LA JORNADA /
La noche del miércoles 13 de noviembre arribaron a Ecuador el rey Felipe VI de España y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. A última hora, el mandatario de Paraguay, Santiago Peña, canceló su presencia. Con ello, la 29 Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado, en Cuenca, se redujo a dos figuras presidenciales, incluida la del anfitrión, Daniel Noboa, y la del monarca español, cuando la convocatoria era para 22 gobernantes, a un cónclave que concluyó el viernes 15 con una declaración y foto oficiales.
Consultados algunos embajadores de los países ausentes, la razón estaría en tres temas que la Cancillería ecuatoriana no consideró: el asalto a la embajada de México en abril pasado, la grave inseguridad que vive la nación anfitriona, acentuada en las últimas semanas con un incremento inusitado de asesinatos violentos, y la crisis energética, que obliga al gobierno local a cortar la corriente eléctrica 12 horas al día en promedio.
Incluso, la víspera de la inauguración circuló un comunicado de varios expresidentes de ultraderecha, del grupo conservador denominado Iniciativa Democrática (IDEA), para condenar la suspensión de la vicepresidenta Verónica Abad, y pedir a la Organización de Estados Americanos monitorear la situación con la Carta Democrática Interamericana. Entre los firmantes están los ultraconservadores José María Aznar, Felipe Calderón, Eduardo Frei y Andrés Pastrana, además de tres expresidentes ecuatorianos.
Escenario político inestable
De hecho, la cancelación de la delegación paraguaya ocurre por el “escenario político y social inestable” en Ecuador, informaron fuentes de la Presidencia en Asunción. Desde la Cancillería colombiana también se expresó que, tras las declaraciones de Noboa sobre la supuesta falta de solidaridad de Gustavo Petro con Ecuador, “difícilmente se puede ser recíprocos”.
Sin embargo, desde otras delegaciones diplomáticas se cuestionó una agenda y declaración que convoque a un debate y una postura de consenso. Nunca, desde 1991 hubo tan poca asistencia a una Cumbre Iberoamericana. Las de menor concurrencia registradas con 13 jefes de Estado fueron en Panamá en 2013 y en Cartagena 2016.
Ante ello, las declaraciones de la canciller ecuatoriana Gabriela Sommerfeld dejaron más dudas, pues al dar la bienvenida a las delegaciones de 19 de los 22 países iberoamericanos enfatizó que el trabajo de los responsables de Relaciones Exteriores “es crucial, pues deben presentar propuestas que aprobarán los gobernantes”, durante su primera jornada de trabajo.
Esta cumbre deberá reafirmar los compromisos de la comunidad iberoamericana para encontrar “soluciones innovadoras” en la construcción de un futuro más justo y prometedor para los países que la conforman, aseguró la diplomática.
No obstante, el encuentro iberoamericano culminó sin acuerdo y con una mínima asistencia, lo que equivale decir, resultó un gran fiasco para los organizadores, especialmente para la Cancillería ecuatoriana.
Protestan contra Noboa
Mientras el Rey de España y el Presidente de Ecuador participaban de eventos sociales, en las calles de Cuenca se registraron movilizaciones de la denominada Contracumbre, encabezada por 70 organizaciones sociales, para protestar por el cónclave oficialista. Antes del mediodía de ayer, esos grupos realizaron una ceremonia bajo las costumbres de sus pueblos originarios y de inmediato empezó la movilización por el Centro Histórico, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Al grito de “¡Fuera Cumbre!”, las organizaciones marcharon desde la Plaza del Herrero hasta el Museo de Chaguarchimbana, sede de la reunión internacional.
La denominada Contracumbre comenzó el 13 de noviembre con diversas actividades en la Universidad de Cuenca. Ahí se desarrollaron conversatorios encaminados a la construcción de un documento en el que, fundamentalmente, señalaban el rechazo a las políticas mineras y sociales de Noboa.
La Jornada, México.