LA ROSA ROJA /
El sistema de salud en Colombia desde hace tres décadas constituye un lucrativo negocio para unos pocos en detrimento de la sociedad, pues este derecho fundamental fue convertido por el gran capital y sus cómplices, las camarillas politiqueras del decadente establishment, en una fuente de enriquecimiento a partir de la administración del dinero público. De ahí la necesidad de cambiar el sistema como lo plantea la reforma que impulsa en el Congreso de la República el Gobierno de Gustavo Petro.
El punto fundamental de la reforma se sustenta en que sin la administración pública de los recursos públicos de la salud las transformaciones de fondo que se buscan no serán posibles. Por ello la feroz oposición de los sectores retardatarios que se benefician de la administración del sistema liderados por los impresentables exmandatarios César Gaviria Trujillo y Álvaro Uribe Vélez, así como de los sectores de la derecha.
El proyecto gubernamental busca modificar el arreglo institucional contemplado en la Ley 100 de 1993 promovida por el gobierno neoliberal de Gaviria que entregó el manejo de los recursos públicos para garantizar este fundamental derecho a las denominadas Empresas Promotoras de Salud (EPS), el cual como está demostrado, ha resultado a todas luces fallido.
De 150 EPS que existían en 1995 hoy solo sobreviven 28 y de éstas solo 8 cumplen con las condiciones de habilitación financiera mínimas. De esas 28 actualmente están intervenidas o en liquidación la mitad, es decir, 14 EPS. Las que actualmente están activas tienen deudas con clínicas y hospitales por 16,6 billones de pesos, las intervenidas o liquidadas deben otros 7 billones, para una deuda total de 23.3 billones de pesos.
Otro de los problemas que presenta el sistema es que una vez se giran los dineros públicos por parte del fondo oficial, la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES), a las EPS, se pierde el rastro y el control de ese multimillonario capital que de allí en adelante se maneja como si fuera privado. Ese manejo poco transparente se ha prestado para despilfarros, corrupción, muchos de esos recursos como lo ha mostrado la justicia fueron a parar en no pocas regiones a los grupos paramilitares.
A lo anterior se suma que no existe un sistema público y único de información. No hay transparencia en el manejo de los recursos, pues cada EPS tiene su propio sistema de información. El Estado ha sido incapaz de garantizar un sistema confiable de información que permita transparencia en las transacciones que se hacen con los recursos públicos de la salud.
El negocio de la salud en Colombia
En este video que se puede acceder ingresando en el siguiente enlace se explica de manera breve y concisa cómo se maneja el negocio de la salud en Colombia:
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