El ‘Gran Reinicio’: ¿para qué y para quiénes?

POR CAROLINA JIMÉNEZ MARTÍN /

El pasado 29 de enero culminó el Foro Económico Mundial convocado bajo el lema El gran reinicio. Los temas (1) que orientaron este encuentro denotan el interés de un sector importante de la clase en el poder por establecer unos lineamientos comunes orientados a contener la crisis hegemónica del capitalismo mundial. En efecto, y amparado en el contexto generado por la pandemia del Covid-19, el Foro de Davos en su versión 2021 propuso impulsar una serie de transformaciones en los modos de organización y regulación del capitalismo mundial con el propósito de recuperar y estabilizar las condiciones de creación y acumulación de riqueza y los beneficios del capital. El gran reinicio, soportado en la cuarta revolución tecnológica, supondría entonces una reorganización profunda en el mundo del trabajo, cambios en la conducción política de la gobernanza global y una serie de pactos sociales que acorten brechas, pero estabilicen dominios. Así las cosas, se trata de reformar el capitalismo en crisis desde 2007, contener las resistencias sociales que se han desplegado con mucha fuerza durante la segunda década del siglo XXI y estabilizar el dominio de clase capitalista mundial.

Mensajes de actores estratégicos

La conferencia inaugural del foro estuvo a cargo del presidente de la República Popular China, Xi Jinping. Entre los mensajes que se destacan de su intervención se encuentran:

Se debe dar solución a las 4 principales asignaturas pendientes de nuestra era. Primera, fortalecer la coordinación de políticas macroeconómicas para promover juntos el crecimiento vigoroso, sostenible, equilibrado e inclusivo de la economía mundial (…) Segunda, desechar los prejuicios ideológicos para tomar juntos el camino de coexistencia pacífica, beneficio mutuo y ganancia compartida (…) Tercera, superar la brecha entre los países desarrollados y los en vías de desarrollo para impulsar juntos el desarrollo y la prosperidad (…) Cuarta, frente a los intrincados y complejos problemas del mundo, el camino correcto es defender y practicar el multilateralismo y promover la construcción de la comunidad de futuro compartido de la humanidad (…), consolidar la posición del G20 como la principal plataforma de la gobernanza económica global, estrechar la coordinación de políticas macroeconómicas, mantener estables y fluidas las cadenas globales de producción y suministro, asegurar el funcionamiento sano del sistema financiero global, impulsar las reformas estructurales y aumentar la demanda mundial general, con el fin de promover el desarrollo de mayor calidad y resiliencia de la economía mundial. (…) Vamos a promover la reforma de la OMC y el sistema financiero y monetario internacional, con vistas a fomentar el crecimiento económico mundial y garantizar los derechos, intereses y oportunidades de desarrollo de los países en desarrollo. (2)

La posición del gigante asiático se corresponde con la disputa por la hegemonía mundial que ha venido liderando desde hace más de una década e implica un mensaje claro a la pretensión expresada por el presidente Joe Biden, en su discurso de posesión, sobre recuperar la posición de los EE.UU. como líder global y, de este modo, recomponer su capacidad hegemónica en crisis. En el mismo sentido, el discurso del presidente Ruso, Vladimir Putin, planteó la necesidad de una serie de ajustes en el sistema de relaciones internacionales globales y en la gobernanza mundial, que implica de facto contención de las pretensiones de recomposición del dominio imperial de los EE.UU. y unos reajustes en la relación con la UE:

Hay ciertos retos a que nos enfrentamos como comunidad internacional (…) a pesar de las diferencias y retos hay que mantener una actitud positiva y una agenda constructiva (…) podemos mancomunar esfuerzos, limar aristas, discrepancias, identificar también posibles fuentes de tensión para intentar evitar su escalada, parece ser que la clave es cuál debe ser la lógica como hilo conductor de nuestra actuación, por supuesto restaurar el crecimiento de las economías afectadas por la covid-19, pero también cerciorarse de que dicha reconstrucción sea sostenible y que se evite agudizar las desigualdades sociales (…) Estamos claros que estamos en una era en la que los poderes centralizados y súper potentes se han acabado, el monopolio es contrario a la historia de la civilización, la realidad es que hay un verdadero porcentaje de desarrollo en el mundo, con modelos distintos, sistemas políticos distintos, instituciones sociales distintas, hoy es importante crear mecanismos para coordinar los intereses de todos, para que esta diversidad, que es natural, se respete y para que la competencia no se convierta en una anarquía generadora de conflictos. Por eso debemos reforzar y desarrollar las instituciones internacionales que aseguran la estabilidad y la seguridad mundial, elaborando reglas de códigos de conducta, porque muchas instituciones internacionales se enfrentan con dificultades hoy, estas instituciones que se crearon en diferentes épocas se enfrentan con retos y no deben estar solas para enfrentarse a estos retos; hay que apoyarlas porque ellas tienen una experiencia insustituible y un potencial que no se ha implementado. Por tanto, hay que adaptarlas a la realidad (…) en tiempos críticos hace falta concertar esfuerzos para conseguir cambiar la situación (…) debemos encontrar un equilibrio entre todos los países, y entonces conseguiremos hacer frente a los retos a que se enfrenta el mundo en esta tercera década del siglo XXI (3).

“Un sector importante de las clases
dominantes comprende los riesgos
que enfrentan si no se realizan
ajustes que permitan la estabilización
sistémica. De ahí que algunos de los
componentes de sus agendas, como
justicia tributaria y garantías del
mínimo vital, tengan halos progresistas.
Reformas en efecto necesarias,
pero insuficientes para resolver
las desigualdades y los problemas
más acuciantes que acompañan la
organización social capitalista”

Por su parte, Cristine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, insistió en la necesidad de: 1. Mantener una política fiscal que apoye los sectores golpeados por la pandemia; 2. Sostener una política monetaria laxa, que, a través de tasas de interés (0% en muchos casos), favorezca la restauración económica; 3. Impulsar los planes de reconstrucción, y 4. Alivio parcial de la deuda.

Como se puede apreciar, y como se indicó en el título de este escrito “El gran reinicio: ¿para qué y para quiénes?”, el Foro de Davos pretende impulsar una agenda de reformas capitalistas que genere condiciones de estabilización de un capitalismo en crisis (4) y contenga el estallido social que puede preverse dadas las brechas y precarizaciones sociales existentes. De ahí se advierte a quién beneficiaría el denominado reinicio. Ahora bien, pese a que el presidente de los EE.UU. no participó directamente del FEW, su discurso de posesión y la participación de dos enviados especiales parecieran indicar que comparte algunas líneas de la agenda. En todo caso, es claro que Biden pretender recuperar el liderazgo mundial y recomponer una hegemonía fracturada tanto interna como externamente; y justamente sobre estas pretensiones alertaron Rusia y China, especialmente esta última, al indicar los riesgos de activar una nueva guerra fría. Así las cosas, surge una serie de interrogantes referidos a cómo se resolverá el conflicto hegemónico y el lugar del gran reinicio en ese proceso.

La gran depresión y la profundización de las desigualdades

El contexto en que se despliega esta agenda del gran reinicio es realmente alarmante. Según datos del BM y del FMI (2021) la depresión económica condujo a una caída de -3,5% del crecimiento del PIB real a nivel mundial, EE. UU. cayó -3,4%, la UE -7,2%, Oriente medio y Asia central -3,2%, África -2,6%, Asia emergente -1,1 y América Latina y el Caribe registraron la mayor caída con un -7,4% (5) . Esta caída explica la profundización de las condiciones de pobreza y la ampliación de la población en tal situación. Esta situación afectó principalmente a los sectores sociales más empobrecidos. La ong OXFAM señala que:

Las mil mayores fortunas del mundo tan solo han tardado nueve meses en recuperar su nivel de riqueza previo a la pandemia, mientras que para las personas en mayor situación de pobreza del mundo esta recuperación podría prolongarse catorce veces más, a lo largo de más de una década. (…) A escala mundial, la fortuna de los mil millonarios aumentó en 3,94 billones de dólares entre el 18 de marzo y el 31 de diciembre de 2020. Su riqueza conjunta asciende ahora a 11,95 billones de dólares, lo que equivale a la suma que los gobiernos del G20 han movilizado para responder a la pandemia. Los 10 milmillonarios más ricos del mundo han visto crecer su fortuna en 540.000 mil millones de dólares (6) durante este período. (7)

Como se puede apreciar, los costos sociales y económicos generados por la crisis económica mundial recayeron fundamentalmente sobre la clase trabajadora y desposeída a nivel mundial, siendo más golpeadas las mujeres, la población afrodescendiente, los migrantes y la juventud. (8) El escenario señalado es alarmante. Un sector importante de las clases dominantes comprende los riesgos que enfrentan si no se realizan ajustes que permitan la estabilización sistémica. De ahí que algunos de los componentes de sus agendas, como justicia tributaria y garantías del mínimo vital, tengan halos progresistas. Reformas en efecto necesarias, pero insuficientes para resolver las desigualdades y los problemas más acuciantes que acompañan la organización social capitalista. Los sectores subalternos tenemos el reto de profundizar las disputas y construir alternativas creativas al orden social existente. En efecto, el problema no radica solamente en superar el Covid-19, como se ha pretendido establecer, se trata de construir alternativas al orden dominante en crisis desde una década atrás, esto es, antes de la aparición de este virus.

Notas

  1. La agenda de Davos se articuló en torno a los siguientes asuntos: i. Cómo salvar el planeta; ii. Economías más justas; iii. Tecnología para el bien; iv. El futuro del trabajo; v. Empresas más justas: vi. Futuros más saludables, y vii. Más allá de la geopolítica. https://es.weforum.org/agenda/2020/06/ahoraes-el-momento-de-un-gran-reinicio/
  2. https://politica-china.org/secciones/texto-integro-intervencion-especial-del-presidente-xi-jinping-en-el-encuentro-virtual-del-foro-economico-mundial-de-la-agenda-de-davos
  3. Discurso del presidente de Rusia https://www.youtube.com/watch?v=Mq4JoIG36Po
  4. Centralidad de la 4ª revolución tecnológica, reordenamiento del mundo del trabajo, ajustes en la división territorial del trabajo, nuevos desarrollos de gobernanza mundial, entre otros.
  5. https://www.bancomundial.org/es/about/annual-report/covid-response
  6. Esta cifra contrasta con lo asignado por BM: “El Grupo Banco Mundial (GBM) espera proporcionar hasta USD 160.000 millones en un periodo de 15 meses, hasta junio de 2021, para hacer frente a la crisis sanitaria, económica y social que atraviesan los países como consecuencia de la pandemia de Covid-19”https://www.bancomundial.org/es/about/annual-report
  7. https://www.oxfam.org/es/informes/el-virus-de-la-desigualdad
  8. En simultáneo al Foro de la elite mundial se realizó el FSM, el cual discutió desde la perspectiva de las clases populares, trabajadoras y desposeídas el impacto de la emergencia sanitara y la posibilidad de construir alternativas. Pese a la importancia de este espacio, ha perdido capacidad articuladora. De ahí que entre los objetivos perseguidos se encuentra la ampliación de la articulación entre las luchas sociales, así como su visibilidad.

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