Black Panther Party: autodeterminación, poder popular y el legado de una revolución inconclusa

POR FEDERICO PITA /

Aniversario 58 del Black Panther Party (BPP) que trascendió de su imagen icónica de resistencia armada al racismo para convertirse en un movimiento internacionalista por la autodeterminación de las comunidades negras. Sus programas comunitarios, como los desayunos gratuitos y las clínicas de salud, desafiaron las estructuras de poder desde las bases. Al conmemorarse un nuevo aniversario, su legado continúa vigente, inspirando a las nuevas generaciones en la lucha contra la violencia policial y las desigualdades estructurales.

El 15 de octubre de 1966 en la ciudad de Oakland en los Estados Unidos, en un contexto marcado por la brutalidad policial y la marginación sistemática de las comunidades afroestadounidenses, Huey Newton y Bobby Seale fundaron el Black Panther Party (BPP). Su legado trasciende las icónicas imágenes de sus activistas armados. Este movimiento, nacido en las entrañas de la segregación racial y la violencia estatal, no solo desafiaba el racismo institucional sino que también proponía una transformación radical de las estructuras sociales, políticas y económicas de Estados Unidos. El verdadero impacto de los Panteras Negras se encuentra en su praxis revolucionaria: desde los barrios más pobres, intentar reconfigurar las relaciones de poder.

La revolución de los Panteras, con sus programas comunitarios, desde los desayunos gratuitos para niños y niñas hasta las clínicas de salud y educación política, representaba un modelo de autodeterminación que rompía con la dependencia estatal. Las comunidades negras, víctimas de un sistema opresivo, eran vistas también como sujetos activos en la construcción de su propio destino. Este enfoque de “poder para el pueblo” construía, desde las bases, una red de apoyo mutuo que erosionaba la legitimidad del Estado racista, empoderando a la juventud negra marginada.

La página inicial de The Black Panther Party: A Graphic Novel History muestra a los líderes del partido Huey P. Newton, Bobby Seale y Kathleen Cleaver. (Imagen: Marcus Kwame Anderson).

La lucha racial en Estados Unidos formaba parte de un engranaje global de dominación que también era combatido en el llamado Tercer Mundo. Los Panteras comprendieron desde temprano que su lucha era internacionalista. Establecieron vínculos con movimientos de liberación en África, Asia y América Latina, entendiendo que la opresión racial estaba conectada con los mecanismos de explotación colonial y neocolonial. Así, se solidarizaron con las revoluciones cubana y vietnamita, e incluso respaldaron la lucha por la independencia de Puerto Rico.

En América Latina, esta visión resonó profundamente. Los Panteras Negras establecieron puentes con movimientos que también exigían autodeterminación para las comunidades racializadas y empobrecidas. Cuba, por ejemplo, se convirtió en un referente de lucha anticolonial para muchos militantes negros en Estados Unidos y la solidaridad con la revolución cubana fortaleció su proyecto emancipador. A su vez, el Programa de los Diez Puntosdel Black Panther Party, que exigían derechos básicos como vivienda digna, educación que reflejara la verdadera historia de los afroestadounidenses y el fin de la brutalidad policial, encontraron eco en las luchas de América Latina, donde comunidades afrodescendientes y campesinas también demandaban justicia social y redistribución económica.

Este internacionalismo situaba al Black Panther Party en una tradición de resistencia que no se limitaba a las fronteras estadounidenses. Al luchar contra la violencia racial también planteaban una crítica radical al sistema capitalista global, que veía en las personas racializadas un recurso explotable. La universalidad de sus demandas hizo de los Panteras un faro para los movimientos de resistencia en todo el continente.

Bobby Seale y Huey Newton, fundadores del Black Panther Party en la puerta de uno de sus locales.

Hoy, al conmemorar el aniversario de su fundación, resulta crucial entender que el Black Panther Party es más que un mero recuerdo del pasado. Sus enseñanzas son una advertencia y una inspiración para las actuales generaciones que, frente a la violencia policial, la desigualdad estructural y el racismo sistémico, siguen organizándose en búsqueda de justicia. El legado de los Panteras Negras sigue vivo, recordándonos que los derechos no son concesiones del poder, sino conquistas de la lucha colectiva constante.

Programa de los Diez Puntos

1) Queremos libertad. Queremos el poder para determinar el destino de la comunidad negra.

2) Queremos pleno empleopara nuestro pueblo.

3) Queremos el fin del robo por el capitalista a nuestra comunidad negra.

4) Queremos viviendadigna, adecuada para alojar a los seres humanos.

5) Queremos educaciónpara nuestro pueblo que muestre la verdadera naturaleza de esta decadente sociedad americana. Queremos una educación que nos enseñe nuestra verdadera historia y nuestro papel en la sociedad de hoy.

6) Creemos que no se debe obligar a los negros a luchar en el servicio militar para defender a un gobierno racista que no nos protege. No lucharemos contra ni mataremos a otras personas de color en el mundo que, como los negros, están siendo víctimas del gobierno racista blanco de Estados Unidos.

7) Queremos un cese inmediato a la BRUTALIDAD POLICIAL y a los ASESINATOSde la gente negra.

8) Queremos la libertad de todos los hombres negros detenidos en cárceles y prisiones federales, estatales, del condado y de la ciudad.

9) Queremos que todas las personas negras, cuando sean llevadas a juicio, sean juzgadas en un tribunal por un jurado compuesto por su grupo de pares o por personas de sus comunidades negras, tal como lo define la Constitución de los Estados Unidos.

10) Queremos tierra, pan, vivienda, educación, ropa, justicia y paz.

Página/12, Buenos Aires.