Comisión Trilateral: el primer gobierno mundial en la sombra

POR RODRIGO BORJA

Hace medio siglo, en 1973, David Rockefeller, presidente del Chase Manhattan Bank, siguiendo una idea del politólogo polaco-estadounidense Zbiegnev Brzezinski, en el contexto de la Guerra Fría, pone en marcha la Comisión Trilateral, primer gobierno en la sombra de una economía ya en proceso de globalización neoliberal. El estadounidense  Samuel P. Huntington, el japonés Joji Watanuki y el francés Michel Croizier recibían el encargo de elaborar un informe  sobre la salud democrática del área de influencia norteamericana, que sería publicado en 1975 con el título La crisis de la democracia. Informe sobre la gobernabilidad de las democracias. El diagnóstico era contundente: la participación popular se había convertido en un “exceso de democracia” que recargaba al Estado.

La Comisión Trilateral que se constituyó en Tokio el 23 de octubre de 1973 y de la cual hacen parte empresarios, políticos, economistas y diplomáticos influyentes de Estados Unidos, Europa y Japón, tuvo como propósito en un primer momento, buscar una mayor cohesión, dentro del mundo occidental, entre las grandes corporaciones transnacionales a fin de fortalecer el poder del capitalismo y resistir la presión de los países comunistas de ese tiempo y de los del tercer mundo.

David Rockefeller, fundador de la Comisión Trilateral en octubre de 1973.

Su carta fundacional señala que se necesita “la creación de una comunidad de naciones desarrolladas que pueda hacer frente con efectividad a los más grandes desafíos que afectan a la humanidad”. Pero el senador norteamericano y excandidato presidencial republicano Barry Goldwater expresó en 1979 que “lo que realmente desean los trilateralistas es la creación de un poder económico mundial superior a los gobiernos políticos de las naciones y/o Estados implicados. Como creadores y gerentes de este sistema, ellos manejarían el mundo”.

La Comisión Trilateral fue originalmente creada para tres años, pero ha sido renovada por sucesivos trienios porque después de su lanzamiento se fijó metas más ambiciosas. La idea que llevó a los europeos y japoneses a formarla fue que Estados Unidos no deberían ser los líderes únicos del primer mundo y que deberían compartir responsabilidades con Europa occidental y el Japón para que el sistema internacional navegue con mayor seguridad en los años venideros dentro de un mundo crecientemente interdependiente.

La idea original y sus fundamentos teóricos se deben a Zbigniew Brzezinski, que seis años más tarde se convirtió en asesor del presidente norteamericano Jimmy Carter, y quien en un célebre artículo titulado “U.S. Foreign Policy: the Search for Focus”, publicado en el volumen 51 de la revista Foreign Affairs, propuso, después del desastre de Vietnam, que Estados Unidos compartiera su poder con las otras dos partes del sistema económico trilateral: Japón y Europa (especialmente Alemania).

Nació así el “trilateralismo” como una suerte de estrategia de dominación, fundada en la articulación política y económica de los tres mayores poderes económicos de la Tierra en ese momento.

Los estudios que lideró Brzezinski para la Comisión Trilateral tuvieron además de la financiación de Rockefeller, de la Fundación Ford (tapadera de la CIA).

A fines de 1979 “la trilateral”, como se la suele llamar, bajo la conducción tripartita de David Rockefeller por Estados Unidos, Takeshi Watanabe por el Japón y Georges Berthoin por Europa occidental, contaba ya con 260 miembros  —que eran presidentes o altos funcionarios de las principales corporaciones transnacionales del mundo occidental—,  con un comité ejecutivo de 35 integrantes como órgano político central y con numerosos grupos de trabajo que preparaban informes políticos. Su órgano de difusión era la publicación periódica Trialogue.

Entre los miembros intelectuales de la trilateral sobresalían economistas de renombre (como Ackey y Burns), diplomáticos sobresalientes (como Kissinger, Ball y Reischauer) y conocidos políticos como Walter Mondale, Cyrus Vance y el propio Brzeisinski.

En términos cuantitativos, las tres partes que integran la Trilateral representaban en la primera década del siglo XXI, en el orden de la relación entre la población del planeta y el producto bruto mundial (PBM), las siguientes cifras: los países de la Unión Europea representaban el 6,4 % de la población mundial y tenían el 32 % del PBM, Estados Unidos el 4,8 % de la población y el 25,5 % del PBM y el Japón el 2,3 % de la población y el 14,6 % del PBM. Lo cual significa que la trilateral representaba sólo el 13,5 % de la población global pero absorbía el 72,1 % de la renta mundial, mientras que el resto del planeta, compuesto principalmente por los países pobres del tercer mundo, no obstante tener el 86,5 % de la población, disponía apenas del 27,9 % de la renta mundial.

Durante el último ciclo de sesiones de la UNCTAD VIII (United Nations Conference on Trade and Development) efectuado en Cartagena de Indias, se puso en evidencia este abrumador poderío político y económico de la trilateral, libre ya del contrapeso de los países del desaparecido COMECON.

La Comisión Trilateral está dirigida por tres presidentes  —uno por cada región—, un diputado presidente, varios directores y un comité ejecutivo compuesto de 36 miembros.

Para organizar mejor su trabajo se descompone en tres grupos regionales, que laboran conjunta o separadamente: el grupo europeo, cuyo secretariado está localizado en París; el grupo norteamericano, con su secretaría en Washington DC; y el grupo asiático  —el new pacific asian group—  con sede en Tokio. En la agenda de sus reuniones anuales la Trilateral incluye los informes elaborados a lo largo del año por los tres grupos y por comisiones de expertos de las tres regiones sobre un amplio rango de temas de primera importancia.

En el año 2006 la Comisión Trilateral tenía alrededor de 375 de las tres grandes regiones del planeta. El grupo europeo —integrado por Alemania, Austria, Bélgica, Checoeslovaquia, Chipre, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Holanda, Inglaterra, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Noruega, Polonia, Portugal y Suecia— tenía 150 miembros. El grupo norteamericano estaba integrado por 110 miembros, incluidos quince canadienses y diez mexicanos. Y el grupo asiático por 117 miembros: 75 japoneses, 11 surcoreanos, 7 australianos y neozelandeses, 15 de Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia, y 9 de China y Taiwán.

Para mantener su carácter de organización no oficial, los miembros de la Comisión Trilateral, que están allí a título personal, no pueden ejercer funciones públicas en sus respectivos países.

Algunos de los miembros de la trilateral pertenecen también al Club Bilderberg, que es una asociación internacional de magantes altamente influyentes  —banqueros, políticos, académicos, empresarios, dueños de medios de comunicación—  que desde 1954 se reúnen periódicamente para deliberar en absoluto secreto sobre la marcha del mundo.

Enciclopedia de la Política

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