Althusser: sobre el joven Marx (cuestiones de teoría)

El joven Karl Marx.

POR ALBERTO MALDONADO COPELLO /

Resumen del capítulo 2 del libro ‘La revolución teórica de Marx’ [1] de Louis Althusser.

En este capítulo aborda Althusser las obras de juventud de Marx bajo tres aspectos: político, teórico e histórico.

El problema político

Señala que las obras de juventud de Marx han sido desenterradas por los social-demócratas y explotadas contra las posiciones teóricas del marxismo leninismo; los grandes antepasados de esta operación son Landshut y Mayer (1931). En estos autores se encuentran los puntos principales de esta posición: 1) El capital es una teórica ética, cuya filosofía silenciosa habla en voz alta en las obras de juventud de Marx; 2) esta tesis ha tenido gran recepción; 3) filósofos, ideólogos, religiosos han lanzado una empresa de crítica y conversión: volver a las fuentes Marx y mostrar que lo fundamental es el joven Marx y no el Marx maduro de El capital; 4) o hacer confesar a Marx su pecado de madurez, es decir, que reconozca que sacrificó la filosofía a la economía, la ética a la ciencia, el hombre a la historia; 5) en síntesis, la verdad de Marx se encuentra en las obras de juventud de Marx. Se plantean dos opciones: a) El capital es la expresión de la filosofía del joven Marx; o b) que es su traición. (p. 41).

Posibles respuestas de los marxistas: a) se concede que el joven Marx no es Marx, para salvar al Marx maduro de los peligros de su juventud; b) se afirma que el joven Marx es Marx. Los marxistas fueron sorprendidos con este ataque de los social-demócratas, no estaban preparados, y además el ataque ocurrió en su propio terreno. Una de estas opciones de respuesta es proyectar la sombra del Marx maduro sobre el joven Marx, declarar que Marx es un todo, que el joven Marx pertenece al marxismo.

El problema teórico

Althusser aborda el problema de las interpretaciones de los textos de juventud. Critica una aproximación que denomina teoría de las fuentes o de las anticipaciones, que se basa en tres supuestos teóricos tácitos: a) El primer supuesto es analítico: considera todo sistema teórico reductible a sus elementos, lo que permite pensar aparte un elemento del sistema y acercarlo a otro elemento parecido de otro sistema; b) el segundo supuesto es teleológico: hay un tribunal secreto de la historia que juzga las ideas y permite la disolución de los sistemas en sus elementos; c) el tercer supuesto, con base en los dos anteriores, considera la historia de las ideas como su propio elemento: nada ocurre por fuera de la historia de las ideas, el mundo de la ideología contiene en sí su propio principio de inteligencia.

Plantea que los estudios de algunos autores marxistas sobre el joven Marx se basan en estos supuestos. Parecería que la historia del desarrollo teórico del joven Marx exige reducir su pensamiento a sus elementos agrupados en elementos materialistas y elementos idealistas; la magnitud de los elementos decidiría el sentido del texto. Por ejemplo, se encuentra en los artículos de la Gaceta Renana la presencia de elementos materialistas (naturaleza política de la censura, naturaleza social (clases) de las leyes sobre el robo de leña. También se encuentran elementos materialistas en el Manuscrito de 1843: realidad de las clases sociales, propiedad privada y su relación con el Estado. Esta separación de los elementos de su contexto interno solo es posible por una interpretación orientada, es decir, teleológica: la descomposición resulta de la lectura de los textos de juventud de Marx a través del contenido de los textos de madurez. Es el tribunal del marxismo acabado, el tribunal del fin. Otro enfoque es delegar en otro autor, como Feuerbach, la presencia de elementos materialistas; llevada al extremo esta posición, siempre se pueden descubrir elementos materialistas en todos los textos de juventud de Marx. Esto dificulta determinar cuándo Marx puede empezar a ser considerado materialista. En estos enfoques desaparecen los medios para plantear el sentido global de un texto: el uso de una teoría analítica-teleológica descompone el pensamiento en elementos y destruye su unidad.

Pertinencia de este debate (ya algo dijo antes sobre esto, que hay filósofos y teólogos que interpretan actualmente así a la sociedad). Afirma que la filosofía de La cuestión judía o de los Manuscritos de 1844 la puede profesar alguien hoy. La alternativa de considerar que su pensamiento está en evolución, en camino hacia una meta que no ha alcanzado, meta que es desconocida para nosotros. Se tratan estos textos teniendo como referencia el pensamiento más avanzado, como si antes de la síntesis final “la cuestión del todo no se hubiera planteado nunca”.  El método analítico-teleológico es incapaz de pronunciar el menor juicio sobre una totalidad diferente de él. Otra aproximación es recurrir a la dialéctica: se afirma que hay una contradicción entre el contenido y la forma, el contenido materialista entra en conflicto con la forma idealista. Por ejemplo, se afirma que Marx ya es materialista, pero utiliza conceptos feuerbachianos; entre el Manuscrito de 1844 y las obras de madurez, encuentra su terminología definitiva. Es necesario romper con el método analítico-teleológico que está asediado de los principios hegelianos, para emprender un estudio marxista de las obras de juventud de Marx; es necesario aplicar los principios marxistas de una teoría de la evolución ideológica.

¿Cuáles son estos principios?

  • Cada ideología debe ser considerada como un todo real, unificado interiormente por su problemática propia; no se puede sacar un elemento sin alterar su sentido.
  • El sentido de ese todo, de una ideología singular (aquí el pensamiento de un individuo) depende no de su relación con una verdad diferente a él, sino: a) de su relación con un campo ideológico existente; b) de su relación con los problemas y la estructura social que le sirven de base y se reflejan en él; c) el sentido del desarrollo de una ideología singular no depende de la relación con su origen o con su término (su fin), considerados como su verdad; d) depende de la relación existente entre las mutaciones de esta ideología singular y las mutaciones del campo ideológico y de los problemas y relaciones sociales que la sostienen,
  • El principio motor de desarrollo de una ideología singular no reside en el seno de la ideología misma; reside fuera de ella. En su autor como individuo concreto y la historia efectiva que se refleja en este desarrollo individual, según los lazos complejos de este individuo con esta historia.

Considera que se trata de principios científicos y no ideológicos, que son verdaderos como condiciones de planteamiento de un problema que lleve a la producción de una solución verdadera. Estos principios presuponen el marxismo acabado, no como la verdad de su propia génesis, sino como la teoría que permite la comprensión de su génesis, como de todo otro proceso histórico. Son principios marxistas de investigación.

¿Cuáles son estas condiciones? 1) admitir que todos los filósofos tienen una juventud, que nacen algún día y en algún lugar en el cual comienzan a pensar y a escribir; Marx nació al pensamiento en el mundo ideológico que la historia alemana había concentrado en la enseñanza de las universidades. Creció y aprendió a moverse en este mundo, del cual luego se liberará. En los textos ocurre como si los autores de los pensamientos estuvieran ausentes (es un producto acabado); está ausente el individuo concreto y la historia efectiva que se expresa en el campo ideológico existente. Desaparece el autor y desaparece la historia concreta frente a sus temas ideológicos.

Es necesario, por tanto, conocer el campo ideológico. Es la relación entre un pensamiento singular y el sistema temático de un campo ideológico: por tanto, es necesario conocer la sustancia y estructura de dicho campo ideológico. La suerte de Marx en los años 40-45, se juega entre personajes ideológicos concretos, a quienes el contexto ideológico impone una figura determinada. El Hegel con el cual discutía Marx es el Hegel del movimiento neo-hegeliano, un Hegel que proporcionaba a los intelectuales alemanes de los años 40 material para pensar su propia historia y sus esperanzas, y al mismo tiempo puesto en contradicción consigo mismo.

En este contexto, se trata de una filosofía que llega a ser voluntad, saliendo de la reflexión para transformar el mundo político; es una idea que Marx expresa con rigor impecable pero que no es de su propia cosecha; era una interpretación dominante de los neohegelianos. Además, Marx se basa y utiliza a Feuerbach: numerosos pasajes reproducen o copian directamente los desarrollos feuerbachianos sin citar a Feuerbach. Marx se había apropiado del pensamiento de Feuerbach. Pero no hay que quedarse en unas idea, hay que ir a pensar la unidad de este campo ideológico.

Considera que la problemática es el concepto que permite expresar mejor los hechos sin caer en los equívocos hegelianos de la totalidad. Una ideología constituye una totalidad orgánica a título de descripción y no de teoría. Permite pensar la unidad vacía de un todo descrito, pero no la estructura determinada de esta unidad. Pensar un pensamiento ideológico bajo el concepto de problemática permite poner en evidencia la estructura sistemática típica que unifica todos los elementos de un pensamiento. Y además permite: a) concebir el sentido de los elementos de la ideología considerada; y b) relacionar la ideología con los problemas planteados por el tiempo histórico que vive.

Precisa lo anterior en la siguiente forma: 1) la interpretación desde la problemática pone en evidencia el sistema de referencia interno objetivo: el sistema de preguntas que ordena las respuestas; 2) es necesario plantear a una ideología la pregunta de sus preguntas para comprender el sentido de sus respuestas; 3) esta problemática es una respuesta, no solo a sus propias preguntas, sino a los problemas objetivos planteados por su tiempo a la ideología; 4) la comparación de los problemas planteados por el ideólogo (su problemática) con los problemas reales se pone en evidencia el elemento ideológico, las deformaciones; 5) no es la interioridad de su problemática lo que constituye su esencia, sino su relación con los problemas reales: mediante su enunciación deformada ofrece una falsa respuesta.

Un ejemplo de interpretación del Manuscrito de 1843 (Crítica a la filosofía del derecho de Hegel): a) hay varios elementos feuerbachianos (inversión del sujeto-atributo; crítica de la filosofía especulativa; teoría del hombre genérico, etc.); b) hay temas que no se encuentran en Feuerbach (relación entre política y Estado, propiedad privada, realidad de las clases sociales); c) la crítica analítica-teleológica se enreda con esto; d) no se puede esperar una respuesta de los elementos: el objeto del que se habla no califica directamente al pensamiento); e) el que un autor hable de clases sociales o de lucha de clases, no lo clasifica como marxista; f) no es la materia de la reflexión lo que caracteriza y califica la reflexión, sino la modalidad de la reflexión, es decir, la problemática fundamental a partir de la cual son pensados los objetos de este pensamiento (p. 54).

Ludwig Feuerbach (1804 -1872).

Entonces, la reflexión de Marx sobre estos nuevos objetos no hace caer los supuestos teóricos de Feuerbach. Se mantiene la problemática antropológica: “Así, la antropología de Feuerbach puede llegar a ser la problemática no solo de la religión (Esencia del cristianismo), sino también de la política (La cuestión judía, el manuscrito de 1843), más aún, de la historia y la economía (el Manuscrito del 44), sin cesar, en lo esencial, de permanecer en una problemática antropológica, aun cuando las “palabras” de Feuerbach hayan sido abandonadas y sobrepasadas.” (p. 55).

La problemática es el marco o campo teórico. El pensador piensa dentro de una problemática sin pensar en ella: la forma de plantear los problemas es lo que constituye la esencia ideológica de una ideología. En general el filósofo piensa a partir de ella, pero sin pensar en ella; su propia problemática no es consciente de sí. Una ideología es: a) inconsciente de los problemas reales a los cuales responde (o evita responder); b) inconsciente de los supuestos teóricos, es decir de la problemática en acto, pero no confesada, que fija en ella el sentido y el aspecto de sus problemas (p. 56). Una problemática no se lee a libro abierto, es necesaria arrancarla del interior de la ideología: está escondida, pero en acción. La problemática es el campo ideológico en el cual surge y se desarrolla un pensamiento y que tiene una unidad interna. Es la puesta en relación de la problemática propia del pensamiento individual considerado, con las problemáticas propias de los pensamientos pertenecientes al campo ideológico. La verdad de la historia ideológica está en los hechos mismos.

El problema histórico

En este punto aborda Althusser el tercer supuesto del método ecléctico: que toda la historia ideológica se juega en la ideología. Considera que es necesario plantearse el problema de la relación que existe entre los acontecimientos del pensamiento de Marx y la historia que constituye el verdadero sujeto.

Se afirma sobre Marx: a) que supo distinguir el método del contenido, el cual aplicó a historia; b) que puso sobre sus pies el sistema hegeliano; c) que extendió el materialismo de Feuerbach a la historia; d) que aplicó la teoría de la enajenación (hegeliana o feuerbachiana) al mundo de las relaciones sociales, como si esta aplicación cambiara su sentido fundamental; y e) que los antiguos materialistas eran inconsecuentes, pero Marx era consecuente. Señala que hay algo de verdad en estas afirmaciones, pero que son incompletas.

Planteamientos sobre la inversión de la dialéctica. Afirma que la inversión es una tentativa de Feuerbach sobre la cual Marx le reprocha en La ideología alemana haber permanecido prisionero de la filosofía hegeliana, a pesar del intento de invertirla; esto por cuanto aceptó los supuestos mismas de las preguntas, aunque hubiera dado respuestas diferentes. El punto clave que quiere destacar aquí es que dichas afirmaciones consisten en la ilusión de que la evolución del joven Marx se ha jugado y decidido en el plano de las ideas, propuestas por Hegel, Feuerbach y otros. Se interpreta el asunto como si dichas ideas contuvieran una verdad tácita o escondida que el poder crítico de Marx logró hacerles confesar. Para Althusser esta lógica está implícita en el famoso tema de la inversión de la filosofía hegeliana.

Frente a esta posición señala que hacer variar un objeto entero no cambia ni su naturaleza, ni su contenido: “El hombre puesto cabeza abajo, cuando camina al fin sobre los pies, es el mismo hombre (p. 59). Esta filosofía invertida no es diferente: su estructura, sus problemas y el sentido de sus problemas continúan sometidos a la misma problemática. Pero el ejercicio crítico de Marx hace creer que la lógica de la inversión coincide con la lógica de su reflexión y que efectivamente sacó del mundo ideológico una verdad que estaba allí contenida.

La historia real. Marx nace y comienza a pensar en el mundo de la ideología alemana de los años 30 a 40, dominado por los problemas del idealismo alemán; es un mundo aplastado por la ideología y alejado de las realidades efectivas de la historia, el mundo más mistificado de la Europa de entonces. Marx empieza a pensar dentro de una enorme capa ideológica. Se tiende a pensar que todo se limitaba a reflexionar por parte de Marx. Hay además una tendencia a proyectar sobre esta época la conciencia ulterior de Marx.

Menciona Althusser las condiciones de desarrollo económico que estimularon la filosofía idealista alemana en cuyo seno los intelectuales alemanes pensaron su condición, sus problemas, sus esperanzas y su actividad; el subdesarrollo económico de Alemania tuvo por contrapartida un sobre-desarrollo ideológico y teórico. Pero se trató de un desarrollo ideológico sin relación concreta con los problemas y los objetos reales sobre los que reflexionaba. La condición fundamental para liberarse de esta capa ideológica era redescubrir la historia real, encontrar los objetos reales. Esta voluntad de disipar toda ideología y de ir a las cosas mismas y de revelar lo existente, anima toda la filosofía de Feuerbach. El punto esencial es el regreso de Marx a la historia real.

Considera Althusser que la crítica al elemento ideológico consiste en buena parte en el retorno de los objetos auténticos. Marx se fundamenta en estudios concretos en historia, en sociología y en economía política; la dialéctica de Marx no se fundamenta simplemente en operaciones intelectuales sobre la dialéctica de Hegel, sino en la búsqueda de tierras nuevas: Hegel y Marx no bebieron de la misma fuente. Cuando Marx estudia a los economistas ingleses, la revolución francesa y a Maquiavelo, Montesquieu, Rousseau y Diderot, lo hace para descubrir la realidad de los objetos de los que Hegel se había apoderado; se trata de una vuelta a la realidad, de disipar la ilusión. En Marx la ciencia supone una ruptura con la ideología y se establece sobre un terreno diferente que se constituye a partir de preguntas nuevas: define su objeto en forma diferente a la ideología.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831).

Marx reconoció esta experiencia decisiva de descubrimiento de la realidad por medio de aquellos que la habían vivido directamente y pensado con la menor deformación posible: a) los economistas ingleses; b) los filósofos y los hombres políticos franceses. El problema de la relación con Hegel implica tomarse en serio este desplazamiento de puntos de vista. Hay un cambio de elemento y es en este contexto que debe plantearse la cuestión del sentido de los préstamos pedidos a Hegel y en particular de la dialéctica.

El descubrimiento del mito. Marx parte a Francia a la búsqueda de un mito, pero descubre que Francia e Inglaterra no corresponden a su mito; descubre su realidad, las mentiras de la política pura, la lucha de clases, el capitalismo en carne y hueso y el proletariado organizado. En particular encontró, junto con Engels, cosas que no encontraban en la filosofía alemana: a) la clase obrera organizada en Francia; b) el capitalismo desarrollado y una lucha de clases que seguía sus propias leyes. De este modo, Marx descubrió la realidad de la que hablaba la ideología alemana, pero deformada, y descubrió realidades que dicha ideología ignoraba. Marx cambió de elemento y pensó la realidad y la unidad de este nuevo elemento.

Por tanto, la lógica del pensamiento de Marx se debe pensar en términos de descubrimiento y no de superación, de una lógica de la experiencia efectiva y del surgimiento real. Es preciso renunciar al espíritu de la lógica hegeliana que no es sino la anticipación vacía de su fin en la ilusión de una inmanencia de la verdad. No hay otro acceso al joven Marx que el de su historia real.

Las vías para el descubrimiento de la concepción materialista de la historia. Dice Althusser que había una vía corta, la tomada por Engels en el artículo de 1844 y la larga, en el marco de la abstracción filosófica, la que tomó Marx principalmente. En este camino Marx se formó en la teoría, agudizó su espíritu crítico y adquirió el sentido y la práctica de la abstracción, indispensable para la constitución de toda teoría científica: el sentido y la práctica de la síntesis teórica y de la lógica de un proceso. Además, se obligó a criticar toda ideología y se entrenó en el manejo de las estructuras abstractas de sus sistemas. Afirma que el autor de un descubrimiento histórico se ve sometido a la condición de “tener que aprender el arte que le va a permitir decir lo que va a descubrir en aquello mismo que debe olvidar” (p. 70).

[1]  Althusser, Louis, La revolución teórica de Marx, Siglo XXI Editores, décimo séptima edición, 1978 (primera edición en español 1967; primera edición en francés, 1965), pp. 71 a 106.