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“Esperamos con este fallo cerrar la controversia limítrofe y abocarnos a llevar desarrollo sostenible a nuestro archipiélago”, afirmó el presidente de Colombia, Gustavo Petro al celebrar el fallo proferido este jueves 13 de julio por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que negó una pretensión de Nicaragua en el sentido de ampliar su plataforma continental, en el marco de un antiguo litigio limítrofe que esa nación centroamericana sostiene con el país suramericano por las Islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Colombia sale victoriosa del último litigio que mantenía con Nicaragua ante este tribunal internacional, gracias a que su Cancillería a cargo de Álvaro Leyva Durán cambió el equipo jurídico y la estrategia para defender la soberanía de esta nación, tras los seguidos fracasos de los corruptos gobiernos del bipartidismo liberal-conservador.
Este litigio fronterizo que comenzó en 2001 le había sido totalmente adverso a la Cancillería de San Carlos de Bogotá por la infortunada respuesta jurídica que le dieron los impresentables gobiernos de los cuestionados mandatarios Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque. Gracias a que llegó un gobierno progresista con alto sentido patriótico como el de Petro, ahora Colombia puede otear una solución al conflicto limítrofe con Nicaragua.
Tras este triunfo diplomático el paso a seguir por parte de Bogotá es concretar el diálogo diplomático con el gobierno de Managua que permita avanzar en una política fronteriza para atender las necesidades más apremiantes de esta zona biodiversa del Caribe.
En su pretensión litigiosa Nicaragua aspiraba extender su plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas que delimitan la frontera marítima con Colombia.
En su decisión, que contó con trece votos contra la pretensión nicaraguense y cuatro a favor, la Corte de La Haya expresó que “no puede extenderse la plataforma continental que se sobreponga sobre otro Estado”.
Durante la lectura del fallo, la magistrada Joan Donoghue dijo que “Nicaragua no tiene derecho a una línea extendida dentro de las 200 millas de una línea base de Colombia”.
El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina está situado a 775 kilómetros de la Costa caribe colombiana y a 220 kilómetros de las costas de Nicaragua, país que firmó en 1928 un tratado con Colombia, reconociendo la soberanía de esta nación suramericana sobre dichos territorios.
La demanda nicaragüense solicitaba que la CIJ obligara a Colombia a aceptar lo contenido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, a pesar de que Bogotá no la ha firmado.
En 2012, luego de una fallida defensa jurídica del equipo de la Cancillería de San Carlos, la CIJ falló contra Colombia, lo que llevó a que este país cediera casi 75.000 km² del mar Caribe, pero ahora, con esta sentencia, mantiene sus derechos y soberanía sobre un área considerada rica en recursos naturales, especialmente en hidrocarburos.
Sólo resta ahora despejar el interrogante sobre el meridiano 82 que históricamente Colombia ha asumido como límite, pero el presidente Petro llega a la necesaria negociación con Nicaragua reforzado por este fallo y el juicioso y acertado trabajo de la defensa jurídica del Estado colombiano.
Este importante triunfo diplomático constituye el fin de la tensión diplomática para Colombia, cuyo gobierno de talante progresista que preside Gustavo Petro está enfocado en generar políticas públicas de desarrollo social para San Andrés, que es el más pequeño de los 32 departamentos que tiene Colombia y ha sido históricamente uno de los muchos territorios abandonados por el Estado. Su economía gira casi exclusivamente alrededor del turismo, cuyo desordenado crecimiento ha generado graves problemas ambientales.
“Se cierra un capítulo”
Desde la isla de San Andrés, el canciller colombiano Álvaro Leyva Durán, celebró el alcance del fallo de la CIJ al que calificó de “histórico”. Explicó que con él se logra mantener intacta la soberanía nacional, con el que se pone fin a una disputa que se extendió por más de 12 años ante el tribunal internacional y que, si bien, tenía como antecedente la pérdida de alrededor de 75.000 kilómetros cuadrados de mar que se le entregaron a Nicaragua el 19 de noviembre de 2012, ratificó la presencia colombiana en las islas y cayos del archipiélago.
“Se cierra un capítulo judicial con un país vecino, y se abre la puerta para defender la cuenca del Caribe. Avanzaremos en la integración con pueblos hermanos a partir de un momento de triunfo que debe convocar la unidad nacional, dejando de lado las inútiles confrontaciones, deponiendo las armas del odio y las disputas sin sentido”, remarcó Leyva Durán.
Desde su óptica, “esta es una ocasión excepcional para reunir a las familias de la región y potenciar su desarrollo”, a través de lo que consideró, la “unidad de pueblos de orígenes similares y retos iguales”.
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