POR DANIELA DÍAZ /
El conflicto que se vive en Europa del Este es tan solo la punta del iceberg de un proceso que se venía configurando desde hace más de una década: el nuevo orden mundial, que apunta hacia la multipolaridad, explica en declaraciones a Sputnik, el analista geopolítico mexicano Alfredo Jalife-Rahme, quien revisa temas como el reordenamiento mundial en materia económica, el conflicto en Ucrania y el panorama que viene para México y EE.UU. rumbo a las elecciones presidenciales que habrá en ambas naciones en 2024.
Para el catedrático y politólogo mexicano, autor del libro Ucrania, primera guerra híbrida mundial. Fractura de la biosfera, Rusia y China son las dos naciones que lideran los esfuerzos para transitar hacia un nuevo modelo económico que deje de lado la hegemonía estadounidense, un país que, advierte, se encuentra fuertemente debilitado.
“Ucrania es una singularidad que tiene efectos multidimensionales y uno de ellos, lo estamos viendo, es la grave crisis financiera y bancaria de Estados Unidos, su inflación, todo lo que vino con las crisis energética. Los rusos se prepararon y China se preparó muy bien a este desenlace”, explica el también académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Jalife-Rahme apunta que Occidente no midió las consecuencias de la “asfixia” de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Ucrania, además de que se equivocaron con las sanciones económicas impuestas a Rusia por la operación militar especial iniciada en febrero de 2022, pues los bloqueos occidentales contra el país eslavo desataron crisis en alimentos, pero sobre todo en materia de energía, lo que pegó con fuerza a EE.UU. y la Unión Europea (UE).
“Ahora estamos ante un nuevo juego que es cuál va a ser el nuevo orden, que ya se nota que es multipolar, se observa con el ascenso de los BRICS (grupo conformado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) que tiene a 19 países que buscan adherirse, y en el G7 —Estados Unidos, Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Canadá y Japón—, que se vio catatónico y agónico en Hiroshima“, aseveró el analista.
Sobre el G7, el analista indicó que la más reciente cumbre —realizada hace apenas unos días— fue “coreográfica” y señala que el grupo ha sido superado en varios rubros por los BRICS, por ejemplo en poder de paridad de compra. Las tendencias indican que “el G7 está cayendo y los BRICS van subiendo”.
Occidente, agregó, está preocupado ante el crecimiento de Rusia y China, pues implica la caída del modelo financiarista que ha traído graves crisis a EE.UU. y que se está repitiendo con la quiebra de varios bancos.
“Occidente está en decadencia acelerada y lo de Ucrania aceleró su decadencia”, sentenció Jalife-Rahme, quien subraya que otro proceso que se está dando en el ascenso del modelo multipolar es la desdolarización de los mercados.
El dólar se convirtió en la moneda de reserva mundial de facto al final de la Segunda Guerra Mundial con la llegada del Acuerdo de Bretton Woods, el sistema monetario responsable de la gestión de las relaciones comerciales, financieras y mercantiles entre Estados Unidos y su esfera de influencia de posguerra, que incluía a Canadá, Europa Occidental, Australia y Japón, así como varias colonias y Estados clientes de esos países.
Sin embargo, desde hace meses varios países están apostando a comerciar en otras monedas, por ejemplo el yuan. Además, el drama en Washington sobre el techo de la deuda y la perspectiva de que el Gobierno federal se quede sin dinero e incumpla sus obligaciones ha renovado el debate sobre el estatus del dólar como moneda de reserva mundial y si es sostenible.
“A Estados Unidos le queda —o quedaba— el dólar, es su única fuerza, entonces al pegarle al dólar con la desdolarización pues ese orden unipolar se viene abajo. Estamos hablando de la desdolarización como moneda de reserva”, detalla Jalife-Rahme.
Aunque sí hay una clara tendencia en el fortalecimiento de otras divisas, lo cierto es que, explica el profesor de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, es un proceso que llevará varios años.
“Va tomar entre cinco y 10 años, pero sí, el dólar va a la baja y lo que vamos a ver es un nuevo orden mundial de desglobalización”, precisa.
La debilidad de EE.UU. rumbo al 2024
El próximo año Estados Unidos elegirá a su próximo Presidente, una lucha electoral en la que se disputará la continuidad de los demócratas al frente de la Casa Blanca, o bien el retorno de los republicanos.
En la contienda suenan los nombres de Donald Trump y el gobernador de Florida, Ron DeSantis por parte de los republicanos, mientras que por el ala demócrata está el mismo Biden y Robert Kennedy Jr., quien a pesar de su popularidad no cuenta con el suficiente apoyo del partido, apunta Jalife-Rahme.
El analista afirma que los juicios en contra de Trump podrían afectarle sus intenciones de volver a contender por la Presidencia estadounidense; sin embargo, advierte, tal parece que hay un efecto bumerán, pues el grotesco republicano tiene altos índices de popularidad.
En tanto, los demócratas, señala, no tienen ningún candidato lo suficientemente fuerte, lo que orilló al partido a volver a poner como carta fuerte a Biden, a quien tilda como un “títere del deep state”.
“Han de estar muy nerviosos en el deep state (Estado profundo), les va mal en Ucrania, ven el nuevo orden mundial, tienen la desdolarización en puerta, viene el orden multipolar. La granja ya es rebelde y adentro no se ve claro, hay incluso veleidades de secesión”, explica Jalife.
El panorama para México
En cuanto al futuro económico del país azteca, el analista geopolítico señala que depende en buena medida de lo que pase en Estados Unidos, su principal socio comercial. Sin embargo, apunta que el actual Gobierno de México, comandado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha apostado por la protección de la soberanía nacional, medida que se ha visto reflejadas incluso en aspectos económicos.
“Antes México no existía, era un país completamente entregado”, sostiene el catedrático, quien agrega que uno de los grandes aciertos del Gobierno actual es el rescate del sector energético.
El mejor ejemplo de que financieramente el país está estable es justamente el “súper peso”, pues la divisa nacional desde hace meses se cotiza por debajo de los 20 pesos por dólar, señala Jalife-Rahme,
“Ojalá no se equivoque en la sucesión”, advierte el analista político, quien es también uno de los cofundadores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), la formación política de López Obrador.
De acuerdo con Jalife los tres aspirantes que se disputan la candidatura presidencial de Morena se pueden definir así políticamente: Adán Augusto López, el actual titular de la Secretaría de Gobernación, representa el México profundo y la soberanía energética, mientras que el saliente canciller Marcelo Ebrard es cercano a los Gobiernos de EE.UU., Alemania y Francia. En tanto, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, está a favor del globalismo y la energía verde.
Será el próximo año, en junio de 2024, cuando México elija a su próximo Presidente, una contienda en la que se decidirá si Morena continúa en el poder, o bien se determinará el retorno de lo que el mismo López Obrador ha calificado como la era neoliberal.
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