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El Transnational Institute ha elaborado un detallado informe que pretende reflejar el estado actual del movimiento por el agua. El mismo surge en un momento en que aumentan las crisis hídricas en muchas zonas, las cuales ya constituyen una crisis mundial.
Entre tanto, se intensifica la captura por parte de las empresas privadas (conocida como captura corporativa) del manejo del agua, así como formas nuevas de privatización y financiarización, como quedó en evidencia en la Conferencia del Agua de la ONU, celebrada en marzo de 2023 en Nueva York.
Contra la mercantilización del recurso
A finales del siglo pasado y principios del presente se produjo la unión de movimientos, comunidades organizadas y trabajadores contra las fuerzas que buscaban mercantilizar el agua, y comercializar y privatizar su gestión y suministro. La ciudad boliviana de Cochabamba fue el primer lugar donde se revirtió la privatización, en 2000, y donde la empresa privatizada fue devuelta a manos públicas. En 2004, Uruguay fue uno de los primeros países que modificó la constitución para proteger el agua de la privatización.
Movimientos de África, América, Asia y Europa se unieron en espacios existentes y formaron redes nuevas para construir un movimiento mundial por la justicia del agua y compartir experiencias, solidarizarse unos con otros y luchar en todo el planeta. Entre otras victorias, en julio de 2010 este movimiento logró que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobara la resolución que reconoce el derecho humano al agua y al saneamiento. También inició la remunicipalización de los servicios de agua en numerosos países, devolviendo el suministro y el saneamiento al control público, y construyó visiones y mecanismos alternativos de apoyo a las luchas para proteger y defender el agua que es un bien público.
Con el tiempo, el movimiento por el agua aprendió que no bastaba con la defensa del agua pública y la devolución de los servicios a manos públicas, y comenzó a centrarse en la democratización y mejora de los servicios públicos de agua. Las alianzas entre los sistemas de agua y saneamiento gestionados por las comunidades y las empresas públicas progresistas desempeñaron un papel clave en esta tarea, al aprovecharse la experiencia y los recursos de ambos para fortalecer alternativas democráticas que gestionen los ecosistemas y los servicios de agua para la vida, y no para el lucro. En el proceso, una extensa variedad de sistemas, luchas y organizaciones de agua, que incluye a comunidades rurales, campesinas e indígenas, se dedicó a ampliar, revitalizar y expandir el alcance del movimiento por el agua.
Sin embargo, las empresas que lucran con el agua desarrollaron tácticas y estrategias nuevas para reforzar la participación privada en el sector. En especial han logrado capturar instituciones internacionales de manejo del agua para imponer sus intereses privatizadores. Hoy en día, el desarrollo económico extractivo y el cambio climático amenazan los sistemas de agua del mundo mientras miles de millones de personas siguen sin tener acceso a agua potable y saneamiento seguros. A pesar del fracaso sistemático de las “soluciones” del mercado, que con frecuencia se ocultan bajo el lenguaje de las “asociaciones”, las instituciones internacionales de gobierno y desarrollo del agua sostienen que la única forma de abordar estos desafíos es seguir privatizando y financiarizando (1) el agua en todas sus formas.
El movimiento mundial por la justicia del agua continúa organizándose frente a estas amenazas y luchando contra las crecientes desigualdades socioeconómicas que restringen el acceso al agua en función del género, la raza y la clase, entre otras formas de opresión. Estas lógicas también diferencian entre las consecuencias e impactos del cambio climático y los desastres derivados, la mayoría de los cuales tienen que ver con el agua y afectan de manera desmesurada a las poblaciones del Sur, que son las menos responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero y las menos capaces de adaptarse debido al colonialismo y el imperialismo.
El trabajo de organización que se realiza a diario para proteger, defender y desarrollar ecosistemas y servicios comunitarios de agua pública para toda la población es una carga laboral que recae de manera abrumadora sobre las mujeres (2). El movimiento por la justicia del agua se centra en el género y en el trabajo de prestación de cuidados que también lidera y sostiene las luchas contra la privatización y la financiarización. Las personas defensoras del agua continúan desarrollando y utilizando críticas feministas de estos procesos y trabajan para identificar y detener la reproducción de desigualdades de género dentro de los propios movimientos y organizaciones del agua. Esto constituye tanto la primera línea de resistencia como la base sobre la cual se construyen las alternativas.
Del 29 de noviembre al 2 de diciembre de 2022, movimientos y organizaciones sociales progresistas de todo el mundo se reunieron, presencial y virtualmente, en la conferencia “Nuestro futuro es público“, celebrada en Santiago de Chile, para compartir, debatir y fortalecer las luchas por los servicios públicos y el papel esencial que desempeñan en nuestras sociedades y que deben desempeñar en nuestro futuro. Después de dos años de restricciones pandémicas, la conferencia brindó al movimiento global por la justicia del agua la oportunidad de renovar intercambio de experiencias y concepciones; participar en análisis y debates; mejorar la conciencia crítica; construir relaciones nuevas y reforzar alianzas existentes; fortalecer el impulso político en torno a la importancia de la gestión y los servicios democráticos y públicos del agua; y reconsiderar la idea de lo “público” al explorar formas alternativas de la gestión del valioso recurso hídrico.
Este informe pretende reflejar el estado actual del movimiento por el agua. El mismo surge en un momento en que aumentan las crisis hídricas en muchas zonas, las cuales ya constituyen una crisis mundial. Simultáneamente se intensifica la captura por parte de las empresas privadas (conocida como captura corporativa) del manejo del agua, así como formas nuevas de privatización y financiarización, como quedó en evidencia en la Conferencia del Agua de la ONU, celebrada en marzo de 2023 en Nueva York. Mientras estas dinámicas amenazan la sustancia vital de la que depende la vida toda, “somos un río de resistencia que fluye” y busca proteger y defender el agua pública y comunitaria para la población entera.
- “El término ‘financiarización’, como fenómeno global que domina la economía en su conjunto, se utiliza en este informe para referirse a la gestión del agua como un activo financiero cuyo valor empieza a gestionarse en los mercados de futuros, según la lógica especulativa que domina este tipo de mercado financieros, con los grandes bancos y los inversores institucionales como principales actores. El término también se utiliza para expresar la creciente influencia de estos actores financieros en el desarrollo de infraestructuras para los servicios de agua, saneamiento e higiene”.Relator Especial sobre el derecho humano al agua y al saneamiento. 2021. Riesgos e impactos de la mercantilización y financiarización del agua sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento A/76/159, 16 de julio.
- El término “mujeres” utilizado en este informe se refiere a todas las personas que se identifican como mujeres. Cuestionamos las “ideas tradicionales sobre lo que es y quién es y puede ser una mujer, y las conexiones de las mujeres con un sistema patriarcal, donde las mujeres están, de hecho, subordinadas a los hombres o son una subcategoría de los hombres”. Urgent Action Fund Africa. Strategic Compass: 2021-2030 Centering African Womn: Feminist R/Evolution in Action; Yeni, S., F. Brandt and K. Benson. 2022. Womn + Water in Africa: An Overview of Water Justice Struggles. Urgent Action Fund Africa.
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