POR PEDRO SANTANA RODRÍGUEZ /
Este 29 de julio terminan las inscripciones de los candidatos a las elecciones de alcaldes, gobernadores, diputados y concejales, que se realizarán el domingo 29 de octubre. De modo que en estas semanas que restan para esa fecha se están tomando las decisiones para la inscripción de las candidaturas. La extrema derecha representada en este espectro político por los partidos Cambio Radical y el Centro Democrático quieren hacer de estas elecciones un plebiscito nacional en contra del Gobierno nacional del presidente Gustavo Petro. Estos sectores políticos tienen arraigo regional en los 54 clanes regionales que mantienen buena parte del poder político en alcaldías y gobernaciones de los departamentos. En muchas regiones el voto de opinión sobre todo en las elecciones regionales es aún muy reducido. El poder del clientelismo y de las mafias es notorio en regiones enteras. Las posibilidades de una renovación política son limitadas en esta coyuntura.
La extrema derecha no llega a estas elecciones en su mejor momento. La imputación de cargos al excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga afecta de manera notoria en particular al uribista Centro Democrático que también se verá afectado por la decisión que tome el juez encargado de resolver la solicitud de preclusión en la investigación que se sigue a Álvaro Uribe por la compra de testigos en el caso abierto por la imputación de cargos que hiciera la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia y que dos veces ha intentado la Fiscalía de Francisco Barbosa de precluir el proceso. El centro de todas las críticas entonces se ha dirigido en contra del Centro Democrático que llega enlodado por estas investigaciones. Ya veremos si estos escándalos influyen en el comportamiento de los electores en las elecciones regionales. En las regiones pululan los acuerdos entre estos partidos y los partidos tradicionales, esto es el Partido Liberal, el Partido de la U y el Partido Conservador. En una buena parte del país éstas son las alianzas que predominan hasta el momento.
En las regiones donde dominan los clanes regionales no parecen haber candidatos independientes con suficiente arraigo toda vez que en los sectores alternativos lo que ha predominado hasta ahora son decisiones de los aparatos partidistas -en una situación en que han proliferado los partidos políticos dada la ligereza con la que el Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo que ha venido otorgando personerías jurídicas a diestra y siniestra. Hoy hay ya más de 30 partidos reconocidos legalmente. Por ejemplo, en el Pacto Histórico había seis personerías jurídicas hoy son 15 agrupamientos que la tienen. En la mayor parte de las regiones cada pequeño partido se ha atrincherado para defender sus aspiraciones.
No ha habido en la mayor parte del país una apertura para atraer figuras del espectro democrático que hagan viables y visibles nuevas candidaturas. El proceso hasta ahora es endógeno. Los partidos que se agrupan en el Pacto Histórico no muestran señales de apertura para encontrar figuras que efectivamente representen una alternativa real para retar desde esos espacios alternativos a los tradicionales clanes políticos regionales. Un ejemplo de lo señalado es el proceso de Cali y del Valle del Cauca, donde en medio de polémicas y divisiones, se han nominado aspirantes de los aparatos políticos que son desconocidos para la opinión pública, existiendo posibilidades de buscar candidatos en el espectro democrático, que realmente existen, pero que no son considerados en un ambiente en que el grupismo y el sectarismo se han impuesto. Habría que provocar desde ese espectro democrático una verdadera rebelión contra esas prácticas políticas que conducirán a candidaturas sin ninguna posibilidad de triunfo. Y todo ello en un departamento y una ciudad que protagonizaron un vigoroso y masivo movimiento social alrededor del paro nacional que convirtieron a esa importante región del occidente colombiano en el símbolo de la resistencia en el año 2021.
Por ahora de ese grupismo y sectarismo destaca la decisión de Bogotá en donde cuatro precandidatos: Gustavo Bolívar, Camilo Romero, Carlos Carrillo y Heidy Sánchez se han puesto de acuerdo en la realización de dos encuestas para escoger un candidato para la Alcaldía de la ciudad. Ya veremos qué sale de estas encuestas donde de todas formas sobresale la figura de Bolívar como el posible candidato del espectro progresista en la capital. Sería muy importante que procesos de consulta se dieran en otras ciudades del país que debería contemplar y atraer a figuras del espectro democrático más allá de candidatos de los aparatos. Realmente este es el reto para abocar las elecciones regionales. Los tiempos apremian.
Con los ceses al fuego pactados con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con el autodenominado Estado Mayor Central de las FARC, deben mejorar las condiciones de orden público para que la campaña se pueda realizar en mejores condiciones. La afectación por la violencia a las campañas sigue estando en el centro del problema. El Gobierno debe tomar medidas para que la contienda electoral se pueda desarrollar sin mayores contratiempos.
Revista Sur, Bogotá.
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