POR MATEO ROMO /
El arte, entre sus muchas virtudes, tiene la de fungir como denunciante, catalizador del dolor y de las desgracias, báculo de sueños diurnos, escriba de la historia a contrapelo, vigía de las promesas aplazadas, autor y partícipe de la fundación de períodos, así como dador de sentido a la vida personal y colectiva. La película Los reyes del mundo, de la directora colombiana Laura Mora, tiene mucho de esto y más. La historia se ambienta en un momento de coyuntura: la fase de posconflicto y los desafíos de la restitución de tierras, en el marco de la Ley 1448 de 2011. Este artículo ensayístico se propone dar cuenta de algunas de las ideas motrices de la película, basado en la premisa de que, en cuanto filme que presenta una genuina lectura sobre la violencia y propicia un viaje a las profundidades de los que sufren, es una experiencia de concientización colectiva que ojalá anime el afloramiento de emociones políticas como la empatía. ¡Basta ya!
La expresión “libro de arena” alude al texto mágico, inaprensible y escurridizo, en el sentido de que quien intenta asir su contenido se topa con la infinitud que, ni corta ni perezosa, se le escapa como arena entre los dedos. Es, pues, inabarcable. Por más que “encoquemos” las manos, como para formar una vasija, solo podemos recoger una nimiedad de la duna. Esto se debe a la proliferación de interpretaciones que detona zambullirse en el universo simbólico recreado por un clásico. En estos casos, el hermeneuta se deleita en grado sumo, pues, en el esfuerzo de comprender, atraviesa fronteras y fronteras, cual trotamundos del sentido.
Todo puede ser leído y, en efecto, gozar de la contextura espiritual de texto, por lo que, así como es dable hablar de libros de arena, también podemos hablar de películas de arena. Una de ellas se titula ‘Los reyes del mundo’ (2022), de la directora colombiana Laura Mora, inscrita en el género de película de carretera y, más ampliamente, en la tradición del cine social.
Cultura Latinoamericana. Revista de Estudios Interculturales, Universidad Católica de Colombia, Bogotá.