
LA ROSA ROJA /
El pasado lunes 24 de febrero, ante el Juzgado 44 de conocimiento de Bogotá, se reanudó el juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien es procesado por los presuntos delitos de fraude procesal, soborno a testigos y soborno en actuación penal.
El senador Iván Cepeda Castro, principal víctima en el proceso, fue el primer testigo en pasar a los estrados judiciales. Su intervención estuvo protagonizada por la demostración de una incesante campaña de desprestigio a él, su familia y sus abogados por parte del Uribe Vélez.
Sobre las últimas incidencias de esta causa penal el congresista del Pacto Histórico desde su cuenta en la redo social X, hizo las siguientes consideraciones:
El expresidente Álvaro Uribe Vélez ha decidido trasladar la controversia judicial a la opinión pública, a través de una larga alocución hecha en redes sociales. Dado que lanza afirmaciones calumniosas e injuriosas en mi contra, me veo en la necesidad de responder para controvertir algunas de sus más significativas falacias.
Lo primero es decir que a pesar de su relación vergonzosa con los clanes familiares de los Villegas Uribe y de los Gallón Henao, a Álvaro Uribe no le queda otra solución que reconocer que él y su hermano Santiago eran patriarcas en San Roque, Antioquia, cuando surgió el grupo paramilitar que terminó siendo el Bloque Metro y la Convivir El Cóndor. Tanto con los hermanos Gallón Henao como con los hermanos Villegas Uribe la relación de los Uribe Vélez es incontrovertible.
Los Gallón son un clan de narcotraficantes y paramilitares con los cuales los Uribe tuvieron relación de amistad y comercial. Los Villegas Uribe también se convirtieron en un clan en el que Luis Alberto Villegas terminó siendo líder paramilitar y narcotraficante. Álvaro Uribe ha reconocido esa relación a medias y con vergüenza.
Desde la lógica truculenta que ha animado su ejercicio público eso es lo que le va quedando. Maniobras torpes, cierto, pero comprensibles: cuando se tiene una mala defensa no queda otra salida que ensayar mentiras burdas.
Hoy la historia judicial del país registra uno de sus más significativos episodios. El trabajador de una hacienda de los hermanos Uribe Vélez, la hacienda Guacharacas, ha hecho revelaciones y reafirmado la versión de hechos que vinculan de manera incontrovertible al expresidente Uribe Vélez y a su hermano Santiago con los grupos paramilitares.

En 2011, Juan Guillermo Monsalve quiso entregar información sobre las personas que habían sido desaparecidas en el año 2000 en un taxi en el corregimiento de Cristales, a pocos kilómetros de Providencia y de la hacienda Guacharacas. Los ocupantes del taxi estaban desaparecidos, y entonces Monsalve llamó al fiscal número 45 de la Unidad de Justicia y Paz, Albeiro Chavarro. Pero cuando él comenzó a narrar los hechos, y sobre todo a referirse al grupo paramilitar de la hacienda Guacharacas en San Roque, el fiscal 45 se negó a tomar su declaración. Se debe recordar que la Corte Suprema de Justicia por estos hechos compulsó copia contra el fiscal Chavarro, quien quería desaparecer todo vestigio de la existencia del Bloque Metro de San Roque.
En 1994, cuando la guerrilla ataca a los Uribe y su hacienda, con los otros clanes (los Gallón y los Villegas) se decide conformar el grupo paramilitar. Inicialmente se trata de una organización perteneciente a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. A Guacharacas llegan 25 hombres traídos desde el Urabá. Al frente de ellos iba el jefe alias ‘Beto’. “En ocasiones nos poníamos brazaletes del grupo”, dijo Monsalve. “Me tocaba patrullar con ellos”. La orden era acabar con la guerrilla en la zona.
En agosto de 1996, se produjo la “masacre de los carniceros”; los comerciantes que habían adquirido el ganado robado de Guacharacas por el ELN. En diciembre de 2002, fue asesinado por los paramilitares el trabajador de la hacienda Darío Granda, alias ‘Darío Gigante’, quien fue acusado de ser de la guerrilla.

El Bloque Metro surgió en Guacharacas hacia 1997. Llegó al corregimiento alias ‘Rodrigo Doble Cero’. Al frente de la actividad narcotraficante estaba Luis Alberto Villegas Uribe, quien también era el jefe del ‘Cartel de la gasolina’ que extraía el combustible del poliducto que atravesaba la hacienda. A esa actividad se dedicaban también Santiago Uribe, el hermano del entonces gobernador Álvaro Uribe y Santiago Gallón. Una vez capturaron un cargamento de 165 kilos de cristal de cocaína del grupo en el Alto de las Águilas. Estaba en una camioneta de Villegas. El Gobernador tuvo que interceder para que lo devolviera la Policía. A Villegas lo capturaron como paramilitar.
Dice Monsalve que Uribe Vélez “coordinaba lo militar”. En una ocasión que los capturó la guerrilla ya siendo paramilitares, Luis Alberto Villegas llamó al entonces gobernador Álvaro Uribe Vélez, y él envió las tropas oficiales por medio de helicópteros. Al final de la audiencia, Uribe dijo que él sí había enviado esas tropas.
En 2003, hubo la guerra entre el Bloque Metro (BM) y el Bloque Central Bolívar (BCB). Monsalve y Luis Alberto Villegas se pasaron al bando de Rodrigo Pérez Alzate, alias ‘Julián Bolívar’, jefe del BCB. Luego ‘Julián Bolívar’ mató a Luis Alberto Villegas. Pero, Julián Bolívar nunca fue extraditado.
Monsalve afirmó que, para la campaña de elección presidencial, ellos, los paramilitares, pintaron en las paredes avisos diciendo “AUV a la Presidencia. AUC”. El hermano de Luis Alberto Villegas Uribe, Juan Guillermo, dio la orden a Monsalve de borrar esas consignas con tarros de aerosol porque le estaban haciendo daño a la imagen del candidato.
En tono quejumbroso Uribe admite que la justicia no le cree. Lo único que eso demuestra es que la investigación penal ha ido descubriendo una por una las mentiras y falsificaciones que han construido junto a sus intermediarios como Diego Cadena y Wilser Molina, verdaderos fabricantes de falsos testimonios que han sido encomendados y determinados por el expresidente.