de Paz en lo atinente al enfoque de género, entre el 21 y el 28 de abril del cursante año, se llevará a cabo la Sexta Misión en Colombia de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) que sesionará en Bogotá, así como realizará una visita de campo al municipio cundinamarqués de Viotá.
La FDIM es una organización internacional que trabaja por los derechos femeninos, fundada en París en noviembre de 1945 que, junto con ONU Mujeres y Suecia, conforman el Componente Internacional para la Verificación del Enfoque de Género en la implementación del Acuerdo Final para la Paz en Colombia. En 2018, de la mano del Instituto Kroc, publicó un informe especial sobre el avance de la implementación en esta materia.
A diferencia de las anteriores misiones, en esta oportunidad la FDIM tendrá la oportunidad de constatar el cambio sustancial de actitud del Gobierno del presidente Gustavo Petro en cuanto a su firme voluntad de dar cumplimiento al Acuerdo de Paz suscrito en 2016, en La Habana, entre el Estado colombiano y la insurgencia de las FARC-EP.
Y es que en las anteriores oportunidades que las representantes de la FDIM han visitado Colombia para verificar el proceso de cumplimiento de los compromisos del Estado han podido constatar los tropiezos o estancamiento que ha enfrentado la implementación de lo acordado en La Habana por la falta de voluntad política de los últimos gobiernos de tinte conservador y neoliberal. Por ello es que recientemente el presidente Petro denunció que pareciera que lo suscrito lo hubiera sido con la exclusiva intención de desarmar a la organización insurgente pero no de cumplir lo pactado.
Dos ítems hablan con suficiencia de la advertencia presidencial: uno, el inadmisible número de alrededor de trescientos cincuenta excombatientes asesinados a mansalva desde que se firmó el Acuerdo lo que dice del incumplimiento de las garantías de seguridad; y otro, la absoluta desfinanciación de los puntos centrales de las negociaciones de paz. Entre ellos, la formalización y adquisición de varios millones de hectáreas para el campesinado. Eso, en consonancia con el reconocimiento estatal de que el origen de la larga lucha armada de las FARC fue la cuestión agraria, la injusticia en la tenencia de la tierra de la cual no es ajeno el ancestral despojo a campesinos, indígenas y comunidades afro. Los dos mandatarios anteriores adrede no hicieron las provisiones presupuestales que ello imponía.
El Gobierno Petro consecuente con su discurso presidencial de leal acatamiento del Acuerdo, incluyó el compromiso de su implementación suscrito en La Habana hace ya siete años en el Plan Nacional de Desarrollo que lleva por título Colombia Potencia Mundial de la Vida (2022-2026), el cual es la hoja de ruta que con el amparo y fuerza que le da ser ley de la República, marca el derrotero a seguir en cuanto a ejecución de políticas públicas.
La FDIM en esta sexta visita a Colombia podrá constatar también que el Gobierno Petro va más allá porque con su propuesta de “Paz Total”, un plan de pacificación sin antecedentes, aspira a desmovilizar, reincorporar o someter según el caso, a todas las organizaciones armadas que hay en el país. Tanto al histórico Ejército de Liberación Nacional (ELN), como a las disidencias de las FARC que no entraron al proceso y las que retomaron las armas en razón del traicionero entrampamiento que les hizo la Fiscalía General de la Nación. Así como también a los grupos abiertamente delincuenciales pero organizados y con gran poder de fuego como el Clan del Golfo, conocido asimismo con el apelativo de Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
Con la legitimidad que le da el Acuerdo de Paz como organización verificadsora, la FDIM en esta Sexta Misión Internacional que la integran delegadas de cinco países: Cuba, El Salvador, México, Venezuela y Perú, podrá comprobar el nuevo clima político que vive Colombia y los mecanismos que ha dispuesto la institucionalidad para que los compromisos contemplados en el Acuerdo de Paz de La Habana comiencen a desarrollarse a cabalidad. Para ello, las representantes de esta organización internacional dialogarán con voceros del campesinado, de organizaciones populares, de mujeres, del Gobierno Nacional y del Partido Comunes nacido de la otrora insurgencia de las FARC.
Un hecho significativo es que la Misión se trasladará al municipio de Viotá (a 53 kilómetros de Bogotá), histórico lugar de luchas agrarias, influencia guerrillera y cruel represión oficial y paraoficial, donde recopilará información con las mujeres en proceso de reincorporación.
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