POR JOSÉ ARNULFO BAYONA*
El régimen nazi-sionista de Israel superó los cien días de exterminio criminal y genocida del pueblo palestino. La campaña de terror y castigo colectivo, ha causado la muerte a 26.000 seres humanos, de los cuales, más de 10.000 eran niños/niñas y más de 7000 eran mujeres inocentes, además de haber causado más de 63.000 heridos. Han convertido a Gaza en “el mayor cementerio de niños del mundo” (UNICEF). Estados Unidos, con su apoyo en millones de dólares y todo su mortífero arsenal, es el principal cómplice de esta cruel matanza y destrucción del 70 % de la infraestructura física, viviendas, edificios públicos, comercios, templos, mezquitas, hospitales; además del desplazamiento de más de la mitad de la población hacia refugios ubicados en el sur, en donde mueren de hambre y de sed porque sufren corte de suministros de agua, electricidad, alimentos, primeros auxilios y medicamentos para atender a las decenas de miles de heridos que tratan de sobrevivir pese a carecer de elementales recursos para prestarles los auxilios requeridos.
Esta criminal arremetida de Israel que tiene el deliberado propósito de exterminar la totalidad del pueblo palestino, para avanzar en su designio de extender la ocupación a la totalidad del territorio palestino para avanzar en su objetivo de instaurar en el territorio ocupado un Estado sionista habitado solo por judíos. La masiva matanza reúne todas las características de un genocidio.
Cientos de millones de gente han tomado las calles de las grandes metrópolis y ciudades por todos los confines del planeta para repudiar el holocausto, exigir que se detenga el genocidio y reivindicar la libertad del pueblo palestino, “Free, free, free Palestina” es el grito solidario de las multitudes en las calles y “No es una guerra es un genocidio” es la sentencia popular anticipada de las muchedumbres movilizadas que exigen castigo para el régimen genocida de Netanyahu y su Ejército nazi – sionista.
Se comparta o no, es explicable que las milicias hutíes de Yemen del Norte, en solidaridad con el pueblo Palestino, mantengan bloqueado el estrecho de Bab al- Mandab que controlan desde sus costas del Mar Rojo, por donde circula el 15 % del comercio mundial y ataquen, con poderoso arsenal de misiles balísticos, los buques de guerra y cargueros de mercancías, de bandera israelí o de sus aliados de Occidente, con manifiesta decisión de no dar marcha atrás, hasta que Israel permita el ingreso de energía, alimentos, agua y medicamentos a la franja de gaza y detenga el genocidio.
Complicidad criminal de EE.UU.
Entre tanto, los países del norte global, encabezados por los Estados Unidos, no sólo protegen al régimen sionista, sino que justifican el holocausto, amparados en la hipócrita consigna del “derecho de Israel a la legítima defensa” y apoyan la matanza con millones de dólares y toneladas de armas de destrucción masiva, flotas de aviones artillados y buques de guerra. Es claro que son los gobiernos y las poderosas multinacionales del petróleo, la guerra y el comercio; así como las milmillonarias minorías que gobiernan el mundo, quienes apadrinan y patrocinan el masivo etnocidio a manos del régimen judeo-sionista de Israel.
La ONU, siempre sometida a los intereses del imperio, con su actuación, ha favorecido las acciones de Israel y sus poderosos aliados los Estados Unidos y la OTAN, se había limitado a hacer declaraciones para exigir a Israel detener la matanza indiscriminada y solicitarle que orientara su ofensiva militar a perseguir y castigar las milicias de Hamás. Luego emitió una resolución para declarar una corta tregua que facilitó el intercambio de prisioneros y permitió el ingreso de víveres, medicinas y agua potable al escenario de los sobrevivientes y agonizantes mártires del genocidio continuado. La tregua terminó y la ofensiva sionista volvió sobre Gaza con toda su brutalidad y no se detiene desde entonces.
Los gobiernos y pueblos del sur global, encabezados por Sudáfrica que sufrió durante décadas la crueldad del apartheid y las leyes segregacionistas, expresaron su repudio a la arrasadora ofensiva de exterminio palestino. El presidente de Sudáfrica, Ciril Ramafosa, declaró: “El castigo colectivo de los civiles palestinos mediante el uso ilegal de la fuerza por parte de Israel es un crimen de guerra, la negación deliberada de medicina, combustibles, alimentos y agua a los residentes de gaza equivale a genocidio” y procedió a romper relaciones con Israel.
La vía de la Corte Internacional de Justicia
Sudáfrica, consecuente con su tradición de lucha contra el apartheid, heredada de Nelson Mandela, procedió a interponer una demanda contra el régimen de Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU , por considerar que está cometiendo genocidio en Gaza y, por consiguiente, ha violado sus obligaciones como firmante de la Convención para la prevención y sanción del delito de genocidio. Con la demanda se demuestra que los actos y omisiones de Israel tienen carácter genocida, ya que se cometen con la intención específica de destruir a los palestinos en Gaza como parte del grupo nacional racial y étnico palestino más amplio.
La demanda denuncia las actuaciones de Israel que constituyen genocidio, tales como, “el asesinato masivo de palestinos en Gaza, los graves daños físicos y psíquicos causados a los palestinos de Gaza, la expulsión masiva de hogares y desplazamiento de palestinos en Gaza, la privación de acceso a alimentos y agua adecuados, como consecuencia del asedio total adoptado por Israel en octubre, que privó a la población civil de Gaza de suministros básicos, la privación de acceso a vivienda, ropa y saneamiento adecuados a los palestinos, la privación de asistencia médica adecuada, la destrucción de la vida palestina, mediante bombas lanzadas contra viviendas, escuelas, hospitales, edificios oficiales y lugares de interés cultural y la imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos de palestinos. Asimismo, destaca el asesinato de mujeres y niños y la situación de mujeres embarazadas obligadas a desplazarse sin recursos y sin atención médica. Además, la demanda demuestra que la actuación de Israel va más allá de la legítima defensa y tiene como objetivo la aniquilación del pueblo palestino” (citado por Canal Red – La Base).
La denuncia incluye declaraciones textuales de altos funcionarios del gobierno de Israel que constituyen incitación directa y pública al genocidio, tales como, las de Benjamín Netanyahu, que se refiere a los palestinos como “monstruos bárbaros”, que inició “una guerra entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad, entre la civilización y la ley de la jungla”; las del Ministro de Defensa israelí que informan acciones para “hacer Gaza permanentemente inhabitable y se refiere a los palestinos como “animales humanos”; los llamamientos de los ministros de extrema derecha Besabel Motric e Itamar Ben Gvir, para desterrar a los palestinos de Gaza. Igualmente, la negativa del presidente de Israel, Isaac Herzog, a excluir la población civil de los ataques militares, para justificar el llamado castigo colectivo: “No es cierta esa retórica acerca de que los civiles no sean conscientes o no estén involucrados, eso es falso, lucharemos hasta que le rompamos la columna vertebral”. Así mismo, la denuncia enumera los centenares de declaraciones de los Ministros de Defensa, Seguridad Nacional, Energía e Infraestructura, de Finanzas, Patrimonio, Agricultura y de numerosos oficiales, portavoces y asesores militares que apoyan y alientan las acciones de genocidio en curso con el bombardeo y la incursión militar terrestre en Gaza (Canal Red – La Base).
Sudáfrica exige a la CIJ que decrete una medida cautelar vinculante, mediante la cual ordene a Israel detener sus acciones militares y parar el genocidio. Al respecto ya existe el antecedente de la medida cautelar dictada en 2001 con ocasión de la “Operación Plomo Fundido” que Israel ejecutó en Gaza, con saldo de 1600 hombres, mujeres y niños víctimas de aquel genocidio que quedó en la impunidad.
Tal como se esperaba, ni los países del norte global, Estados Unidos y Europa, ni los países de la Liga Árabe y buena parte del mundo musulmán, cómplices del genocidio, se pronunciaron en apoyo a la demanda. Por el contrario, EE.UU. calificó la demanda sin fundamento y contraproducente, (se supone que sus intereses en Oriente Medio); Alemania, siempre con la carga de la culpa de su deuda histórica, rechazó la demanda y reiteró su apoyo a “la legítima defensa” de Israel.
Israel, en su defensa, contra todas las evidencias, calificó cínicamente la demanda de carente de fundamento y pro terrorista.
“Israel rechaza con repugnancia la calumnia de sangre difundida por Sudáfrica y su demanda, porque carece de base fáctica y jurídica y constituye una utilización despreciable y despectiva de la Corte”. (Comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel). El portavoz de Netanyahu, Elon Levi, condenó enérgicamente la decisión de Sudáfrica y la acusó de “convertirse en cómplice criminal de los autores de la masacre del 7 de octubre”. La acusación, inesperadamente, tuvo un amplio eco en los medios de comunicación hegemónicos de todo el mundo, lo cual le confiere trascendencia internacional.
A la denuncia adhirieron, Malasia, Brasil, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Honduras y Colombia. Juristas internacionales la apoyan, centrales obreras y movimientos sociales del mundo exigen a sus gobiernos que apoyen la demanda, cientos de miles de españoles se manifestaron en todas las ciudades el pasado 20 de enero, un millón de londinenses agitaron en las calles la consigna “Cease fire now”, lo propio hizo el pueblo en Bruselas.
Por su parte, millones de yemeníes salieron a las calles de su capital Saná para repudiar la agresión militar de Estados Unidos e Inglaterra a su territorio y ratificar su apoyo a la resistencia palestina. El pueblo judío antisionista se manifiesta diariamente en las calles de Tel-Aviv para exigir que termine el genocidio y permitan el regreso de sus familiares en poder de Hamas; además, se tomaron el Parlamento para exigir el inmediato cese al exterminio y negociación ya para el retorno de los suyos a sus hogares. Es cada día más evidente que será la movilización de los pueblos la que podrá detener la horrible noche sionista genocida del hermano pueblo palestino.
Actuación de la CIJ
El pasado 26 de enero la Corte Internacional de Justicia, acogió de manera preliminar las peticiones de la demanda. Los siguientes son los apartes más importantes de su pronunciamiento, tomados del portal de la ONU: “reconoce que los palestinos tienen derecho a ser protegidos de actos de genocidio” y ordena a Israel “tomar todas las medidas” posibles para “prevenir” un genocidio en Gaza, con lo cual, ese tribunal admite en la explicación de su decisión que “al menos algunos de los derechos reivindicados por Sudáfrica y para los que solicita protección son plausibles. Este es el caso con respecto al derecho de los palestinos de Gaza a ser protegidos de actos de genocidio y actos prohibidos conexos (…) y el derecho de Sudáfrica a exigir el cumplimiento por parte de Israel de las obligaciones de este último en virtud de la Convención”. “El tribunal considera además que Israel debe tomar medidas inmediatas y efectivas para permitir la prestación de los servicios básicos y la asistencia humanitaria que se necesitan urgentemente para hacer frente a las adversas condiciones de vida a las que se enfrentan los palestinos en la Franja de Gaza”.
Lamentablemente, la Corte no se pronunció sobre el cese de las operaciones militares por parte de Israel, tal y como había solicitado el Estado de Sudáfrica denunciando una “conducta genocida” en Gaza, pero sí exigen a Israel que “garantice con efecto inmediato que sus militares no cometan actos de genocidio”. Así mismo, “Israel también debe tomar medidas efectivas para impedir la destrucción y garantizar la preservación de las pruebas relacionadas con las denuncias de actos comprendidos en el ámbito del artículo segundo y el artículo tercero de la Convención sobre el Genocidio contra miembros del grupo palestino en la Franja de Gaza”. Se trata de medidas cautelares (provisionales) que son “de obligado cumplimiento”.
De todas maneras, se trata de un tipo de medidas cautelares antes de que se adopte una decisión definitiva sobre el litigio, la cual es probable que pasen años antes de que se dicte sentencia.
Esta decisión preliminar es teóricamente de carácter vinculante, porque el régimen nazi–sionista, que inmediatamente calificó la decisión de “antisemita”, mientras cuente con la complicidad de Estados Unidos, Francia, Alemania e Inglaterra, nuevamente hará caso omiso y continuará con los bombardeos, las matanzas y demás acciones genocidas y así lo haría si la CIJ hubiera dictado medida cautelar ordenando el cese a las operaciones militares. No obstante, la decisión tomada si tiene un efecto político, porque en el mundo seguirá creciendo el repudio de los pueblos al holocausto palestino y el Estado sionista quedará registrado en la memoria histórica como un Estado genocida, así calificado por el tribunal de justicia de la ONU. Pero también quedará registrado en la historia la gigantesca contradicción, del tamaño de un buque portaviones, medida cautelar que ordena al Estado genocida tomar medida que “garantice con efecto inmediato que sus militares no cometan actos de genocidio en Gaza”. Fue un simple canto a la bandera después de más de 26.000 hombres, mujeres y niños asesinados, 63.000 heridos y la vida de Gaza destruida.
Lamentablemente los hechos, no sólo marchan en dirección a profundizar el genocidio, sino que avanzan hacia una vasta guerra regional, preludio de una nueva guerra mundial. El segundo al mando de Hamás, Saleh al Arouri, fue asesinado mediante un ataque de Israel en Beirut, Israel bombardeó las tropas sirias en Damasco, en respuesta a supuestos ataques con misiles desde Siria. Siria respondió con misiles sobre territorio de Israel, las milicias de Hezbollah del Líbano, atacadas por Israel se involucran cada día más en el conflicto, Irán atacó bases militares y tropas de Estados Unidos en respuesta Washington bombardeó territorio iraní. Irán atacó bases militares de EE.UU. en territorio de Irak; Alemania acusa a Putin de preparar en secreto una ofensiva militar contra la OTAN; Inglaterra y Estados Unidos bombardearon a Yemen, como castigo a los ataques de las milicias Hutíes a cargueros y buques de guerra israelíes y de sus aliados; la guerra Rusia- Ucrania-EE.UU.- OTAN se agudiza; Estados Unidos atiza el conflicto de China con Taiwán; para citar solo algunos ejemplos. Todo indica que la conflagración termonuclear está en la carpeta de la poderosa industria de la guerra y pone en riesgo la vida de la especie humana y del planeta entero. Sólo la mundialización de la resistencia de los pueblos la detendrá.
*Miembro de la Red Socialista de Colombia.