
POR MARÍA ZORNOZA /
Olaf Scholz anota el peor resultado histórico y confirma la crisis de la Socialdemocracia en Europa.
De acuerdo con los resultados de las elecciones del pasado domingo 23 de febrero, Alemania gira a la derecha con la victoria de Merz, que abre el camino hacia unas arduas negociaciones para la formación de gobierno.
Las elecciones alemanas dejan pocas sorpresas. Los sondeos a pie de urna confirmaronn las previsiones. Los conservadores, liderados por Friedrich Merz, se hicieron con la victoria. La extrema derecha anota su máximo histórico duplicando sus escaños en el Bundestag (Parlamento Federal). Y los ciudadanos castigan a la Socialdemocracia capitaneada por el actual canciller Olaf Scholz, que se hunde con el peor resultado de su historia.
En este nuevo escenario político, el presidente español Pedro Sánchez se queda más solo en una Europa donde los gobiernos en manos progresistas se limitan a España, Malta, Dinamarca y Lituania.

Los resultados
Alemania será gobernada por la derecha. Según los primeros resultados, los democristianos (CDU/CSU) ganan las elecciones anticipadas con cerca del 29 % de los votos. La extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD), capitaneada por Alice Weidel, confirma su ascenso meteórico con el 20 % multiplicando por dos su presencia en el Bundestag. La Socialdemocracia de Olaf Scholz (SPD) se desinfla hasta el tercer puesto con el 16 %, su peor resultado en unas elecciones federales perdiendo en estos cuatro años diez puntos.
«Es un resultado electoral amargo. Es una derrota», ha reconocido el todavía canciller Sholz. Los Verdes se mantienen con aproximadamente el 14 % y podrían ser claves en la formación del nuevo gobierno. Los liberales y la izquierda populista de Sahra Wagenknecht (BSW) rozan el 5 %, el umbral mínimo necesario para la representación parlamentaria. Y el izquierdista Die Linke saca músculo con el 9 % encajando uno de sus mejores resultados y regresando al Bundestag.
Con esta radiografía, la gran incógnita pasa ahora por conformar el gobierno de coalición que salvo sorpresa mayúscula estará liderado por Merz. La CDU podría renovar la gran coalición -un escenario habitual en la democracia germana-, aunque con los malos resultados del SPD, necesitarían a un tercer aliado. La quinta gran coalición alemana tendría, eso sí, dificultades para prosperar, ya que en medio de la recesión que sufre el país, la receta de las formaciones políticas es diferente. Mientras los conservadores apuestan por las rebajas fiscales, los socialdemócratas piden mayores impuestos a las rentas más altas. A pesar de que la ultraderechista Weidel ha mostrado su disposición a entrar en el futuro Ejecutivo, se estima poco probable que los conservadores levanten el cordón democrático a la extrema derecha e inicien una negociación con la extrema derecha.

Movimientos políticos en Europa
Ante el convulso panorama político global desatado por el huracán Trump, Friedrich Merz ha urgido a no perder el tiempo y formar gobierno “lo antes posible”. El mismo domingo 23, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha convocado una cumbre extraordinaria para el 6 de marzo con el propósito de abordar la compleja situación en Ucrania y la arquitectura de seguridad europea tras el abandono de Donald Trump. Todavía es prematuro aventurar si será Scholz o Merz el representante de Alemania.
El regreso de los conservadores a la principal potencia de la Eurozona y el descalabro del experimento de Scholz deja a Pedro Sánchez más aislado en Europa. El derechista Partido Popular Europeo (PPE) recupera el gran bastión que es Berlín y se hace fuerte. «Una victoria decisiva para nuestra familia política, para Alemania y para Europa: Friedrich Merz. Una cosa está clara: será el próximo canciller de Alemania», ha celebrado el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis.
«El Partido Popular dirigirá el nuevo gobierno alemán. Continúa la tendencia ganadora de los partidos pertenecientes a la familia del PPE, una auténtica barrera a la deriva populista. Europa necesita una Alemania fuerte, liderada por una coalición moderada y experimentada, y un canciller capaz como Merz», ha coincidido Antonio Tajani, ministro de Exteriores italiano. Los mandatarios europeos de la familia popular han sido los primeros en felicitar a Merz y se han deshecho en elogios ante su victoria. «Un nuevo gobierno bajo su dirección proporcionará el liderazgo necesario para lograr una Alemania fuerte en una Europa fuerte», han aplaudido en redes sociales los populares europeos.
En paralelo, la Socialdemocracia atraviesa un momento de debilidad limitando su poder a España, Malta, Dinamarca y Lituania. Se consolida así el buen momento de forma de las fuerzas de derecha en el continente y en las instituciones comunitarias. El Parlamento Europeo actual es el más derechizado de la historia y la Comisión Europea cuenta, por primera vez, con una Vicepresidencia de extrema derecha. Mientras que, en las capitales, los gobiernos de coalición de derechas o capitaneados por líderes ultraconservadores son desde los nórdicos hasta Italia cada vez más habituales. Todo ello junto al hecho de que las energías están concentradas en la seguridad del continente harán más difícil priorizar temas relacionados con el pilar social o hacer frente común para apaciguar las llamadas hacia el mayor gasto militar desde la Segunda Guerra Mundial.
Regocijo en la extrema derecha
Entretanto, la extrema derecha se frota las manos. El respaldo abierto del magnate Elon Musk y el vicepresidente estadounidense James David Vance a AfD ha jugado un papel importante. Ha sido, eso sí, más simbólico y de declaración de intenciones que de impacto en las urnas.
También el primer ministro húngaro Víktor Orbán se ha acercado estos días a Weidel, a la que rechazó hace unos meses cerrándole la puerta del grupo de Patriotas en el Parlamento Europeo. Pero la tercera familia de la Eurocámara podría ahora absorber a los 15 eurodiputados de la extrema derecha alemana, que son parte de los Soberanistas, la familia más pequeña.
Tras los primeros sondeos, el eurodiputado de Vox y miembro de Patriotas, Hermann Terstch, ha señalado que con «los verdes y con el SPD no habrá forma de imponer el cambio de política económica, de inmigración, de seguridad que dice Merz pretender». «Eso solo podría hacerlo con la AfD. La AfD ha doblado su resultado de hace tres años. Con ese gobierno previsible volverá a doblarlo en las próximas elecciones», ha reaccionado a través de X.
el gobierno alemán de Scholz fue uno de los principales avales europeos al genocidio sionista contra los palestinos. La descomunal violencia israelí en Gaza, en contraste con las muy reprimidas movilizaciones del movimiento propalestino en Alemania, siempre casó a la perfección con el marco de odio que AfD pretende instalar contra determinadas comunidades de migrantes en Alemania.
Lo que deja el Gobierno de Sholz
El esquema de gestión y la proyección internacional del Gobierno socialdemócrata de Scholz siempre fueron un terreno fértil para el discurso racista de la formación de ultraderecha Alternativa para Alemania, así como las posiciones de la CDU, en tanto principal bloque opositor. Pero, además, sectores de la CDU y el propio movimiento de la ex Die Linke Sahra Wagenknecht han comprado y replicado algunos de los mantras ultraderechistas sobre la inmigración. Como es costumbre, el votante reaccionario eligió a la original por encima de la copia, aunque sus imitadores contribuyeron a normalizar el mensaje AfD.
Incapaces de atacar el eje del relato xenófobo de AfD y Alice Weidel, los principales partidos del orden liberal alemán buscaron domesticar a la bestia. Por el camino, asumieron algunas de sus nociones y, sobre todo, les facilitaron a los ultras el camino al éxito.
Publico.es