POR ALFONSO AVELLANEDA CUSARÍA
El pasado domingo 12 de junio se cerró la campaña electoral para elegir la fórmula Gustavo Petro-Francia Márquez, dos personas venidas de abajo, de los nadies, que han dado un ejemplo de vida en la lucha por la libertad, la dignidad, el respeto a los derechos fundamentales y a la naturaleza y porque han hecho suya la consigna “hasta que la Dignidad se haga costumbre”, frase de gran profundidad pronunciada reiteradamente por la maestra mexicana-otomí Estela Hernández Jiménez, que en buena hora nuestra candidata a la Vicepresidencia la incorporó como lema y principio valórico en el Pacto Histórico.
Petro y Francia no tienen deudas con ningún grupo económico y lo único que desean es poder liderar un profundo proceso de cambio que con fuerza y sacrificio ha venido siendo reclamado por el pueblo colombiano en las grandes jornadas de movilización social de 2019 y 2020 y el Gran Paro Nacional de 60 días de 2021.
Esta fórmula presidencial-vicepresidencial encarna lo mejor de nuestra Nación vilipendiada, insultada y asaltada en sus recursos por las pandillas que la han (mal) gobernado durante doscientos años.
El voto de este domingo 19 de junio será la muestra de la madurez de los colombianos por romper todos los miedos y sacar desde nuestro cerebro y corazón nuestra mejor voluntad y sueños para comprometernos entre todos en la diferencia a poner nuestro esfuerzo individual y colectivo por construir una Nación de la Vida, la Alegría y la Prosperidad. Es la oportunidad para que nos regalemos mutuamente día a día, sin esperar dádivas de nadie.
No hay nada más satisfactorio que lo que uno se gana con su propio esfuerzo. Ello está sintetizado en la frase de Francia: “¡Luchar para Vivir Sabroso!”
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