A 50 años del golpe de Estado en Chile: “Legado de Allende es su apuesta innovadora, disruptiva y democratizadora por las nuevas tecnologías y la gestión cibernética”

Evgeny Morozov

POR LLUÍS AMIGUET /

Entrevista con  Evgeny Morozov, investigador bielorruso experto en internet y autor de Capitalismo Big tech ¿Welfare o Neofeudalismo Digital? (2018), quien analiza el legado del presidente Salvador Allende al pueblo chileno en materia tecnológica, al cumplirse el próximo mes de septiembre medio siglo de su derrocamiento por los militares criminales al mando del genocida Augusto Pinochet.

Silicon Valley y el Pentágono

Si la guerra, como afirmara el estratega militar prusiano Carl von Clausewitz, es “la continuación de la política por otros medios”… ¿debemos resignarnos a que la tecnología también lo sea?”. Morozov reflexiona sobre la ausencia de alternativas a la hegemonía high tech (alta tecnología) de Silicon Valley: si no controlas tus redes, quienes las controla nos controla. Y ahora su inteligencia artificial crece a costa de robar nuestros derechos de autor para luego vendernos –ya piden suscripciones– los mismos contenidos que nosotros mismos hemos ido creando y colgando en la red durante años.

El gobierno socialista Allende en Chile intentó, sostiene Morozov, poner la high tech al servicio de todos y fue defenestrado por la CIA. Según una nota periodística de The Wall Street Journal, los grandes de la inteligencia artificial californiana colaboran ya con el Pentágono en la generación de nuevas armas.

“Allende convirtió a Chile en una meca ‘high tech’ que el golpe liquidó”

¿La Presidencia de Allende no fue una ruina económica?

Al contrario, lo más importante del legado de Allende es precisamente lo menos conocido: su apuesta innovadora, disruptiva y democratizadora por las nuevas tecnologías y la gestión cibernética de la economía y las empresas chilenas.

Salvador Allende (1908-1973).

¿No fueron sus nacionalizaciones de multinacionales una ruina económica?

Si estudia aquel periodo, verá que su proyecto Cybersyn logró crear y gestionar con un eficiente y  revolucionario sistema informático esas empresas.

¿Y no quedó nada de aquel intento modernizador? 

Si la CIA y Pinochet no le hubieran derribado con un golpe militar contra la democracia hace ahora 50 años, Chile sería hoy una meca high tech, como Japón, Corea del Sur o Taiwán.

 ¿Por qué está tan seguro? 

Lo hemos investigado a fondo y lo que hizo Pinochet, tras defenestrar a Allende, fue precisamente abortar aquel incipiente despegue tecnológico y sustituirlo por la ideología ultraliberal de los apodados Chicago Boys, de la Universidad de Chicago, que reorientaron el país hacia la derecha económica y el libre mercado.

¿Por qué Allende le parece relevante? 

Porque demuestra que hubo una alternativa en el mundo a Silicon Valley y que la CIA la abortó, pero aún es posible: Allende en los 70 estaba construyendo fábricas de semiconductores en Arica. Por eso hablo de sus ingenieros, los Santiago Boys, como alternativa a los Chicago Boys.

¿Qué demuestra su investigación? 

Fíjese en Corea del Sur, Taiwán, incluso en Alemania… Todos esos Estados tuvieron un papel protagonista invirtiendo en una infraestructura tecnológica que permitió luego el despegue de sus grandes industrias tecnológicas y exportadoras.

La mayoría de esos Estados, como hoy China, eran autoritarios. 

Y Chile, en cambio, era una democracia y Allende, un socialdemócrata…

Pero la CIA no parecía hacer distingos.

No en plena Guerra Fría. Pero si hubieran dejado prosperar el proyecto de Allende, hoy Latinoamérica sería más justa y rica y Chile, una potencia tecnológica alternativa; porque es posible un modelo de desarrollo tecnológico, que no es sólo el de Silicon Valley y el del ego de los Elon Musk.

Pues ese modelo hoy domina el mundo. 

Pero hay una alternativa de socialdemocracia tecnológica, aunque en Silicon Valley digan que ellos son los únicos innovadores, los emprendedores anti Estado, y que el resto es aburrida burocracia. Y en The Santiago Boys creo demostrar que Chile con Allende tenía el software, el talento y las ideas para transformarse en un Taiwán democrático en Suramérica.

¿Cómo era ese Cybersyn de Allende? 

Incluso bajo el bloqueo de la CIA, las sanciones de EE.UU. y la presión de Nixon y Kissinger, funcionaba como un fantástico sistema informático capaz de demostrar que no solo se innovaba en California. Era tan eficiente que en los 70 muchos pensaron al saber de él que solo eran fake news.

 Si se trata de que los Estados innoven, nunca han tenido tanto poder como hoy. 

Lo que hacen hoy esos Estados es canalizar fondos hacia iniciativas privadas y startups , muchas extranjeras. Cuando el presidente español Pedro Sánchez recibe a Sam Altman, pionero de la inteligencia artificial, sólo trata de captar inversiones estadounidenses…

¿No le parece que esa es su misión?

Lo que el Estado hace así sólo es crear mercados para un puñado de multinacionales y no infraestructuras para que los emprendedores españoles en inteligencia artificial progresen. Los conozco y son muy buenos, pero sin apoyo estatal.

¿Sin inversión extranjera puede haber empleo? ¿Globalizarse no es prosperar? 

Abrir el mercado español a esas tecnológicas en vez de Pedro Sánchez lo podrían hacer Goldman Sachs o McKinsey. Por eso reivindico el Cybersyn de Allende, porque no lo dejaron durar más de tres años, pero ya era una vía tecnológica democrática – recuerde que en Chile había democracia plena– y no solo de mercado.

¿La tecnología es la ideología de hoy? 

Pudo ser también el progreso justo y no le dejaron. Allende demuestra que ya en los 70 las grandes multinacionales tecnológicas hacían geopolítica pura y que espiaban e interferían a favor de sus intereses, como hizo la ITT en Latinoamérica.

¿Quiénes son las ITT de nuestros días?

Cuando no son los ciudadanos y sus democracias los que innovan, quienes sí inventan y controlan las redes acaban espiándote, robándote, quedándose con tus derechos de autor y tus posibilidades de prosperar y te hacen su siervo.

La Vanguardia, Barcelona.

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