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Con una votación de 119 países a favor, 53 en contra y 10 abstenciones, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó el pasado martes 17 de diciembre una resolución presentada por Rusia, orientada a combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que fomentan el racismo, la discriminación racial y la xenofobia.
Votaron en contra de la iniciativa los principales países del Occidente colectivo, los autoproclamados campeones de la libertad, la democracia y los derechos humanos. Australia, Alemania, Corea del Sur, Finlandia, Italia, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Japón, España, Suecia, Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, Italia y Ucrania, entre otros.
Dicha votación es una clara demostración de que la ultraderecha y el neofascismo prosperan de la mano de estas falsas “democracias”.
María Zabolótskaya, representante adjunta de la delegación rusa ante la ONU, enfatizó que la resolución tiene como objetivo fomentar la colaboración en lugar de “etiquetar” a los países.
“Las acciones de los países occidentales son alarmantes, ya que intentan dividir a los Estados miembros de la ONU y dificultar la cooperación en la lucha contra el neonazismo y el racismo”, declaró Zabolótskaya.
La resolución también hace un llamado a los Estados para que tomen medidas concretas que prevengan la alteración de la historia y condenen cualquier incidente que promueva la glorificación del nazismo. Asimismo, solicita a los países que trabajen para eliminar todas las formas de discriminación racial y fomentar sociedades más inclusivas.
La aprobación de esta resolución refleja un creciente compromiso en la comunidad internacional para abordar cuestiones de intolerancia y racismo, impulsando un enfoque unificado en la defensa de los derechos humanos.