El Poder Judicial y la reversión política en América Latina

El Departamento Nacional de Planeación a cargo del exsenador Alexander López Maya denunció un robo de 12 billones de pesos en el Sistema General de Regalías.

LA ROSA ROJA /

Se destapó otro escándalo de corrupción durante los gobiernos neoliberales de Juan Manel Santos e Iván Duque. En efecto, presuntamente durante esas administraciones se robaron 12 billones de pesos, según hallazgos encontrados gracias a una investigación realizada por el Departamento Nacional de Planeación (DNP). Lo más grave aún es que hasta ahora no han revisado ni el 20 % de todos esos contratos. Se habla del peor escándalo de corrupción de la historia reciente en Colombia.

El director del DNP, Alexander López Maya, señaló que hoy la plata para ayudar a las poblaciones necesitadas está en manos de “carteles, criminales y clanes”.

Durante una rueda de prensa convocada en la mañana del pasado lunes 26 de agosto, el alto funcionario informó que están perdidos 12 billones de pesos del sistema de regalías de los Órganos Colegiados de Administración y Decisión (Ocad) Paz. Todo esto por presunta corrupción. Indicó que ese dinero era para invertir en las regiones y en el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos.

“Con estos recursos pudimos haber transformado a Colombia. Esos recursos están manos de criminales, carteles y clanes”, reiteró.

De manera específica, López Maya destacó que estos fondos podrían haber sido destinados a importantes proyectos de infraestructura, como el suministro de agua para La Guajira, el acueducto de Quibdó y Buenaventura, y el abastecimiento de agua en Urabá. Sin embargo, la mala gestión ha dejado muchas obras inconclusas, disfuncionales o suspendidas, afectando a miles de colombianos, tal como lo señaló.

Irregularidades en el Sistema General de Regalías

El informe del DNP detalló que, entre 2017 y 2024, se aprobaron 19.393 proyectos por un valor de $68,54 billones, con una notable concentración de recursos entre 2021 y 2023. De estos proyectos, 12.106 han sido completados, 656 aún no han sido contratados, y 6.631 están en ejecución. Sin embargo, 1.497 proyectos tienen plazos vencidos, 301 enfrentan suspensiones en sus contratos, y 296 presentan ambos problemas.

El funcionario hizo un llamado a la Fiscalia General para que nombre un cuerpo élite de fiscales que investigue los recursos de las regalías: “como ustedes pueden observar en este primer informe encontramos irregularidades o recursos perdidos por cerca de 12 billones de pesos. Planeación Nacional y su Sistema de Regalías, lo que tiene que hacer con esto es trasladarlo a los órganos de control”, precisó López Maya.

Además, se encontraron 277 proyectos que, aunque reportados como terminados, no superaron el 85 % de ejecución. En una preocupante revelación, se identificaron 2.133 proyectos por un valor de $3,5 billones que no tienen el acta de terminación registrada en el sistema.

“A mi llegada al DNP, debo manifestar que encontré un sistema general de regalías marchitado en donde las irregularidades que hemos detectado con mi equipo a cargo del Subdirector General de Regalías, eran pasadas por alto sin importar que miles de colombianos y de colombianas en sus territorios observan cómo el dinero de sus regalías quedaba en obras inconclusas, disfuncionales, suspendidas y con plazos vencidos”, expuso el directivo.

Medidas de control y prevención

En respuesta a estos hallazgos, el DNP emitió una circular conjunta con la Procuraduría y la Contraloría para endurecer los controles sobre los proyectos financiados por el Sistema General de Regalías (SGR). También se firmará un convenio con la Fiscalía General para capacitar a los equipos de investigación en la gestión de estos recursos.

El informe del DNP señaló una alta concentración de recursos en pocas entidades y municipios, con $22,11 billones gestionados por entidades distintas a los entes territoriales. Solo 11 ejecutores manejan $6,6 billones, incluyendo organismos como la Agencia de Infraestructura del Meta y la Fundación Universidad del Valle.

Compromiso para Mejorar la Gestión

López Maya enfatizó en que se tomarán medidas adicionales para mejorar la gestión de los proyectos financiados por el SGR. Esto incluye la verificación de todos los ajustes solicitados a proyectos en territorio y la firma de un convenio con las juntas de acción comunal para asegurar un control social efectivo sobre los proyectos.

El director del DNP subrayó la importancia de actuar con urgencia para proteger estos recursos y asegurar que cumplan con sus objetivos, evitando mayores pérdidas para el país.

Aprovechó para elogiar la gestión general del Gobierno para seguir el rastro de irregularidades en la administración del erario: “Nunca en la historia de Colombia se había hecho un análisis y una investigación tan exhaustiva como la que hoy estamos entregando sobre los recursos en riesgo de las regalías”, dijo a manera de conclusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Ha sido un trabajo lento, cuyos frutos se cosechan en la actualidad. La división de poderes se elimina, otorgándole una función deliberativa al Poder Judicial, único poder no electo, capaz de revertir procesos. Son los golpes de Estado de guante blanco. Hoy, los gobiernos permanentes funcionan y son eficientes.

Conscientes del papel que desempeñan, se deja poco al azar. No nos llamemos a engaño, influir y controlar las instituciones es más rentable y se obtienen mejores resultados.

La Jornada, México.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Poder Judicial y la reversión política en América Latina

POR MARCOS ROITMAN ROSENMANN /

Antonio Gramsci, el filósofo sardo (1891-1937), no es sólo patrimonio de la izquierda, tampoco lo es el pensamiento marxiano. La derecha teórica es consciente de la capacidad explicativa y comprensiva de los descubrimientos realizados por el pensamiento crítico, lo suficiente para anclar en ellos sus proyectos de dominación. Sabedores de su importancia, abrevan en sus fuentes. De esta manera, se apropian de ideas fuerzas, reinventan los mecanismos de control social y profundizan en su propuesta política.

Un ejemplo, lo encontramos en el documento señero elaborado a comienzos de los años 80 del siglo pasado, y cuya redacción tuvo diferentes versiones. Su objetivo, cambiar la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina e imponer las reformas neoliberales. La nueva derecha y el neoconservadurismo inauguraban su agenda doctrinaria.

En sus páginas se reniega de la política de derechos humanos practicada por James Carter, así como de los efectos perversos de la distensión y el desarme. Bajo el nombre Una nueva política interamericana para la década de 1980, fue conocido como Documento de Santa Fe, el destinatario no era otro que el Consejo para la Seguridad Interamericana.

Sus responsables formaban parte de los tanques de pensamiento que llevaron a Ronald Reagan a la Casa Blanca. Entre sus frases más destacadas encontramos: “La guerra, no la paz, es la norma que rige en los asuntos internacionales […] las mentes de la humanidad son un objetivo de guerra. Debe prevalecer la ideo-política […] Estados Unidos debe proveer la voluntad y la filosofía que están detrás de la política, si es que las Américas van a sobrevivir y prosperar”.

Dejando a un lado la retórica anticomunista, inauguró la propuesta del capitalismo antiestatal y globalista. Impuso su itinerario bajo la doctrina de guerras de baja intensidad, incorporando la lucha antiterrorista y el narcotráfico como parte de la reversión de procesos revolucionarios. La invasión a Granada, 1983, junto a la articulación de la contra en Nicaragua, 1984, y el recrudecimiento del bloqueo hacia Cuba, conllevó una nueva versión de los golpes de Estado y las formas de influir en la región.

Se perfilaba una nueva era de dominación imperialista. Dos de sus recomendaciones, la condena de la doctrina Roldós y el rechazo de los tratados Torrijos-Carter, se plasmaron en la muerte de ambos mandatarios en accidentes de aviación. El segundo documento de la saga, Santa Fe II, formó parte de la estrategia diseñada para los años 90. Su primera conclusión no debe extrañar: “Los políticos estadunidenses deben enviar el siguiente mensaje claro y firme: el buen vecino ha regresado y vino para quedarse”.

Más allá de la bravuconería, lo destacable se encuentra en el concepto de hegemonía, sociedad civil y el papel desempeñado por la cultura en la dominación política. Considerado por sus redactores, un innovador del pensamiento marxista, se apoyan en el filósofo sardo para sus objetivos: “De acuerdo con Gramsci, la mayoría de los hombres tiene los valores de la sociedad, pero no son conscientes del porqué mantienen esos puntos de vista o de cómo los adquirieron […].

Se desprende de este análisis que es posible controlar el régimen “dominando la cultura de la nación”. La tarea para garantizar el control político, conlleva crear hegemonía y desarrollar una propuesta cultural donde “las estructuras institucionales mantengan el orden y la administren justicia”.

En su redacción, una propuesta innovadora, diferenciar entre gobiernos temporales, electos e inestables y los gobiernos permanentes, asentados en “las estructuras institucionales que no cambian con el resultado de las elecciones: la institución militar, la judicial y la civil”. Establecida esta distinción, para no tener sobresaltos, Estados Unidos “no debe preocuparse sólo de los procesos formales democráticos [elecciones], sino que deben establecer programas […] en las instituciones permanentes, en las instituciones militares y la cultura política”, a fin de revertir procesos electores. Con el paso del tiempo, podemos ver sus resultados. Jueces y fiscales constituyen la contraparte para frenar reformas, inhabilitar políticos, impugnar leyes o desconocer la legitimidad del Poder Ejecutivo. En otras palabras, la guerra judicial (‘lawfare’) cobró todo el protagonismo. Tras la Guerra Fría, forjar los gobiernos permanentes es el eje sobre el cual se levanta el edificio del cibercapitalismo. En lo que va del siglo XXI, han logrado construir una cultura de la cancelación penetrando hasta el tuétano en los procesos de toma de decisiones. Los gobiernos permanentes hacen irrelevantes o al menos restan importancia a los gobiernos nacidos de las urnas.

Ha sido un trabajo lento, cuyos frutos se cosechan en la actualidad. La división de poderes se elimina, otorgándole una función deliberativa al Poder Judicial, único poder no electo, capaz de revertir procesos. Son los golpes de Estado de guante blanco. Hoy, los gobiernos permanentes funcionan y son eficientes.

Conscientes del papel que desempeñan, se deja poco al azar. No nos llamemos a engaño, influir y controlar las instituciones es más rentable y se obtienen mejores resultados.

La Jornada, México.