Cumbre Amazónica: entre buenas intenciones y un poco de frustración por falta de acciones concretas

CRONICÓN.NET /

Si bien diversas organizaciones defensoras del medioambiente expresaron su satisfacción con los temas abordados en la declaración final de la Cumbre Amazónica que se realizó entre el 8 y 9 de agosto en Brasil, criticaron sin embargo la falta de acciones concretas que conduzcan a soluciones para el mayor pulmón vegetal del planeta.

Desde Brasil, el presidente anfitrión Luiz Inácio Lula da Silva abrió la cumbre afirmando que el resultado de ella representaría un “antes y después” en la historia de la Amazonía, esperanzado, pero también expectante ante la urgencia que representa la crisis climática para el llamado ‘pulmón del mundo’.

Las charlas diplomáticas entre los jefes de Estado de Colombia, Bolivia, Perú, Guyana y Brasil, así como altos representantes gubernamentales de Venezuela, Ecuador y Surinam, se materializaron en la Declaración de Belém, nombrada en consonancia con la ciudad brasileña sede de la cumbre.

Un documento basado en una propuesta brasileña e influenciado por aportaciones de la sociedad civil en la que, entre su centenar de puntos, resalta la exigencia a las naciones contaminantes a cumplir con sus compromisos de financiación climática “teniendo en cuenta las necesidades y prioridades de los países en desarrollo”.

“Urgir a los países desarrollados a cumplir con sus compromisos de provisión y movilización de recursos, incluyendo la meta de movilizar 100.000 millones de dólares anuales en financiamiento climático”, señala el punto 35 de la Declaración de Belém, que además pone como fecha límite para su cumplimiento el 2024.

Además, el mencionado texto suscrito por los participantes de alto nivel de la Cumbre de la Amazonía establece una agenda para combatir la deforestación y el crimen dentro de la selva, al tiempo que anuncia la creación del Centro de Cooperación Policial Internacional en la cuenca del principal pulmón del mundo que tendrá como responsabilidad la coordinación en la cooperación logística de los Estados signatarios para ayudar a sus autoridades locales a proteger el bioma amazónico, aunque deja libertad a los gobiernos para definir sus propios métodos de protección.

Ocho gobiernos de los países amazónicos discutieron estrategias contra la deforestación, el crimen organizado y la implementación de planes de desarrollo sustentable en esta zona estratégica que alberga cerca del 10 % de la biodiversidad del planeta.

Petro propone un tribunal amazónico de justicia para los delitos ambientales

El presidente de Colombia, Gustavo Petro durante su intervención en la cumbre planteó crear un organismo como la OTAN que defienda la selva tropical más grande del planeta.

Petro presentó varias propuestas para la protección de la selva amazónica, entre ellas la firma de un “tratado militar” que establezca una especie de entidad similar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que enfrente con “armas” los “delitos” que ocurren en este territorio estratégico para la vida del planeta.

“Si el motor de la Amazonía es cada vez más ilegal y representa un crimen contra la humanidad, ¿cómo defendemos la vida? Con razones, pero también con armas”, dijo Petro al inicio de la IV cumbre presidencial de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), que se celebró en la ciudad de Belém.

El mandatario colombiano planteó la creación de un “tribunal de justicia ambiental” con el fin de proteger a la selva amazónica de la expansión de las redes de narcotráfico, la deforestación, la minería ilegal, la violencia contra los indígenas, entre otros crímenes. Añadió que esta idea fue una sugerencia que en su momento hizo el expresidente de Ecuador, Rafael Correa.

Desacuerdos por los combustibles fósiles

A pesar del consenso en temas como la inclusión de los pueblos indígenas en las campañas de protección ambiental de la Amazonía, dentro de los ocho miembros de la Organización de la OTCA hubo un tema que provocó división: el uso de combustibles fósiles

El mandatario colombiano criticó la postura “negacionista” de algunos gobiernos progresistas, señalando la imposibilidad de sostener un discurso favorable a la protección del ambiente mientras se sigue buscando el crecimiento económico con el uso indiscriminado del gas, petróleo y carbón.

“¿Es posible mantener una línea política de ese nivel? ¿Apostarle a la muerte y destruir la vida? ¿O deberíamos plantear otra cosa diferente que es lo que llamo sociedad descarbonizada?”, cuestionó Petro, quien no hizo alusión a ningún país en específico, pero afirmó que el uso de hidrocarburos fue un tema de “disenso” entre los asistentes a la cumbre.

En una posible respuesta indirecta, el ministro de Relaciones Exteriores anfitrión, Mauro Viera, subrayó que entre los países de la OTCA no existen “posiciones divergentes” en relación con el uso de combustibles fósiles, aunque al ser cuestionado por el proyecto que impulsa el Gobierno brasileño en relación a la búsqueda de reservas de combustibles en terreno amazónico, el canciller sentenció que su país estará listo para la descarbonización “cuando sea necesario”.

El tema del uso de combustibles no renovables solo está plasmado una vez en la Declaración de Belém, específicamente en el punto 79 que expone el compromiso de los firmantes a “iniciar un diálogo sobre la sostenibilidad de sectores tales como minería e hidrocarburos en la región amazónica”.

“Ese es un acuerdo bastante inicial, un primer paso, pero que aún no endereza ninguna respuesta concreta al mundo que estamos viviendo”, señaló Marcio Astrini, director ejecutivo del Observatorio del Clima, una red que congrega a más de 70 organizaciones ambientalistas en Brasil.

“No es posible que, en un escenario como ese, ocho países amazónicos no consigan poner en una declaración en letras mayúsculas que la deforestación (en la Amazonía) tiene que ser cero y que explotar petróleo en la mitad de la selva no es una buena idea”, agregó.

El sentimiento de Astrini fue compartido por otras redes y organizaciones ambientalistas como Coalizão Brasil, el World Resources Institute (WRI), WWF-Brasil y Conservación Internacional (CI).

Para Marcelo Furtado, fundador de Coalizão Brasil, una red formada por más de 350 representantes de los sectores público, privado, académico y de la sociedad civil lo que fue plasmado en el documento “es una combinación de buenas noticias y un poco de frustración”, puesto que es muy probable que todo quede en promesas.

De acuerdo con el experto, aunque la cumbre abordó los temas correctos, “no entregó” acciones concretas, para el corto y mediano plazo, que podrían cambiar la situación actual del bioma.

En el mismo sentido se pronunció la ONG ambientalista World Resources Institute (WRI), que recalcó la necesidad de “poner en práctica” esas ideas.

Para Mauricio Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil, las acciones concretas también deben verse en la ampliación de áreas de conservación y reconocimiento de territorios indígenas, que son los que más protegen al bioma de la devastación. “Es fundamental”, recalcó.

Agenda de cooperación

Los ocho países que conforman el Tratado de Cooperación Amazónica firmaron la Declaración de Belém, en la que consolidaron una nueva y “ambiciosa” agenda común de cooperación para la Amazonía.

Entre los 113 puntos del documento destacan el lanzamiento de la Alianza Amazónica de Lucha contra la Deforestación, la creación de mecanismos financieros para promover el desarrollo sostenible y la cooperación para combatir los crímenes ambientales.

Asimismo, la creación de un fondo para recibir donaciones internacionales que permitan financiar proyectos de desarrollo sostenible en la mayor selva tropical del mundo.

No obstante, temas que fueron polémicos en la reunión, como la explotación de petróleo en la Amazonía, fueron tocados de forma casi superficial, así como el compromiso por una deforestación cero antes de 2030, un tema con el que sólo algunos países amazónicos, como Brasil y Colombia, se han comprometido de forma directa.

Botín para bandas criminales

La fiebre del oro y la tala ilegal son algunos de los delitos ambientales que están cercando a comunidades indígenas y sembrando las semillas de una futura destrucción en el Amazonas. Esta Cumbre Presidencial Amazónica resaltó la importancia de unir esfuerzos para proteger a estas comunidades y combatir los delitos ambientales en la región.

La Amazonía se ha convertido en un botín para grupos criminales y actores corruptos que saquean los recursos de la selva mientras siembran la semilla de la deforestación. Atravesando Colombia, Perú, Brasil y Venezuela, las regiones de triple frontera presentes en estos cuatro países son puntos de extracción del oro y la madera ilegal que alimentan las finanzas de grupos ilegales, empresarios madereros y hasta empresas legales.

En el siguiente video realizado por InSight Crime se presenta su más reciente investigación sobre delitos ambientales en las regiones de triple frontera amazónica.

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