CEPAL exhorta a cambiar modelo económico en la región, acogiendo propuesta de Mazzucato plantea generar industria en torno a objetivos climáticos y de inclusión

CRONICÓN.NET /

En desarrollo de las deliberaciones del trigésimo noveno periodo de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que se realiza entre el 24 al 26 de octubre en Buenos Aires, Argentina, este organismo de investigación de Naciones Unidas exhortó a los gobiernos de la región a cambiar el modelo económico imperante por uno que esté sustentado en estrategias industriales orientadas en torno a objetivos climáticos y de inclusión social.

En los dos primeros días de deliberación la CEPAL ha presentado dos documentos para soportar su planteamiento según el cual urge a Latinoamérica modificar su modelo económico neoliberal que ha ocasionado altos niveles de inequidad social y concentración de la riqueza.

En primer término, el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, dio a conocer el documento institucional titulado Hacia la transformación del modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: producción, inclusión y sostenibilidad, en el que se concreta su propuesta de recuperación y desarrollo sostenible en el nuevo contexto global y regional.

En sus cinco capítulos el informe analiza, entre otros temas, el presente y futuro de la globalización, la heterogeneidad productiva propia de la región y discute políticas para el desarrollo productivo sostenible. Asimismo, aborda la dinámica entre el empleo y la protección social y la importancia de los impulsos sectoriales para reactivar el crecimiento económico. Examina igualmente, otras temáticas, como la economía circular, la economía del cuidado y la transformación digital, así como presenta un conjunto de recomendaciones para la adopción de política públicas.

Un nuevo enfoque de política orientada por misiones

Otro de los documentos divulgados por la CEPAL en esta oportunidad ha sido el diagnóstico-propuesta elaborada por la destacada economista ítalo estadounidense Mariana Mazzucato, directora del Instituto para la Innovación y el Propósito Público (IIPP) de la University College London (UCL), quien propone para América Latina y el Caribe un nuevo enfoque en su modelo económico a partir de misiones.

El informe titulado Cambio transformacional en América Latina y el Caribe: un enfoque de política orientada por misiones, que fue encargado a Mazzucato por la CEPAL, hace énfasis  en la necesidad de una reforma estructural para superar el retraso de la productividad, el limitado espacio fiscal y la escasa capacidad del sector público en la región. Establece recomendaciones claras para alinear la trayectoria de crecimiento económico de cada país con la resolución de los problemas sociales, económicos y medioambientales mediante un nuevo enfoque “orientado a misiones” de la inversión, la innovación y la estrategia industrial.

“Transformar estos retos estructurales en oportunidades estructurales para el crecimiento inclusivo, el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida es el objetivo de este informe. Se trata no solo de hablar del ritmo de crecimiento económico, sino también, y de manera crucial, de su dirección”, sostiene la profesora Mazzucato.

En definitiva, se trata dijo, “de forjar un nuevo contrato social entre el Estado, las empresas, los trabajadores organizados y los ciudadanos comunes. Un Estado más audaz y más capaz puede ser un mejor socio para las empresas, allanando el camino para nuevas asociaciones público-privadas que maximizarán los beneficios públicos en lugar de solo las ganancias privadas. Un elemento crucial del enfoque orientado a la misión es hacer que el Estado recién empoderado rinda cuentas a través de una mayor participación ciudadana”.

Durante su presentación, Mazzucato ejemplificó con el tema de la pandemia. “El Covid-19 debería haber sido un momento de despertar masivo sobre la asociación público-privada. Porque en muchos países deberían haberse hecho cosas, pero se hicieron demasiado tarde. La falta de preparación fue, de hecho, bastante descarnada”, sotuvo.

Se lamentó de que no se aprovechó realmente la crisis para ayudar a dirigir la economía de forma que realmente se “reconstruya mejor”, por lo que ahora “la cuestión es cómo podemos resolver realmente los grandes retos de nuestro tiempo -salud, brecha digital, clima-, pero de una manera que esté impulsada por la inversión y la innovación, que si funciona bien puede ayudarnos realmente a resolver o abordar al menos estos enormes problemas estructurales”.

En su la presentación de dicho documento, el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, señaló que lo más innovador de este aporte de la profesora Mazzucato es el enfoque en misiones que propone en materia de políticas de desarrollo productivo (PDPs), sobre todo en el enfoque de organizar los esfuerzos colectivos de los diferentes actores tanto públicos como privados para el crecimiento, la innovación y el desarrollo del talento.

La economista ítalo-estadounidense Mariana Mazzucato presentó su informe sobre el cambio transformacional en América Latina y el Caribe, en el marco del trigésimo noveno periodo de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que se realiza del 24 al 26 de octubre en Buenos Aires, Argentina.

“La historia del desarrollo de la región muestra que las fuerzas del mercado por sí solas no pueden solucionar los problemas de crecimiento, inversión, empleo y pobreza. Por eso, es importante, más que nunca, aprovechar la oportunidad que el momento ofrece: formular e implementar PDPs que apunten a la transformación y diversificación productiva, y que aporten a la inclusión social y sostenibilidad ambiental”, manifestó Salazar-Xirinachs.

El reto: superar la crisis de desarrollo de la región

Los dos documentos presentados por la CEPAL buscan generar un compromiso político de los gobiernos de la región para que se estudien y adopten  políticas públicas ambiciosas que posibiliten superar la profunda crisis que vive Latinoamérica desde hace una década.

Según el diagnóstico de los referidos informes, la región está sumida en una crisis de desarrollo y en medio de una década perdida, no puede transformar el modelo económico haciendo lo mismo o aquello que funciona en pequeña escala. No es un momento para cambios graduales y tímidos, sino para políticas transformadoras y audaces que realmente muevan las agujas del desarrollo. Por ello la CEPAL propone diez áreas prioritarias de política para transformar el modelo económico de la región, e identifica posibles sectores impulsores del crecimiento sostenible e inclusivo.

En 2022 los países de la región enfrentan los efectos de una serie de crisis en cascada: climática, de salud, de empleo, social, educativa, de seguridad alimentaria, energética, y de costo de la vida, todas las cuales impactan con diversa intensidad y variadas características.

Es evidente que en Latinoamérica, la combinación de factores externos e internos ha reducido la capacidad de crecimiento económico y de generación de empleos de calidad, dificultado la superación de la pobreza. Sus estructuras económicas y sociales se han debilitado y han entrado en situaciones que refuerzan la inercia de un débil desempeño económico.

Preocupantes índices económicos

Luego de la baja tasa de crecimiento económico de 0,6 % promedio anual registrada en el período entre 2014-2019, una contracción histórica de 6,9 % en 2020 y una recuperación de 6,5 % en 2021, la CEPAL estima que las economías de América Latina y el Caribe crecerán un 3,2 % en 2022 y se espera una fuerte desaceleración con un crecimiento proyectado de 1,4 % en 2023.

Además, recientemente el menor crecimiento de la actividad económica ha estado acompañado de un significativo aumento en la tasa de inflación. En junio de 2022 el promedio regional fue de 8,4 %, más de dos veces el valor del promedio observado entre enero de 2005 y diciembre de 2019 (de 4,1 %). Por otra parte, la situación fiscal de los países de la región se ha deteriorado producto de los importantes esfuerzos fiscales que se hicieron para combatir los peores momentos de la crisis de la pandemia y sus consecuencias sociales.

En concordancia con lo anterior, la situación social en la región también se ha deteriorado, con aumentos considerables en los niveles de pobreza reflejando los efectos de la pandemia y de la recesión económica que la acompañó. Para 2020, la CEPAL calculó que la pobreza y la pobreza extrema alcanzaron, respectivamente, al 33,0 % y 13,1 % de la población. Para 2021, la incipiente recuperación de las economías se tradujo en una caída muy modesta de la pobreza al 32,1 % y un aumento marginal, pero continuo, de la pobreza extrema al 13,8 %.

“Es en este contexto que los países de la región deben adoptar políticas que les permitan dinamizar el crecimiento sostenible, atenuar las presiones inflacionarias, generar empleo de calidad, y mitigar los costos sociales junto con reducir la pobreza y desigualdad. Todo esto plantea serios retos para los sistemas políticos y para las capacidades técnicas, operativas y políticas de las instituciones públicas”, señala el documento de la CEPAL.

De ahí que este organismo de pensamiento económico y social de Naciones Unidas proponga a la región una serie de sectores impulsores que pueden dinamizar la transformación productiva y estructural, así como la inversión y la creación de empleos. Estos son: energía (transición energética), electromovilidad, economía circular, bioeconomía, industria manufacturera de la salud, transformación digital, economía del cuidado, turismo sostenible,  micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y economía social y solidaria.

En sus planteamientos la CEPAL recalca la urgencia de actuar para recuperar la inversión y el crecimiento, reconoce el papel central del Estado en el diseño y ejecución de políticas para la transformación del modelo económico y argumenta la importancia de avanzar en el fortalecimiento de las alianzas públicas y privadas con miras a superar los problemas coyunturales y transitar a largo plazo hacia sociedades sostenibles, cohesionadas y resilientes, características que implican avanzar hacia la concreción de Estados de bienestar en el marco de una sociedad del cuidado.

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